Además, Taro Yamada, un miembro de la cámara baja del partido Minna no Tō, ha comentado que ha podido leer el borrador de la ley y, en ella, ha visto una cláusula en la que se contempla la no diferenciación entre las imágenes de niños reales y las que representan a niños, como en el caso de ilustraciones, anime o representaciones digitales. Es más, el Parlamento realizará una investigación sobre la relación que tiene el manga y el anime con las violaciones de los derechos humanos de los niños. Estamos pues, ante el posible final del lolicon en Japón de la forma que es ahora.
La reforma hará de la posesión de este tipo de imágenes de individuos menores de 18 años algo ilegal, con una multa de 1 millón de yenes y menos de un año de prisión si se demuestra que el sujeto las posee con el propósito de satisfacer su curiosidad sexual. Está previsto que la ley sea aprobada en el Congreso antes del final de este curso político, que concluirá el 26 de junio.
De las dos cámaras que tiene el sistema político japonés, la alianza entre el LPD y el Nuevo Partido Komeito tiene la mayoría absoluta en la equivalente al Congreso pero no la poseen en la Cámara Alta. Sin embargo, aunque la ley sea rechazada en el Senado, puede ser aprobada por el Congreso de forma unilateral tras una espera de 60 días siempre que salga con mayoría absoluta.
Ken Akamatsu, creador de Love Hina y Negima, ha acudido al Parlamento y la sede del LPD la semana pasada para expresar su preocupación al respecto de la reforma. El LPD ya había intentado cambiar la ley en 2011 para hacer que se aplicara al manga, al anime y a los videojuegos pero no salió adelante, mientras que Shintaro Ishihara es un personaje de sobra conocido por el público otaku por sus anteriores intentos de algo similar.
Fuente: ANN
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