El pasado lunes 16 de febrero Ramen Para Dos tuvo la oportunidad de acudir al Pase de Prensa de Saint Seiya: La Leyenda del Santuario. Se trata de la nueva película basada en el universo creado por Masami Kurumada, que deja a un lado la animación clásica para adentrarse en las nuevas tecnologías que aporta el CGI. Selecta Visión continúa con su apuesta por la poderosa franquicia. El film se estrenará en cines españoles el próximo 6 de marzo y estará en cartelera hasta el día 8.
La leyenda del Santuario adapta la saga clásica correspondiente a las Doce Casas. De esta forma volveremos a ver cómo los Caballeros de Bronce se enfrentan a los Caballeros de Oro con el objetivo de salvar a Saori, reencarnación de la diosa Atenea. Para ello, deberán atravesar las Doce Casas que custodian estos guardianes dorados.
La impresión más clara que se tiene al finalizar el visionado es que La Leyenda del Santuario es una producción que NO está hecha para los fans de la serie, sino para atraer a nuevas generaciones. El problema de todo esto es que dicha estrategia dilapida completamente la atmósfera original de la serie que la ha convertido en un referente en la historia del anime.
El primer aspecto que no se puede pasar por alto es el diseño de las armaduras. Este es un elemento clave y vital de la serie. Los diseños de Kurumada, potenciados en el anime, daban personalidad e identidad a los personajes. En esta película los diseños de los Caballeros de Bronce son planos y pseudo futuristas, solo diferenciados por el color y con ridículas bandas de neón(?) a lo Tron, que con el movimiento parecen árboles de navidad vivientes al luchar. Son mucho más acertados los diseños de las armaduras doradas como Tauro, Escorpio o Cáncer.
En cuanto a las peleas, cabe reconocer que se han adaptado bien, e incluso se ha incrementado la espectacularidad de la serie clásica. Destacan los ataques característicos como: los Meteoros de Pegaso, la Cólera del Dragón o los ataques de Tauro. Sin embargo, hay un gran elemento en contra: la crudeza que tenían los combates. En La Leyenda del Santuario la sangre, sudor, lágrimas y emotividad brillan por su ausencia, decantándose por la vistosidad y las explosiones de cosmos.
Un gran punto a favor de la película son los escenarios, realmente impactantes. Especial mención el interior de las Doce Casas, totalmente personalizadas (una especie de mundo submarino en la de Acuario o un gran banquete palaciego en la de Tauro) a diferencia de los Partenones de la serie clásica. También es impresionante el complejo en sí que forman las doce casas, dispuestas y conectadas de manera flotante en una especie de super estructura aérea.
Entrando en el argumento hay que tener en cuenta que es complicado adaptar una saga con más de cuarenta episodios en apenas hora y media. Esta circunstancia provoca que los combates sean excesivamente rápidos y que prácticamente no podamos conocer gran cosa de la historia de los caballeros. Esto da como resultado un guión precipitado y más centrado en las luchas que en contar una buena historia de corte épico.
En el apartado sonoro y de doblaje realmente se agradece que la película cuente con casi todas las voces clásicas de la serie. Un plantel de actores de doblaje experimetadísimo que han hecho una excelente labor. Mención especial merece DeathMask, caballero de Cáncer, interpretado por José Lifante, que le da a este curioso personaje un toque desquiciado e histriónico. Es imposible no mencionar el “momento estelar” que protagoniza, el cual consigue dejarnos con los ojos como platos y preguntarnos si no merecería un papel en Broadway. Momento ridículo para los fans clásicos de la serie y que puede ser recordado por las nuevas generaciones con una sonrisa.
Por otra parte, la actitud de los protagonistas y la personalidad está bastante diferenciada. Seiya, por ejemplo, es más burlón y desenfadado que en la serie original, mientras que Shiryu es más calmado y serio. También se ha conservado la personalidad más sensible y algo afeminada de Shun de Andrómeda.
Saint Seiya: La Leyenda del Santuario es una película destinada al nuevo público joven y que probablemente disfrutará con las batallas, diseños y con el espectáculo visual. Por el contrario, los seguidores de la serie clásica seguramente perderán el tiempo viéndola, ya que esta película no refleja en absoluto la serie que acercó a toda una generación al mundo del anime hace más de 20 años.
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