Rengoku está contra las cuerdas. Sin duda, la tercera luna superior, Akaza, está a otro nivel. Con este séptimo episodio, esta segunda temporada de Guardianes de la noche: Kimetsu no Yaiba pone punto y final a su primer arco que reemitía la película de Guardianes de la Noche: El Tren Infinito.
Cada domingo a las 17:45 (hora española peninsular), Crunchyroll estrenará un nuevo episodio en su simulcast en versión original con subtítulos en español, una hora después de la emisión en Japón. Desde Ramen Para Dos, en nuestra review haremos también una pequeña recapitulación del regreso de una de las series más populares del momento. Aunque antes recordar que las siguientes líneas contienen spoilers de la trama del episodio.
El episodio nos vuelve a poner a tono en medio del combate, con Rengoku en las últimas y un Akaza deseoso de pelea. La recuperación instantánea de la tercera luna superior deja entrever la clara diferencia entre demonios y humanos, especialmente la desventaja en combate de estos últimos. A pesar de ello, el ardiente Rengoku no se da por vencido y prepara su último ataque. Tras un pequeño momento donde Rengoku recuerda una tierna conversación con su madre, el pilar tiene claro su objetivo: defender a todos los pasajeros del tren a costa de su vida.
Sin pensarlo dos veces, Rengoku lanza su devastador ataque. Aunque suene redundante, el trabajo técnico de Ufotable es espectacular, y junto a la banda sonora compuesta por Gou Shina, deja una de esas escenas épicas que pasarán a la historia. El trabajo de ritmo en estas es impecable. Sin duda, el director Haruo Sotozaki ha cogido el gusto a dejar estampas apoteósicas en estos momentos de clímax. Además, esta re-emisión de Guardianes de la Noche: El Tren Infinito tiene algunos planos extras, casi imperceptibles, que ayudan a darle un ritmo concreto a estos episodios que poca diferencia han ofrecido frente al largometraje original.
A pesar de la brutalidad del ataque, Akaza lo logra esquivar el ataque y asesta un golpe definitivo, clavando su brazo en Rengoku. Con todo esto, el pilar sigue luchando para ganar el combate. Presiona la herida para aprisionar al demonio y retenerlo hasta que salga el sol. Ahí da inicio una batalla brutal que finaliza rápidamente con Akaza librándose por los pelos de la luz y se lanza corriendo dirección al bosque en busca de oscuridad.
Por su lado, Tanjiro e Inosuke se deciden a apoyar al pilar del fuego. Nuestro malherido protagonista intenta ir detrás de Akaza. Al ver que no logra alcanzarle, le lanza su nichirin, consiguiendo asestarle. Aquí comienza un discurso memorable de Tanjiro, la banda sonora y Natsuki Hanae, el actor de voz del protagonista, hacen gran parte del trabajo. Que nos deja algo claro: los humanos, con todas sus desventajas, son los que luchan bajo la luz de la luna contra los demonios, en su hábitat natural. A pesar de ello, ni Tanjiro ni Inosuke logran ayudar a Rengoku.
Entre tanta epicidad y emociones pueden casi pasar desapercibidas las últimas palabras de Rengoku a Tanjiro. El pilar logra recordar unos libros que están en su casa donde, posiblemente, nuestro protagonista pueda encontrar información sobre la danza del dios del fuego. Algo que será relevante en los primeros compases del próximo arco de la obra y donde Rengoku, o al menos, su familia tendrá relevancia.
El pilar de las llamas fallece con una sonrisa tras ver a su madre, diciéndole que todo lo ha hecho bien y dejándonos a nosotros los espectadores hechos un mar de lágrimas. La noticia llega a todos sus compañeros. Por su lado, Kagaya Ubuyashiki, patrón de los cazademonios, siente la pérdida y nos deja con un momento melancólico. Invadidos por la tristeza, nuestros protagonistas se encaminan a su próximo objetivo, convertirse en cazademonios más fuertes para no volver a perder en combate a sus seres queridos.
Entre lágrimas llegamos al punto y final del primer arco de esta segunda temporada de Kimetsu no Yaiba. Con el récord de la película más taquillera de la historia de Japón y el peso en sus espaldas de ser uno de los animes más influyentes de los últimos años, la franquicia se adentra en el arco del barrio rojo. ¿Estará Kimetsu no Yaiba a la altura de las expectativas?
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