Hoy 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, y para conmemorarlo, nos gustaría destacar a dos nombres del cine asiático actual. En la presente entrada hablamos de dos directoras de cine que se han hecho un hueco en la industria con un resultado extraordinario: Naoko Yamada y Naomi Kawase. Dos ejemplos de mujeres que han logrado hacerse un hueco en un país donde es muy raro ver a una directora. Aún así, son dos nombres potentes y sonados, que ya cruzan festivales y diversos eventos.
Ambas directoras han participado en varios proyectos, además de haber estrenado cintas en el pasado año 2017; aunque a España una de ellas llegue un poco más tarde. Yamada se encargó de A Silent Voice, la cual se estrena el próximo 16 de marzo en cines gracias a Selecta Visión (cuya crítica podéis leer aquí). Por su parte, Kawase, estrenó Hacia la luz (de BTeam Pictures), su último proyecto en cines (cuya crítica tenéis disponible aquí).
Nacida a finales de 1984, Naoko Yamada empezó su carrera profesional en el año 2004 trabajando directamente en el aclamado estudio de animación Kyoto Animation. En 2009 dirigió su primera película, que fue la adaptación del manga K-ON!. Posteriormente, cuatro años después estuvo al cargo de la serie de anime Tamako’s Market.
Dichos trabajos se vieron reconocidos y premiados dentro de la industria, recibiendo varios premios: K-ON! ganó en 2012 el Premio a la Excelencia en Animación y el Premio de la Academia de Cine de Japón. Mientras que por su parte, Tamako Love Story recibió el Premio New Face, en la categoría de animación, del Japan Media Arts Festival celebrado en 2014. Su trabajo más reciente, A Silent Voice, aún no ha ganado nada ya que todavía no se ha celebrado la gala de premios de la Academia de Cine de Japón. Pero está nominada al Premio a la Excelencia en Animación.
Y es que Yamada tiene un estilo único e irrepetible. En la adaptación de A Silent Voice, consigue conquistar los corazones del público con una obra de gran categoría. Además de ser una apuesta arriesgada al intentar rehacer algunas partes para la película, cuyo resultado final destaca por su bella animación y conmovedora historia que remueve hasta los sentimientos más internos. Sobre todo de cara al tratar temas tan delicados como el acoso escolar o la discapacidad, además de respetar con sumo cuidado el lenguaje de signos en diversas escenas.
Por otro lado, la otra directora de la que hablamos es la reconocida Naomi Kawase, con grandes éxitos en su carrera. Nacida en 1969 en Nara, se graduó en la Universidad de Artes Visuales de Osaka. Tan solo tres años después comenzaría a dirigir su primera obra, titulada Embracing en 1992. A esta le seguiría Katatsumori dos años después, con la que consiguió tener éxito de forma internacional, triunfando en el Festival del documental de Yamagata en 1995.
Dos años más tarde, Kawase se convirtió en la ganadora más joven de la Caméra d’or por Moe no Suzaku en la Quincena de los directores. Posteriormente en el 2000, su filme Hotaru ganó los premios FIPRESCI y CICAE del Festival de Locarno. A partir de entonces, sus cuatro siguientes proyectos se seleccionaron en Competición para el Festival de Cannes. Se trata de Shara, del 2003; El bosque del luto (Mogari no mori), que ganó el Grand Prix en 2007; Hanezu no tsuki (Hanezu) en 2011 y Aguas tranquilas (Futatsume no mado), en 2014.
Sería con Una pastelería en Tokio (An) la película con la que se abriría el pasado Un Certain Regard 2015, y con la que tuvo mayor éxito internacional, sobre todo en cines españoles. Tras esto, el año pasado estrenó su última obra: Hacia la luz. Una película que brilla con luz propia, aunque suene redundante, pero que es un espectáculo visual de gran admiración. Aquí se da uno cuenta del potencial que ha ido ganando la directora con el paso de los años. Y que promete mucho más con los nuevos proyectos que está preparando.
Pero no solo eso, ya que su obra documental también ha recibido muchas críticas y elogios: obtuvo la Carrosse d’or en la Quincena de los directores celebrada en el año 2009, además de ser distinguida como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia (2015).
También ha ejercido como miembro del Jurado del 66º Festival de Cannes, presidido por Steven Spielberg. A lo largo del continente europeo se han organizado retrospectivas sobre su obra, como por ejemplo en el Jeu de Paume en París que tuvo lugar en el año 2002. Y en 2010, decidió crear el Festival Internacional de Cine de Nara, con el que se dedica a promocionar la creatividad de los cineastas jóvenes.
Así pues, estas dos mujeres son más que dos nombres, son claros ejemplos de que las mujeres tienen mayor cabida con el paso del tiempo en diferentes sectores, tradicionalmente empoderados por hombres. Y más en un mundo hermético como es el cine, donde no dejan expresar sus ideas, que son tan válidas como las de cualquier director o guionista hombre. En este caso hemos escogido a estas dos mujeres por tener proyectos actuales y que sobre todo han llegado a España, pero podéis dejarnos vuestras sugerencias acerca de más ejemplos a lo largo de la historia del cine, que es el hilo conductor este artículo.
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