Cuerpo ágil y flexible cubierto de denso pelo suave, orejitas puntiagudas, ojos de colores claros almendrados y cariño en forma de ronroneo. Con estas cualidades, los minifelinos tenían muchas papeletas para convertirse en una de las criaturas más admiradas por los japoneses desde muchos siglos, convirtiéndose en símbolos de la suerte y de la amistad. En la actualidad sería difícil imaginar la cultura kawaii sin Hello Kitty, la gatita más internacional del país del sol naciente. Sin embargo, el afecto que sienten los japoneses por los mininos no se reduce a esta felina, sino que ha dado lugar a su presencia en prácticamente todas las series animadas y leyendas ancestrales.
Orígenes gatunos
Sorprendentemente, el gato doméstico no es autóctono de Japón, sino que fue traído desde el continente asiático. Sí existían especies salvajes distintos a los felinos domesticados llamados yama-neko, una subespecie del gato leopardo (también conocido como gato de Bengala), con cuerpos pequeños y pelo gris pardo finalmente rayado y moteado. Existen dos variedades de yama-neko: uno procedente de la isla de Tsushima y otro de la isla de Iriomote. Ambos están al borde de la extinción, por desgracia.
El gato doméstico llegó a Japón alrededor del año 530 d.C. procedente de la India o China, probablemente al mismo tiempo que el budismo para proteger las escrituras sagradas de los roedores. El primer testimonio escrito de su existencia es el diario del emperador Uda (867-931) traído desde China en 884. Otra felina recordada por sus labores palaciegas fue Myobu no Otodo (Camarera de Palacio Real), mascota del emperador Ichijo (980-1011). La primera representación visual data del s. XII de la mano de Toba no Sojo en un conjunto narrativo llamado Chojugiga y desde entonces se ha convertido en un motivo recurrente en el arte nipón.
Durante los siglos posteriores los gatos domésticos nacidos en el archipiélago nipón -quizá por endogamia – sufrieron mutaciones, sus colas se acortaron, dando lugar a la raza bobtail.
El bobtail japonés
Famoso por su cola corta parecida a la de un conejo, esta raza siempre ha sido un icono del folklore japonés. Existe una leyenda sobre el origen de su diminuta cola según la cual:
Se dice que un gato se quedó dormido cerca de un fuego para calentarse, y que su cola comenzó a arder. Entonces, alarmado corrió por toda la ciudad, provocando que se incendiara, y el incendio fue tan grave que la ciudad quedó en cenizas. Al ver lo sucedido, el Emperador ordenó que a todos los gatos les cortaran sus colas como medida preventiva. Y desde entonces la tienen así.
En realidad, su procedencia no está demostrada, se cree que fue traída desde las Islas Kuriles en barcos hace 1000 años.
Esta raza se distingue además por su cara triangular, orejas separadas y redondeadas en las puntas, patas traseras mucho más larga que las delanteras y pelo denso y sedoso. Existen varias combinaciones de colores pero el más icónico es el blanco con manchas negras y rojas. Su cola corta no es resultado de la mutilación que se hace en caso de ciertas razas de perros por suerte, sino de la crianza: para que los descendientes hereden la cola corta se debe juntar una gata bobtail con un macho con la cola corta pues el gen responsable por la minicola no es dominante.
En cuanto a su comportamiento, todos son ventajas. Es un animal amable, curioso, activo y no tolera la soledad, está acostumbrado a vivir en grupos, hecho que le diferencia de los gatos occidentales. La única pega se relaciona con su alimentación, a saber este gato solo come pescado, por lo que su mantenimiento resulta caro.
Folklore gatuno
El bobtail tiene un rasgo que puede recordar al comportamiento de los perros, levanta su pata delantera para llamar o pedir algo. He aquí el origen de la representación de los maneki-neko, de los que ya publicamos un artículo muy completo.
A parte de los gatos de la suerte, también existen leyendas oscuras relacionadas con gatos youkai como el bakeneko o el nekomata. Se consideraba que un gato lóngevo y de gran tamaño que tomara aceite de pescado de una lámpara podía adquirir poderes sobrenaturales y convertirse en bakeneko. En varios casos su rabo se alargaría y se bifurcaría en dos, dando lugar al nekomata. Según las historias, estos felinos se alimentaban de humanos dormidos y podían adoptar el aspecto físico de sus víctimas. También eran capaces de andar erguidos sobre dos patas, volar, hablar e inmiscuirse en los sueños de los hombres. Por ello los nipones consideraban oportuno criar ejemplares con la cola corta, para evitar su bifurcación en dos.
Un ejemplo de estas historias se encuentra en el anime Ayakashi- Japanese Classic Horror sobre el espíritu de un gato que busca venganza en la mansión de una familia noble que esconde oscuros secretos. No obstante, encontramos personajes inspirados en bakenekos o nekomatas con una personalidad mucho más agradable en mangas y animes.
Mangas y animes gatunos
Entre nekomatas con carácter simpático encontramos en Kuro, la mascota negra de Rin Okomura en Blue Exorcist; Kirara, acompañante de Sango en Inuyasha; o Matamune en Shaman King. También series como Pokémon o Naruto rinden homenaje a este youkai con Espeon y el bijuu de dos colas, respectivamente. Bakenekos con cuerpos de mujer no faltan en Omamori Himari o Rosario+Vampire o Bakemonogatari, por citar unos ejemplos. Los gatunos fantásticos también inspiraron a ciertas mangakas dedicadas al yaoi en el diseño de chicos hermosos con atributos felinos, como en Loveless o Nekomata.
En cuanto a gato bobtail, no faltan representantes de esta raza en el mundo del manganime. Nyanko-sensei, un espíritu en el cuerpo de un gato bobtail gordo y vago es una pieza clave en la serie de Natsume Yuujincho. Aria y Maa de la obra Aria también pertenecen a dicha raza, al igual que Sphinx en To Aru Majutsu no Index y el parlachín Shamisen de Haruhi Suzumiya. Y por su puesto, en animes dedicados a los felinos como Cat Soup o Haru en el Reino de los Gatos. Finalmente, la propia Hello Kitty está inspirada en el felino de cola corta.
Por otro lado, existen mininos que pueden ser estrellas de series japonesas sin pertenecer a la raza autóctona del país. La gatita Chi del Dulce Hogar de Chi ha conseguido conquistar los corazones de los lectores españoles gracias a los tomos publicados por EDT. La autora de Chi, Konami Kanata, había escrito otra historia sobre la vida cotidiana de gatos titulada Fuku-Fuku Funyan, donde el protagonista es un gato gordo que vive con una señora mayor. Otra obra protagonizada íntegramente por gatos es Nyanpire-The Animation, serie de humor absurdo donde se dan hasta situaciones de animal-yaoi. Mininos poco convencionales aparecen también en Mi Vecino Totoro (Gatobus), Sailor Moon (Luna y Artemis) o Doraemon.
Lugares gatunos
Uno de los sitios más emblemáticos de Japón es la isla de Tashiro, poblada mayoritariamente por gatos, por lo que se conoce también como Isla de los Gatos. La población de felinos se extendió a lo largo de los siglos: durante la era Heian se introdujeron para luchar contra los ratones que dañaban la seda producida en la isla y en el período Edo los habitantes se dedicaban principalmente a la pesca, por lo que les venía bien la capacidad de estos animales para predecir cambios atmosféricos. En la actualidad sirven como atracción turística desde que los medios de comunicación presentaran al público a uno de sus ejemplares, llamado Jack, un gato blanco y negro con una oreja caída. La pasada primavera, el Estudio Asashi Production estrenó un cortometraje titulado Neko no Sumu Shima (La isla habitada por gatos), inspirado en esta isla. Su argumento gira en torno a unos gatitos separados de sus familias por causa del terremoto de 2011, quienes han de pasar por muchos obstáculos para reencontrarse de nuevo con sus seres queridos.
Otros establecimientos que han adquirido gran popularidad recientemente son las cafeterías de gatos (neko cafés), donde los clientes pueden acariciar y jugar con gatos pertenecientes al bar mientras toman un café y se leen el periódico. Los animales se entrenan para ser dóciles y amables y se seleccionan para que exista amplia variedad de razas y colores con el fin de que cada visitante pueda encontrar su preferido. Es muy agradable para aquellos amantes de felinos que no pueden tener uno en casa debido a razones económicas o higénicas. Para los que deseen visitar una sin tener que desplazarse a Japón, hay buenas noticias: una japonesa residente en Austria ha abierto una en Viena y la recepción del público ha sido muy buena.
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