Tatsuki Fujimoto es uno de los mangakas más fascinantes de la actualidad. Tras Fire Punch, Chainsaw Man fue un punto de inflexión en su carrera. Con la publicación de Look Back en 2021 (one-shot que fue leído por más de 3 millones de personas en solo 24 horas), Fujimoto se consolidó como uno de los mejores narradores que existen, gracias a su visión y creatividad desbordantes y a su capacidad para construir historias desgarradoras y personajes de una profundidad apabullante.
Dado este éxito, Shueisha quiso seguir explotando el interés que genera en Japón uno de sus talentos más jóvenes. Aún cuando no había salido en físico Look Back (lo hizo en septiembre de 2021), la editorial le propuso al mangaka recopilar sus primeras historias, dibujadas entre los 17 y los 26 años, en dos volúmenes que se pusieron a la venta en octubre y noviembre de ese mismo año. Evidentemente, estos recopilatorios no podían escapar del catálogo de Norma Editorial, quien cuenta hasta el momento con todo el material publicado por Fujimoto.
17-21, el primero de estos dos recopilatorios, puede conseguirse desde el pasado 23 de junio. Fujimoto muestra una parte de su universo a través de cuatro historias de diferente extensión. Y, aunque cada una de ellas tiene su propia personalidad, ya es posible vislumbrar trazos de esa mente tan retorcida como maravillosa, que permiten detectar ciertos vínculos con otras de sus obras más exitosas, como Chainsaw Man.
Una mente maravillosa
Uno de los intereses de este tipo de colecciones, que suelen ordenarse por orden de publicación, como es el caso de 17-21, es que es posible establecer un retrato real de la juventud del artista en cuestión. Además de ofrecer en formato físico las obras de un mangaka principiante, este tipo de recopilaciones se enriquecen con algunas anotaciones, que permiten comprender el contexto de creación de cada trama; y las reflexiones de Fujimoto en relación con su experiencia y su opinión sobre sus obras y el proceso de compilación. De hecho, basta con leer esas breves líneas para comprender la complejidad del mangaka y cómo sus planteamientos han evolucionado con el tiempo, poniendo en relieve el terreno de experimentación que puede suponer el formato del relato corto para un artista como él, al que no le faltan ideas
17-21 es la oportunidad de descubrir la imaginación juvenil del autor, que mezcla influencias y tonos. Fujimoto no duda en tomar direcciones sorprendentes, dando a cada historia diferentes grados de lectura, lo que hace que esta selección sea una buena propuesta para cualquier lector que quiera descubrir y conocer más a fondo a Fujimoto, así como profundizar en el surgimiento de un mangaka tan polifacético.
La primera historia de las cuatro de las que se compone este tomo es la que menos me gusta, porque la narración pasa a un segundo plano, pero para la que hay que tener también en cuenta que fue su primera experiencia real como dibujante de manga. En ‘Dos pollos en el patio’, seguimos a dos de los pocos supervivientes a una invasión alienígena de la Tierra, que encuentran su único modo de sobrevivir disfrazándose de pollos para engañar al enemigo. Un enfoque que puede parecer descabellado, pero que consigue contar algo mucho más fuerte de lo que se puede pensar inicialmente.
De hecho, Fujimoto consigue que el lector se pregunte sobre la cadena alimenticia, al mostrar que la humanidad no hace más que sufrir lo que ha hecho a todas las especies que habitan este planeta. Una forma de supremacía que acaba haciéndose añicos para demostrarnos que nada está escrito en piedra y que siempre podemos caer ante algo que es más fuerte que nosotros mismos. Asimismo, Fujimoto también habla en este relato de la posibilidad de que, incluso dentro de dos bandos que luchan a muerte, se puedan forjar lazos.
En sus obras siempre hay este enfoque muy oscuro, que casi se asemeja a veces a la desesperación, pero al mismo tiempo tratando de aportar algunos elementos que puedan romper esa triste realidad. Y es que los dos «pollos» que protagonizan esta historia viven con miedo y, sin embargo, son capaces de esforzarse para sobrevivir, aunque solo sea unos días más.
La segunda historia, ‘Sasaki ha parado una bala’, tiene como protagonista a Sasaki, un estudiante mediocre, con un profundo sentimiento romántico hacia su profesora. Desgraciadamente, un trágico suceso dará un vuelco a su vida cotidiana, arriesgando con poner fin a esos momentos de felicidad.
Lo curioso de esta historia es el tema. Hasta los sueños más descabellados pueden hacerse realidad si pones toda tu convicción y una buena dosis de suerte. Aunque sucede algo bastante surrealista, luego tendrá lugar una sucesión de decisiones que marcarán profundamente la vida de ciertas personas. Un tema muy específico y que resuena bastante bien con el estilo del autor. Una historia que mantiene a su vez ese mencionado enfoque tan desesperado de la naturaleza humana que puede empujar a algunas personas a cometer lo irreparable; y un estilo que se nota que aquí todavía estaba en construcción, pero que consigue transmitir su mensaje con facilidad.
