La primera película que se emitirá es obra de Bong Joon-Ho (The Host, Snowpiercer), quién recibió la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de San Sebastián en 2003. Basada en hechos reales, Joon-ho aborda en esta cinta el tema del horror desde una óptica humana, realista, desmitificando la violencia y el crimen, lejos de convencionalismos e inverosímiles enfrentamientos intelectuales. Cuida al detalle los elementos básicos del género y los conjuga con el inconfundible estilo oriental, dando a luz uno de los thrillers surcoreanos más intensos y mejor construidos de los últimos años.
En 1986, en la provincia de Gyunggi, en Corea del Sur, aparece el cuerpo de una joven brutalmente violada y asesinada. Dos meses después se repite una serie de crímenes en las mismas circunstancias, algo capaz de conmocionar a un país que no ha conocido nunca antes semejantes atrocidades.
Comienza a tomar cuerpo la idea de un asesino en serie, algo que las autoridades tratan de esconder a toda costa, y se organiza un destacamento especial de la policía encabezado por el agente local Park Doon-man y un detective de Seúl, Seo Tae-yoon, que ha solicitado ser asignado al caso. Sin embargo, la resolución de los asesinatos se vislumbra cada vez más lejana y termina prolongándose casi cinco años, lo que sume a los investigadores en una creciente desesperación.
La segunda de las películas que se emitirá el próximo lunes no es una producción asiática, aunque su temática sí. Clint Eastwood firma esta producción cinematográfica, galardonada con el Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa de 2006 y rodada íntegramente en japonés. La película ofrece la versión desde el punto de vista japonés de la batalla que Eastwood plasmó en su anterior filme, «Banderas de nuestros padres», en la que se recoge la visión estadounidense a la operación militar durante la Segunda Guerra Mundial de la isla japonesa de Iwo Jima por parte del ejercito norteamericano.
Hace sesenta y un años, los ejércitos norteamericano y japonés se vieron las caras en Iwo Jima. Décadas después, varios cientos de cartas son desenterradas del suelo de esa inhóspita isla.Las cartas ponen cara y voz a los hombres que allí lucharon, así como al extraordinario general que los dirigió.
Los soldados japoneses eran enviados a Iwo Jima sabiendo que, con toda probabilidad, ya no regresarían. Al mando de la defensa se encuentra el general Tadamichi Kuribayashi, cuyos viajes a Norteamérica le han revelado la naturaleza inútil de la guerra, pero también le han proporcionado un conocimiento estratégico sobre cómo hacer frente a la imponente armada de guerra norteamericana que se aproxima por el Pacífico. Sin más defensa que la pura voluntad, la táctica sin precedentes del general Kuribayashi transformó lo que se preveía como una derrota rápida y sangrienta, en casi 40 días de heroica resistencia nipona.
Fuente: Canal Plus, 2
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