Que Japón tiene una de las industrias de publicación dedicada a la historieta más fuertes del mundo es algo obvio, y, si alguien es el responsable de ello, ese es Tezuka. Su carrera estuvo repleta de grandes éxitos, sobre todo en el terreno de las historias para niños y adolescentes. Muchas veces se le ha identificado como aquél que le ha dado su sentido al estilo narrativo del cómic japonés, que tanto ha influenciado al propio cine nipón e incluso a artistas occidentales.
La figura de Tezuka surgió tras la Segunda Guerra Mundial, con la obra El diario de Ha-chan , un yon-koma al uso de los que solían publicarse en la época, es decir, 4 viñetas a modo de tira de periódico que se fueron publicando en el Mainichi Shogakusei Shinbun. Tras ello vino una carrera llena de éxitos en la que, por ejemplo, adaptó la Isla del Tesoro, realizó la primera historieta enfocada para el público femenino, Ribon no Kishi, o hizo un cómic para chicos titulado el Emperador de la Jungla Leo en la que Disney se inspiró para crear su Rey León.
Sin embargo, pese a lo que pueda parecer hoy, en un momento en el que a Tezuka siempre se le suele encumbrar como “el dios del manga”, el autor no siempre vivió momentos felices en su residencia de Takadanobaba, un vecindario tranquilo lleno de estudiantes por su proximidad a la universidad de Waseda. Su figura fue indiscutible durante mucho tiempo, hasta que en los años 60 empezó a ser denostado por una nueva corriente de artistas englobados en un movimiento denominado gekiga que había nacido a finales de los 50 y que acabó por influir directamente al cómic más comercial.
La gran figura que había sido hasta entonces, poco a poco parecía menguar bajo la sombra de nuevos artistas como Ikki Kajiwara (Tiger Mask) o Sanpei Shirato (Kamui-den), que realizaban historias en las grandes revistas con un componente dramático y humano mucho mayor, centrándose en rincones más oscuros y adoptando una perspectiva mucho menos infantil. La influencia de las imágenes dramáticas de autores como Tatsumi o Hirata había hecho cambiar al manga de masas y no se tardó en tildar a Tezuka como un artista obsoleto que sólo sabía realizar historias facilonas.
En la autobiografía del autor, él mismo confiesa que aquella fue una de las épocas más complicadas de su vida. A las críticas, se sumaron las deudas que el estudio de animación que regentaba, Mushi Productions, fue acumulando hasta que provocó su cierre en 1973. Muchos le dieron por acabado y algunas puertas de editoriales se fueron cerrando.
Aquel fue el momento donde el gran artista de los relatos para niños supo reinventarse, añadiendo un componente dramático y más adulto a las historias. El mismo año que su estudio finalmente se hundía, empezó a realizar Black Jack en la revista semanal Shonen Champion, narrando la historia de un habilidoso y errabundo cirujano sin licencia que se enfrenta a complejos dramas morales.
Pese a que la publicación sólo tenía visos de durar unos cuantos números, los lectores acogieron la obra con entusiasmo. Tezuka utilizó sus conocimientos médicos, ya que él mismo estaba licenciado en medicina, para conseguir mantener una obra que duró una década y que ha imprimido más de 100 millones de ejemplares a nivel mundial.
Según escribió el profesor de la Universidad de Takarazuka, Ichiro Takeuchi, en su libro Osamu Tezuka: Historia del Manga, Tezuka “supo volver a atraer al público porque aceptó la corriente de la época, el gekiga, incluyéndolo en su estilo y creando una nueva vía. Él era ya una figura reconocidísima así que debió resultarle muy duro adaptarse a algo que eran tan diferente a su forma de hacer las cosas. Probablemente lo hizo porque tenía ganas de moverse con sus lectores.”
Ya antes se había aproximado al dramatismo en una obra como Oda a Kirihito (1970), la historia de un médico enfermo que sufre una terrible dolencia que poco a poco va deformándole y en 1967, comenzó con la finalmente inconclusa Hi no Tori (Fénix) (1967-1989), en la que va analizando la historia de la humanidad a través de una innumerable cantidad de sagas. A España nos llegaron las obras de mano de Otakuland, la primera, y de Planeta de Agostini, que publicó parcialmente la segunda.
En esta corriente de historias llegó el manga que se ha adaptado a la animación este año, Buda (1972), una obra que cuenta con cerca de tres mil páginas en la que recorre la vida del fundador de la religión y que en España publicó Planeta de Agostini recopilada en 10 tomos que salieron a la venta entre 2002 y 2003 dentro de la colección Trazado. Los tomos eran muy característicos, en negro y con cerca de 300 páginas cada uno en formato A5 (150×210), en rústica con tapa blanda y solapas, con sentido de lectura Occidental y las portadas de un dibujante que nada tenía que ver con el estilo de Tezuka.
La adaptación al anime del manga que publicó en Japón Kodansha, corre a cargo de la Toei Animation y es distribuída por Warner Bros. El film ha sido dirigido por Kozo Morishita y el guión ha sido escrito por Reiko Yoshida, un guionista habitual de la animación japonesa con obras en su haber como Blood+, Emma: A Victorian Romance, Maria-sama ga Miteru o La Princesa Abandonada. La taquilla nipona respondió bien y en nuestro país Selecta Visión ha dejado entrever su interés por la película.
Con todos estos éxitos, a día de hoy parece casi imposible creer que el Dios del manga también pasara por momentos complicados en su carrera, en los que todo el mundo ponía en duda su talento. Pese a ello, Tezuka se adaptó y se sobrepuso, sorprendiendo a todos y dibujando las que probablemente fueron las mejores obras de toda su carrera. Tezuka no sería hoy en día el dios del manga si no hubiera sabido caminar por esos peldaños partidos en su ascensión y precisamente por cómo subió por ese camino más complicado es por lo que hoy su figura se engrandece.
Obras de Osamu Tezuka publicadas en España:
- Adolf
- Astroboy
- Ayako
- Bajo el Aire
- Black Jack
- Buda
- Crimen y Castigo
- El árbol que da Sombra
- Fénix
- La Leyenda de SonGoku
- La nueva Isla del Tesoro
- La Princesa Caballero
- Lost World
- Metropolis
- MW
- Next World
- Oda a Kirihito
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS