A lo largo de nuestra vida, van y vienen infinidad de personas. Muchas de ellas acaban siendo olvidadas, otras, nos dejan un leve recuerdo o incluso dudamos cómo se llamaban; existe otro grupo, que es el que nos rodea en nuestro ámbito diario: parte de la familia, compañeros de trabajo, pero que tarde o temprano dejarán de ser importantes para nosotros. Luego tenemos a nuestro círculo más íntimo, un reducido grupo de personas que han dejado su huella en nosotros para siempre y ha ayudado a forjar quienes somos.
Y por último, encontramos a una o dos personas muy especiales, que su mera presencia ha podido parar nuestro corazón por un instante, siendo necesarios para poder ser quienes de verdad somos. Puede que sea tu pareja actual o pasada, o un amigo o amiga que te conoce mejor que tú mismo. No dejan de ser relaciones más o menos complejas, pero que se encuentran en la cúspide de nuestra pirámide de personas que se han cruzado en nuestra vida. En el manga Quiero comerme tu páncreas, somos testigos de este tipo de relación entre una chica y un chico que no tienen nada que ver entre sí.
Polos opuestos
El manga Quiero comerme tu páncreas (Kimi no Suizou wo Tabetai) es una pieza más del recorrido habitual que tiene una obra de éxito en Japón. Originada como una novela web creada por Yoru Sumino, el libro se publicó en Japón gracias a la editorial Futabasha en el año 2015. El siguiente paso, fue serializar la obra en formato manga en la revista Monthly Action de la misma editorial entre los años 2016 y 2017, con guion del propio Sumino y dibujo de Idumi Kirihara. En España, es ECC Ediciones la que distribuyó este formato en septiembre del año siguiente.
Posteriormente, en el año 2017 se estrena el live action ,dirigido por Shô Tsukikawa y protagonizado por Shun Oguri y Takumi Kitamura, sin distribución en nuestro país a fecha de escribir estas líneas. Sin embargo, ha sido la película de animación estrenada en cines japoneses en 2018 y en España al año siguiente la que colocó esta dramática historia en el candelero.
Quisiera aclarar que solamente he leído el manga, para así poder evitar comparaciones entre los distintos formatos. Afortunadamente, tras finalizar la lectura del manga, tengo bastante curiosidad por disfrutar de su versión animada para comprobar cómo han adaptado esta obra al formato audiovisual.
Dramas del primer mundo
En Quiero comerme tu páncreas, un estudiante de bachillerato encuentra por casualidad un diario titulado Mi enfermedad y yo, escrito por Sakura Yamauchi, su compañera de clase. En él relata que padece una enfermedad del páncreas y le queda poco tiempo de vida. Así es como la alegre y cándida Sakura y el estudiante, un introvertido amante de los libros, comparten un secreto que da paso a una singular relación de amistad.
Dada la premisa original, he de admitir que me daba bastante pereza enfrentarme a otro drama de gente enferma y de cómo afronta su enfermedad. Pero he de reconocer, que me ha sorprendido el enfoque que muestra Sumino, no tanto en centrarse en la enfermedad en sí de Sakura, si no en la relación que mantiene con ese compañero de clase con el que comparte su secreto. Aquí, la enfermedad pancreática de la protagonista, no deja de ser un mcguffin para desarrollar una relación entre dos personas, que no es una relación de amor, ni siquiera de amistad, es… otra cosa. Un tipo de relación bastante complicada de expresar con palabras.
Hay que comentar el título de la obra en sí, ya que es cuanto menos llamativo e incluso me atrevería a tildar de desafortunado. Posiblemente no sea el mejor título para que el posible lector se vea atraído a esta obra, pero desde luego es un “gancho” que llama la atención. Personalmente, era uno de los motivos por los que no estaba interesado en un principio en esta obra, pero una vez leído el manga y apreciado su significado… sigue sin parecerme un buen título.
La relación entre Sakura y el chico tímido (del que, en principio no conocemos su nombre) se inicia con una cuenta atrás desde prácticamente el momento que se conocen por casualidad en el hospital. A partir de entonces, la trama se desarrolla a través de capítulos claramente episódicos, marcados por la abrupta evolución personal de los dos protagonistas. Me encantaría ver cómo han trasladado este esquema a la cinta de animación para ver si han evitado convertirla en una sucesión de historias cortas o no (a pesar de mantener un hilo conductor en la historia).
La narración de Sumino, intercala momentos cargados de drama con otros realmente graciosos. Y es que tanto Sakura, la chica enferma, como el chico tímido, que es incapaz de mantener ningún tipo de relación con una persona, contrastan muchísimo cuando se juntan. La clave se encuentra en los choques dialécticos de los protagonistas, ya que son completamente diferentes entre sí y es el motivo por el que encajan tan bien el uno con el otro.
En cuanto al dibujo de Idumi Kirihara, podríamos decir que es correcto y cumple con su cometido sin resaltar demasiado. Los personajes tienen un aspecto bastante dulce e inocente y los fondos tanto de gente como de escenarios son bastante sencillos. Hay que destacar que la autora se luce en los momentos más impactantes del manga con splash pages y páginas de una sola viñeta que potencian la fuerza de la narración. Así mismo, disfrutamos en algunas páginas de conversación entre los protagonistas con una composición desordenada de viñetas, dando la sensación de estar pasando una tarde cualquiera tomando un té con un par de amigos.
Autores
Yoru Sumino no es especialmente dado a desvelar detalles de su vida. Prácticamente es imposible encontrar información suya en la web, ni fecha ni lugar de nacimiento. En cuanto a sus obras, debutó, con la novela de Quiero comerme tu páncreas en 2015. Seguidamente, realizó el guion del manga homónimo que nos traemos entre manos y publicó la novela Yoruno Bakemono y el manga Mata, onaji yumewo miteita, ambos de la editorial Futabasha. Después, Sumino cambió de editorial para publicar Kakushigoto – Secrets en la revista Comic Bunch, de la editorial Sinchosha. Un drama de instituto con tintes sobrenaturales que continúa publicándose a día de hoy.
Idumi Kirihara tiene una carrera más prolífica y es que lleva publicando de manera profesional desde mediados de los años dos mil. Debutó con la obra Chocolat – Maid cafe “Curio”, encargándose tanto del dibujo como de la historia. Aunque sus obras más relevantes son Hitohira, Sakaki Mireino tamenara bokuha…!!! y Sabotenno musume. Todas ellas de la editorial Futabasha.
Edición
ECC Ediciones publica Quiero comerme tu páncreas en un tomo único frente a los dos volúmenes que conformaron la obra completa en Japón. El tomo tiene formato B6 (128×180) en rústica (tapa blanda) con sobrecubierta. Consta de 440 páginas en blanco y negro, aunque las primeras son en color, a un precio de 14,95€. La edición es sencilla, sin pretensiones y realmente pienso que mantiene una buena relación calidad-precio.
Aunar la obra completa en un solo volumen me parece una decisión acertada por parte de la editorial. Siendo una historia relativamente corta, condensarla en un volumen permite disfrutarla prácticamente de una sentada. Además, es fácil convertirla en un regalo perfecto para alguien a quien quiera comenzar a disfrutar del mundo del manga. En el interior del volumen se nos obsequia con algunas aclaraciones de términos o de traducción que ayudan a comprender algunos conceptos que aunque para el otaku más avezado no le son desconocidos, sí que pueden ser novedosos para un lector novel.
Conclusiones
En definitiva, Quiero comerme tu páncreas me ha sorprendido gratamente. A pesar de tener un título que puede echar para atrás a más de uno, nos encontramos ante una obra que puede ser disfrutada por la gran mayoría del público e incluso por aquellos que nunca se han sentado a leer un manga. No es el típico drama que se regodea en el ya manido afán de superación de un proceso tan duro como una enfermedad incurable, si no que más bien gira en torno a la extraña relación de dos jóvenes que no tienen nada que ver entre sí. Se acaban de conocer, no son amigos, tampoco pareja y no quieren ser ni lo uno ni lo otro, sin embargo, ellos deciden estar juntos la mayor cantidad de tiempo posible. Si aún no le habéis echado un ojo, ¡dadle una oportunidad!
Lo mejor
- Como se nos muestra un tipo de relación poco o nada habitual entre dos jóvenes
- No se regodea en el drama con la enfermedad de la protagonista
- Tomo único disfrutable por la gran mayoría del público
Lo peor
- Tiene un título que puede echar para atrás a algún posible lector
- Es difícil empatizar al principio con ambos protagonistas y su relación
Quiero comerme tu páncreas
Editorial: ECC Ediciones
Formato: Rústica, 440 págs. Blanco y negro
Tomos: 1 (Finalizada)
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