Compitiendo directamente contra Konstantin Bronzit (Lavatory –Lovestory), Emund Mokhberi y Thierri Marchand (Oktapodi), Doug Sweetland (Presto), y Alan Smith y Adam Foulkes (This Way Up), el director japonés Kunio Kato consiguió destacar y llevarse la estatuilla de oro al mejor cortometraje de animación gracias a su trabajo en “La Maison en Petits Cubes”. De esta manera, el director consigue ser el primer japonés en ganar un Oscar dentro de su categoría. Tras recoger su premio, dio las gracias en inglés a la Academia y a todo el mundo que estuvo apoyándolo, reservando una mención especial hacia sus padres, para terminar el discurso despidiéndose con un cordial “Domo Arigato”.
La obra de Kunio Kato fue también ganadora el pasado Junio en el Festival Internacional de Películas de Animación de Annecy, Francia. Tsumiki no Ie, su equivalente en japonés, presenta la historia de un anciano que se ve obligado a adaptarse ante los distintos cambios que van sucediéndose en un mundo inundado por el agua mientras comienza a recordar su vida pasada.
El otro afortunado ganador de la estatuilla, Yojiro Takita, fue galardonado con el premio a la mejor película de habla no inglesa por “Departures“/”Okuribito”, anteponiéndose a otros directores que competían por el trofeo: Uli Edel (The Baader Meinhof Complex), Laurent Cantet (The Class), Götz Spielmann (Revanche) y Ari Folman (Waltz With Bashir).
Anteriormente, la película había sido premiada el pasado verano en el Festival de Montreal, y también en el 63 certamen de películas de Mainichi. Cuando el violoncelista Daigo Kobayashi (Masahiro Motoki) pierde su empleo, regresa con su esposa a su ciudad natal para trabajar en lo que él creía una agencia de viajes. Sin embargo, el puesto vacante que ocupará pertenece a una empresa que se dedica a la cremación de cadáveres, puesto para el que sorprendentemente mostrará una gran aptitud.
Por Chibisake
Fuente: Manichi
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