La tercera historia, ‘El amor es ciego’, es bastante interesante, aunque no parezca tan profunda como las otras. En ella seguimos a un adolescente que quiere declararse a otra compañera, sin importar lo que ocurra a su alrededor. Una trama que puede parecer muy básica, pero que consigue atraer por lo que Tatsuki Fujimoto logra incorporar, pues aborda la obsesión que invade muchas veces a las personas a la hora de querer alcanzar sus metas. Nos esforzamos por conseguir nuestros objetivos a toda costa, aunque eso signifique que a veces ignoremos lo que nos rodea, algo que es bueno y malo a la vez, como demuestra muy bien esta historia. Una forma de determinación extrema que puede inspirar admiración, pero también hacernos olvidar toda forma de peligro o incluso los cambios en nuestro entorno.
El último relato, ‘Shikaku’, cuenta la historia de una joven que resulta ser la más formidable sicaria y cuyo contrato actual le exige matar a un vampiro. Otro escenario bastante inverosímil, pero que dista mucho de ser inofensivo en lo que cuenta. Una vez más, encontramos esta especie de obsesión por la naturaleza humana que salpica cada obra. Lo sientes desde las primeras páginas, cuando te sumerges en la vida cotidiana de esta joven. Una niña rechazada por sus propios padres y que no distingue realmente lo que está bien de lo que está mal; y es a través de lo sobrenatural como la protagonista logra encontrar una forma de felicidad.
De ‘Shikaku’, me encanta esta relación con lo fantástico, única vía de escape que le queda a esta asesina, que, sin embargo, conserva una especie de alma infantil. Basta con ver su comportamiento para darse cuenta de que en ella se mezclan su yo como asesina y esa niña que nunca tuvo la oportunidad de crecer en un entorno en el que la quisieran. Una historia mucho más humana de lo que parece y en la que el mangaka siempre consigue encontrar el equilibrio adecuado entre temas concretos y una imaginación cautivadora.
La evolución de un autor
Cuando se observa esta antología en su conjunto, nos damos cuenta de que Tatsuki Fujimoto siempre ha sido fiel a su propio estilo. Una visión del manga, pero también del mundo, que se transcribe maravillosamente a través de su dibujo y donde el pesimismo se mezcla con algunos destellos de esperanza. A medida que se pasan las páginas, la experiencia del autor evoluciona hasta el punto de que cada historia se distingue de la anterior por el estilo, la densidad de las viñetas y la audacia.
El mangaka muestra desde su primer relato una cierta excentricidad (que, como ya se ha comentado, va de la mano de un subtexto a veces melancólico) y es posible apreciar la madurez que va adquiriendo con el paso del tiempo, proponiendo incluso en las dos últimas historias los inicios de una narración más bien cinematográfica debido a unas viñetas que sorprenden por su composición.
Por otro lado, gráficamente con Tatsuki Fujimoto siempre tengo sentimientos encontrados, ya que a veces me gusta y otras me gusta menos. No obstante, si este tipo de recopilatorios son interesantes es precisamente porque permiten mostrar tanto la desbordante imaginación del autor como sus primeros errores narrativos y cómo los va puliendo poco a poco, a medida que gana experiencia y, seguramente también, un buen editor que sepa reconducirle en ciertos momentos.
La edición
Norma Editorial presenta 17-21 en una edición tankoubon de tapa blanda y con sobrecubierta, habitual en muchas obras de su catálogo, a un precio de 8€. Sin embargo, a diferencia de otras colecciones, me da la impresión de que este volumen es algo más endeble, aunque quizás sea porque tenga menos páginas que otros tomos (en concreto, 168), todas ellas en blanco y negro.
En cuanto al contenido del tomo, este presenta exactamente lo mismo que el original japonés, incluidas unas palabras de Fujimoto al final de cada historia en las que les da contexto, proporcionando así valiosa información a los lectores. Asimismo, la edición cuenta con una portada extremadamente fiel al original, sin desvirtuarla en ningún momento.
La traducción, que corre a cargo de Emilio Ros Casas, de Daruma, es estupenda. Una pena que quede empañada por el terrible cuidado con el que se ha tratado el encuadernado del tomo, pues la mayoría de los diálogos que se encuentran al borde de las páginas están cortados. Algo que a estas alturas me gustaría dejar de ver a cualquier editorial, pero más si hablamos de una a la altura de Norma Editorial.
Conclusión
Los relatos originales y con buen ritmo de esta primera antología son variados, todos ellos con varios aspectos en común. Los héroes de Tatsuki Fujimoto son todos unos marginados, hambrientos de amor, que se aburren en su vida cotidiana. El malestar general de los personajes se hace sentir, encontrándose prácticamente al borde de la depresión.
En definitiva, es imposible no recomendar este primer tomo, tanto si eres fan de la obra de Fujimoto como alguien que quiere empezar a descubrir a un autor único en su amplia gama de estilos, tonos, inspiraciones e ideas. Una pena que la edición de Norma Editorial en esta ocasión no esté a la altura. Y, aún así, estoy esperando ya con ganas el segundo tomo, 22-26.
Lo mejor
- Siempre resulta muy interesante conocer los primeros relatos de los mangakas y, en el caso de Fujimoto, puede apreciarse que muchas de sus buenas cualidades ya asomaban en sus primeros pasos en el mundillo del manga.
- Las ideas tan interesantes que se le ocurren a Fujimoto.
Lo peor
- Precisamente se nota que son las primeras historias dibujadas por Fujimoto, por lo que tienden a tener ciertos problemas en su narrativa.
- Muchos de los diálogos que se encuentran en los lados de las páginas están cortados.
Tatsuki Fujimoto Historias cortas
Editorial: Norma Editorial
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta
Tomos: 2 (Finalizada)
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS