En el vídeo de muestra se explica que, combinado con realidad aumentada, será posible controlar una tablet, recibir llamadas o incluso escribir. También se explica que el usuario podrá tener la mano metida en el bolsillo y utilizar la pulsera, puesto que no será necesario tenerla a la vista.
Sus mejoras con respecto al Kinect original son notables. Han superado los problemas con la percepción del espacio y han abierto el abanico de posibilidades en cuanto al uso. Sólo falta esperar a ver el desarrollo final del producto y la capacidad de los desarrolladores de software de sacarle partido.
Con el potencial de este periférico cabe esperar que sigan apareciendo nuevas aplicaciones en el futuro y que su diseño se vea reducido para estar más acorde con las nuevas tecnologías. De momento es sólo un prototipo, pero este parece ser el objetivo marcado por Microsoft no sólo para su próxima consola de sobremesa, sino para todos los productos de la compañía fundada por Bill Gates y Paul Allen.
Fuente: Gamerzona
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