Esta semana en Nippon Ai Shiteru hablamos de uno de los más grandes acontecimientos sucedidos en tiene Japón, que trata sobre los samuráis y su código del honor. Esta historia se remonta 300 años atrás. En ella se entrelaza la dedicación y el sacrificio, con la venganza y la conspiración, que sufrieron los vasallos de un Daimyo que fue engañado y ridiculizado ante todo el país.
Este relato comienza en 1701, durante la era Tokuga wa, cuando el shogunato Tokugawa ejercía todo el poder en Japón y el emperador era una mera figura representativa. Cada uno de ellos vivía en una ciudad distinta. El primero, Tokugawa Tsunayoshi, tenía su palacio en Edo; mientras que el emperador vivía en Kyoto. Al comenzar el año ambos señores intercambiaban regalos y enviaban emisarios como muestra de respeto ante la autoridad que sostenían. Todas las ceremonias eran encargadas a un Daimyo, que procuraba satisfacer todas las necesidades de los embajadores.
Ese año, el encargado de tan importante cometido recayó en Asano Takumi no Kami Naganori. Para él fue un gran honor recibir la noticia de que se le había elegido como encargado de la recepción del enviado de la familia imperial. Este puesto daba mucho prestigio a la familia que realizaba esa labor, y al no saber mucho sobre protocolo, fue nombrado un alto cargo del gobierno para que le enseñara todos los modales adecuados. Este fue Kira Kozukenosuke Yoshinaka, maestro de protocolo de mayor rango de Bakufu.
Kira tuvo que dejar su hogar en la capital para ir a una casa desconocida para él, y para ejercer la ardua tarea de enseñar modales. Todo este trabajo le resultaba muy aburrido y por ello menos preciaba los grandes esfuerzos de Asano por aprender.. Además, Kira consideraba que debía tener una compensación económica por el “problema” que le estaba suponiendo y por todos los conocimientos que estaba impartiendo a su discípulo. Pero Asano se negó en rotundo, puesto que consideraba que todo este servicio no lo hacia él sino hacia el reino, el emperador y el Shogun. Ante esta negativa el funcionario fue mas rudo, descortés y aumento las humillaciones e insultos hacia Asano.
Poco a poco la relación fue siendo más y más tensa hasta apenas existir una relación entre ellos que no fuese la enseñanza del protocolo. Un día, la situación explotó en el palacio del shogun. Kira humilló a Asano una vez más, pero esta vez fue delante de Tsunayoshi, quien había pedido que fueran para saber como iban los preparativos de la ceremonia. Tal fue el desprecio que recibió Asano que desenvaino su nihontō, su espada corta, y le hirió levemente, en el hombro a Kira.
Atacar a otro con furia iba contra la ley; hacerlo en el palacio del shōgun era impensable. Asano hizo poco esfuerzo por defenderse durante el interrogatorio, excepto decir que no guardaba rencor al shōgun y que sólo lamentaba no haber matado a Kira. Después de que los o-metsuke terminasen su investigación sobre el asunto, el shōgun emitió una sentencia de muerte contra Asano, ordenándole morir por seppuku, cometer suicidio ritual. El shōgun decretó que sus ingresos de 50.000 koku donde Ako en Harima debía de ser confiscado y que su hermano Daigaku debía ser puesto bajo arresto domiciliario.
Cuando esta noticia llego al castillo de la familia, todos los servidores y sus más de 300 samuráis montaron en cólera. Algunos asumieron su nueva condición de ronin (samurai sin señor) pero otros intentaron manifestarse en contra de la decisión del Shogun y se reunieron para discutir la venganza del asesinato de su maestro por Kira, a pesar de que sabían que serían severamente castigados por ello. A pesar de esto, los ahora ronin hicieron un juramento secreto para vengar la muerte de su maestro. Oishi Kuranosuke, consejero del clan Asano, sugirió a los sirvientes y samurais abandonar el castillo en paz y pelear por la familia Asano mientras que al mismo tiempo preparaban la venganza contra Kira. Esta fue la opinión que finalmente prevaleció.
Oishi junto a 46 samuráis mas, de su plena confianza y mas allegados al señor Asano hicieron un pacto de silencio por la conspiración que estaban urdiendo. El plan era pasar desapercibidos durante un largo tiempo, para que Kira no sospechara de ellos y pensase que habían renunciado a vengarse. Esperando el momento adecuado, algunos de los ronin se hicieron comerciantes o vendedores ambulantes. El propio Oishi fingió haber perdido todo honor, abandonando a su esposa e hijos y comprando una joven y guapa concubina. Comenzó a frecuentar burdeles, peleas callejeras o juntarse con borrachos. Pero este decidió aumentar su protección y cambio de vivienda a una mas fuertemente protegida.
Kira en un principio fortificó su residencia esperando algún tipo de represalia por parte de los hombres de Asano. Frecuentemente enviaba espías para investigar a los exsirvientes de Asano, buscando algún movimiento que indicase que atentarían contra su vida. Tras las numerosas muestras que hicieron de haber perdido su honor como samuráis, y una falta absoluta de valor para vengar a su señor, los espías de Kira le informaron de su conclusión, eran inofensivos y no atentarían contra la vida de Kira. Así pues, disminuyó las medidas de seguridad impuestas y bajó la guardia.
Después de un año de espera los ronin encontraron el momento para tomar su venganza, y la noche del 14 de Diciembre de 1702 tomaron sus armas y atacaron el castillo. Se dividieron en dos grupos y rápidamente tomaron la casa. Lamentablemente ninguno conocía el rostro de Kira, solo sabían que tenia una cicatriz en el hombro producida por su señor. Por esto y porque Kira se había escondido en un deposito de agua, tardaron casi toda la noche en encontrarlo. Finalmente le apresaron e instaron a que se presentara ante Oishi, el cual le obligó a que se suicidara con la misma daga de Asano. Como se negó a hacerlo, Oishi decidió decapitarlo con dicha daga. Tras esto fueron a presentar la cabeza de Kira a la tumba de su señor en el Sengakuji
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS