Imagen portada ‘lpspalmer‘
Los sites que proponen scantrad, es decir, pirateo del manga, fueron amenazados por los editores japoneses de persecuciones comprometidas. Las diversas advertencias ya dieron sus frutos, ejemplo de ello fue una de las webs americanas más poderosas, ONE Manga, suprimió la integridad de los capítulos puestos a disposición por el sitio web. Otras páginas como News-Paradise fueron anteriormente afectadas.
¿Hasta qué punto existe ilegalidad?
El Scantrad, al igual que cualquier tipo de pirateo, es totalmente ilegal en todos los países del mundo (Nota del Editor: …o ‘alegal’ según el caso). Pero, estos sitios web, ponen manga a disposición de personas que quizá no puedan permitirse el comprarse cada tomo de cada serie que les interesa.
Porque todos los que leemos manga, sabemos que no es precisamente barato, y más siendo series de larga duración, en la mayoría de los casos.
Cada tomo suele costar más o menos entre unos 6,50€ hasta los 9 €, si rebajaran los precios, podríamos comprar más mangas y quizá incluso hasta ganarían más. Todo el mundo tiene derecho a la lectura, ya sea de manga o de cualquier otro tipo, ¿por qué no poner los precios al alcance de todos? ¿Son siempre estos precios una buena comparación calidad-precio?
A pesar de que los compradores a veces están dispuestos a pagar una cantidad de dinero determinada para adquirir un tomo de buena calidad, a veces, los precios son abusivos teniendo en cuenta que los lectores de manga suelen ser adolescentes que empiezan cada vez a una edad más temprana.
Los usuarios de distintos países quieren leer sus series favoritas, no sólo verlas, de ahí que la descarga de manga sea tan habitual como la descarga de anime, a cambio de una calidad más baja.
El mercado japonés y las editoriales
También es difícil que el mercado japonés abra sus puertas, y las editoriales se retraen debido a la gran cantidad de piratería, que evidentemente no les sale rentable.
En muchas ocasiones las editoriales deben aumentar los precios de sus tiradas para poder obtener beneficios y en otras ocasiones ni siquiera beneficios, sino obtener los costes totales de producción de la tirada.
La pregunta es: ¿existe alguna solución en estos momentos? Parece que el género e-book puede ser una buena alternativa para este mercado, pero ¿quién está dispuesto a pagar por estas herramientas?
Este texto refleja únicamente la opinión del autor, y no necesariamente la de Ramen Para Dos, o de sus integrantes.
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