Last Hero Inuyashiki, la serie más reciente de Hiroya Oku, llegó a su fin en España con la publicación del décimo tomo, publicado por Milky Way Ediciones. Como bien decimos siempre, acabar una serie no es fácil y, a veces, un final puede tanto arruinar toda una serie o dejarla con mejor sabor de boca. En el caso de la obra presente parece haber opiniones muy diferentes, por lo que a continuación os dejamos lo que les ha parecido a algunos redactores de la web.
Nota: La siguiente entrada contiene información sobre el final de Last Hero Inuyashiki, así que si no se ha leído o se quieren evitar spoilers es mejor no seguir leyendo.
Armageddon cibernético (por Cooperlynch)
Cabría esperar que todo esto terminaría con un épico duelo a muerte entre ambos protagonistas, pero prácticamente en la recta final se da un giro inesperado: un enorme asteroide impactará contra la Tierra y la destruirá. Este giro deus ex machina descoloca bastante y da la impresión de que el asunto del meteorito es un modo de querer acabar rápidamente una obra que, aunque entretenida, no podía mantenerse en la misma tónica mucho más tiempo.
Por supuesto el sentido de solidaridad y deber de Inuyashiki no le hará dudar ni un segundo, por lo que vuela al espacio para tratar de evitar la catástrofe. Para más inri, Shoko le propone que lo destruya como en la película Armageddon, vamos que Hiroya Oku no muestra ni una pizca de vergüenza al copiar el mismo recurso. De hecho el capítulo en el que sucede esto se llama “como en Armageddon” por si no había quedado claro. Cada vez se hace más patente que Hiroya necesitaba dar carpetazo rápido a la obra.
Que aparezca por sorpresa Shishigami para ofrecerse en sacrificio e inmolarse para tratar de desviar el asteroide y salvar al mundo también rechina bastante, después de haber proclamado por activa y por pasiva querer arrasar con todo Japón exceptuando a sus tres seres queridos. Quizás podría justificarse con que Shishigami no deja de tener la mente de un chaval adolescente al que sus poderes le han desquiciado bastante. Lamentablemente el sacrificio de Shishigami no funciona, por lo que se hace evidente el necesario sacrificio final de Inuyashiki por toda la Tierra, haciendo honor al título de la obra. Cabe destacar que esto es fácilmente intuible desde que se da a conocer el tema del asteroide.
Tras el emotivo final, que está muy bien narrado, en esta ocasión Hiroya (cosa que no ocurría en Gantz) si que sabe dar carpetazo al resto de personajes y es especialmente reconfortante ver que el hijo de Inuyashiki se enfrenta con sus abusones o que Mari gane finalmente el premio como mangaka y logre publicar en la Shonen Jump. Como siempre, la vida , a pesar de las pérdidas, se abre paso.
Ha sido un viaje divertido, espectacular, y aunque el tema del asteroide y la conclusión es algo irregular en conjunto, Last Hero Inuyashiki me ha resultado una obra mucho más redonda que Gantz.
El que avisa no es traidor (por Shaney)
Hay algo que muchos autores tienen en común: o no son capaces de terminar su obra y la alargan hasta lo indefinido o la acaban de una forma que no llega a convencer. Es algo que por suerte no ha pasado con Last Hero Inuyashiki.
Hacia mitad de la obra la amenaza del asteroide se pasó por alto debido a que el foco estaba centrado en Shishigami y sus matanzas en masa. Estaba claro que el duelo entre ambos iba a ser muy igualado, eran máquinas con las mismas características, pero gracias a la casualidad (porque ninguno estaba consciente) Inuyashiki consigue la victoria.
Ya en la recta final y con la amenaza de Hiro neutralizada por Inuyashiki parece que la paz es posible para todos, pero no. Oku nos lo advirtió en distintos puntos de historia: todo iba a terminar con el asteroide. Y ahí es donde queda muy claro lo que durante toda la obra se ha insinuado, que ambos son máquinas capaces de destruir la Tierra y, que por esa misma razón, no pueden seguir existiendo.
Pese a las buenas intenciones de Shishigami chirría bastante, después de todo lo que ha hecho, que sea capaz de sacrificarse por aquellos a los que juró destruir. Pero me parece una buena conclusión al debate interior que tuvo durante toda la obra, matando y decidiendo dejar de hacerlo por influencia de otros.
Por otro lado tenemos a Inuyashiki, quien durante toda la historia mantuvo su faceta de héroe, ayudando a quien lo necesitase sin pedir nada a cambio. Esta última ocasión no iba a ser diferente, ya que al ver que el sacrificio de Shishigami no fue suficiente, no duda en sacrificarse para salvar a la humanidad, incluso mintiendo a Ando para que no se preocupara hasta que no fuera demasiado tarde.
Hiroya parece haber recapacitado con el final que le dio a su obra más famosa y nos presentó una historia con un final bien cerrado, no solo para los protagonistas si no que también para los secundarios. Este es el caso de Takeshi, quien por fin reúne el valor para enfrentarse a sus acosadores o Mari, que cumple su sueño de ganar el concurso de manga.
En definitiva, este ha sido un final cerrado y completo. A pesar de ciertos matices, Last Hero Inuyashiki es una serie que te deja con un buen sabor de boca.
What the fuck -Deus ex machina (por Max Plaza)
La valoración global de la serie es notable, aunque debido a ese final, del que vamos a hablar, desmerezca el resultado final de la obra. Y aunque estoy satisfecho, me queda la sensación, de nuevo, de lo que podría haber sido y no fue. A nivel técnico sólo puedo reprochar algunas medidas desproporcionadas de los personajes en esos interiores, donde se me antojan como ‘pegados’, pero aparte de esto, me sigue gustando su 3D y sus escenas de acción siguen siendo cojonudas (si me permitís la expresión). Permitidme esta valoración más o menos positiva para poder compensar con mi opinión sobre el final, que es de lo que trata realmente este artículo.
What the fuck!!! Así se me quedó la cabeza (casi me explota) cuando leí el tomo 8 de esta serie y en estos días de reflexión que he dejado, entre la lectura del último tomo y el escribir estas líneas, para poder reponerme y asimilar el resultado final. Realmente la historia me parece muy bien llevada y el final además de apoteósico, épico, trágico en su justa medida y casi totalmente ineludible, se me atragantó debido a la ‘presentación’ del meteorito en la historia.
El problema es que llueve sobre mojado y me hace tener sentimientos encontrados con el final de otra obra del mismo autor. Quizás no hay ni que recordar el final de Gantz y esto hace que me genere dudas sobre la originalidad y capacidad del autor para crear, desarrollar y sobre todo, realizar un desenlace de la historia más o menos plausible y que no te saque de quicio.
El ‘deus ex machina’ me dejó tocado y aunque, siendo magnánimo, creo que el autor lo ha sabido resolver como no podía ser de otra manera. Entiendo que a muchos lectores se les habrá atragantado y valorarán negativamente el resultado final de la obra, pero para mí no se lo merece y compensa los buenos momentos que nos ha hecho pasar. Realmente es una pena que el autor haya recurrido otra vez, a una fórmula similar a la de Gantz, para el desenlace que se antoja baladí por ese recurso que utilizan algunos autores cuando no saben qué hacer. Es una pena que no haya podido (¿sabido?) continuar una historia con muchas posibilidades para una serie más larga. Seguramente, la gente se acuerde más de este giro de los acontecimientos que por el resultado global de la obra. Una pena.
Las prisas nunca son buenas… (Por Serra)
Cuando en mayo de 2017, se anunció el final de Last Hero Inuyashiki en su décimo tomo, no fueron pocas las voces que se sorprendieron ante la decisión de Hiroya Oku. ¿Tan pronto? ¿Cómo era posible que el autor fuera a poner punto y final a la historia en su momento más álgido? Pero sí, pocos meses después finalizaba la obra dejando un sabor un tanto agridulce en los lectores.
Es cierto que no hay nada mejor en el mundo del manga que un autor se mantenga fiel a su idea inicial y no decida alargar la obra más de lo debido. Y no hay mejor ejemplo que Gantz del propio Hiroya Oku que podría decirse que murió de éxito. Por ello, el autor parece que desde un principio tenía claro que Last Hero Inuyashiki no iba a ser una obra larga y con un desarrollo claro. De esta manera, es cierto que el manga resulta más redondo que su obra precedente.
Quizás esta idea inicial fue lo que más benefició a la obra. Un desarrollo casi perfecto de sus protagonistas, tanto del héroe Inuyashiki como del villano Shiro, a través de los distintos enfrentamientos y situaciones en las que se vieron envueltos. Escenas llenas de detalles, cargadas de acción y donde tampoco faltaba la tragedia, todo ello para disfrute del lector.
Sin embargo, finalizado el enfrentamiento de los dos protagonistas, parecía que solo había dos opciones. O bien con Inuyashiki reconocido por su familia con un Shiro sumido en la más absoluta soledad, o desarrollar algún arco más que estuviera a la altura de lo anterior (ya fuera retomando a los Yakuzas, enfrentamiento con el Gobierno o quién sabe si contra los misteriosos alienígenas iniciales). Pero no, Oku eligió la opción intermedia: meter a Trump y su meteorito que acabó con el sacrificio de los protagonistas.
Sin duda, un final acelerado y que casi contrasta con los arcos anteriores donde Oku se deleitaba en las escenas de acción y demás. Aunque el final resulta correcto, el lector tiene la sensación de que la historia daba para más o, al menos, se merecía un final a la altura. De esta manera, da la sensación que Oku se cansó de la obra y decidió cortar por lo sano. Si bien la sombra de cómo se le fue de madre Gantz estaba ahí, Inuyashiki se merecía algo más.
De la complejidad a la sencillez (Annie)
Tras comenzar Inuyashiki no podía dejar de sentir fascinación, ya no solo por el impresionante detalle en el dibujo de Oku, sino por la originalidad de su historia. Una historia que se iba construyendo con referencias de otros clásicos (empezando por un Inuyashiki que canta en un columpio Gondola no Uta como lo hizo Takashi Shimura en Vivir de Akira Kurosawa), pero que tenía personalidad.
Sin embargo, cuando llegamos al final vemos que esto se va evaporando para darle un acabado más simple de lo que toda la historia se fue construyendo. Al final ambos protagonistas acaban sacrificándose por el bien de la Humanidad, uno porque ya era un héroe y otro para redimir sus pecados. Esto se va haciendo predecible desde los dos últimos tomos y no es tan rompedor como el comienzo de la obra en general.
Otra de las cosas que llamaron mi atención fue que la familia Inuyashiki, aunque sí demostró aprender ciertas lecciones de vida con la pérdida de su padre y marido, parecen seguir un camino de frialdad, ya que el Shiba Inu de Inuyashiki es probablemente una de las cosas más representativas que podía quedar de él y lo dejan en la perrera.
Además de este pequeño detalle que me ha marcado bastante, también me quedo con la necesidad de saber qué eran exactamente esos extraterrestres que los “mataron” y qué mi madre andaban haciendo realmente para cargarse a Shiro y Inuyashiki. Y ¿por qué les importaba tanto haber trastocado cosas en la Tierra, viéndose en la necesidad de reconstruirlos?
En conclusión, no es que la obra me haya dejado mal sabor de boca en general porque el estilo de este autor sin duda es impresionante y hacer un buen final es difícil. Pero sí quiero decir que me quedo un poco vacía y con varias preguntas a las que me hubiera gustado encontrar respuesta.
Pues se ha quedado una buena media hora libre para leerse todo Inuyashiki (Faeh)
Tras terminar de leer Last Hero Inuyashiki, lo primero que tenía en mente era volver a leerla del tirón para disfrutar esta obra completamente. Y es que, por suerte o por desgracia, cada tomo tiene un ritmo vertiginoso y se puede leer literalmente en cinco minutos. Este efecto provocaba en una persona tan despistada como yo, que ya no recordara lo que había leído dos meses atrás.
Pues bien, saboreando el manga en su totalidad, debo concluir que me parece una obra bastante redonda. Inuyashiki tiene un recorrido que le hace superar sus propios defectos y tiene su momento batalla final con su antítesis (aunque sea en “modo automático”). A Shishigami le pasa algo parecido, obviamente desde la perspectiva opuesta de Inuyashiki. A pesar de ser un auténtico [inserte aquí la palabrota que más le guste], tiene su momento de seudo redención al intentar frenar el impacto del meteorito, mostrando el último atisbo de humanidad que le quedaba. Hasta la familia de Inuyashiki acaba teniendo su propia evolución, y por suerte, un final feliz.
La verdad es que es inevitable comparar a Inuyashiki con Gantz. Y a pesar de que personalmente me gusta más ésta última, hay que reconocer que Inuyashiki es más redonda y tiene poca paja. Ahora solo queda esperar a ver si nos llega Gigant, el trabajo en el que se encuentra inmerso Hiroya Oku para seguir disfrutando de su buen hacer.
En definitiva, teniendo en cuenta la opinión de estos redactores, parece ser que la obra de 10 tomos de Hiroya Oku tiene sus defectos, pero funciona. Y vosotros, lectores, ¿qué opináis al respecto? ¿Os ha gustado? Podéis dejarnos vuestras opiniones en los comentarios de esta entrada o a través de las redes sociales.
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