El pasado día 23 acudimos a las oficinas de Sony España para probar tres demos diferentes del esperadísimo Resident Evil 2, el cual saldrá a la venta el próximo 25 de enero de 2019 para Playstation 4, Xbox One y PC. Se trata de una revisión totalmente nueva y absolutamente mejorada del clásico survival horror de Capcom aparecido en 1998.
Las demos en cuestión eran la campaña de Leon mostrada en el pasado E3 (que también tuvimos ocasión de probar en el Madrid Games Week), las demos de Claire de la GamesCom y los nuevos contenidos de la misma que se mostraron en el Tokyo Game Show. Cada una de estas tenían una duración de 20 minutos. Recordamos que podéis acompañar la lectura con nuestra partida, que encabeza la noticia, para ser testigos de nuestra (poca) pericia a los mandos.
En la demo de Leon se nos sitúa en la comisaria de Racoon City a la cual llega nuestro protagonista en su primer día como novato (en la demo se omiten los acontecimientos previos en la gasolinera y su primer encuentro con Claire y los zombies). La comisaría se encuentra desértica, destrozada y con signos de violencia. A medida que comenzamos a indagar enseguida nos encontramos con la primera escena grotesca en la que intentamos salvar a un agente atrapado al otro lado de una persiana metálica. Desgraciadamente solo conseguimos abrir un par de palmos para que cruce a nuestro lado arrastrándose, pero algo le atrapa las piernas al otro lado y para nuestro horror (y bueno sí, vamos a admitirlo, disfrute) al tirar de él comprobamos que le han arrancado la parte inferior del cuerpo con todo lujo de detalles sus vísceras.
Por suerte, el agente caído posee una libreta que nos da una posible ruta de escape y la solución a los primeros puzles. Previamente al haber revisado la entrada de la comisaría hemos visto que hay un soporte para colocar tres medallones. El primero de ellos lo obtenemos al copiar una de las combinaciones giratorias (tipo maleta) que hay al pie de una estatua cercana. El problema es que para lograr este objetivo hay que regresar al hall de la comisaría. Es en este momento cuando se empieza a poner serio el asunto y comienzan a atacarnos los primeros infectados.
En este punto ya tenemos que aprender a determinar cuando necesitamos tirar de pistola o cuando tenemos que tratar de esquivar a nuestros atacantes. En caso de disparar por supuesto hay que acertar en la cabeza, y no bastará con una sola bala. En esta demo estamos situados ya en la parte más movida de la misma, y a nivel atmosférico el juego consigue que nos agobiemos como el primer día. En principio la jugabilidad es bastante sencilla, y es un acierto que no se cuente con ayudas extra más actuales como son la mira automática o la capacidad de rodar para esquivar.
Conseguimos llegar al hall y allí nos encontramos con otro policía superviviente, un teniente que nos cede un estupendo cuchillo militar. Aunque esto no quiere decir que podamos ahorrar en munición y trocear a los zombies, ya que el filo de este se va desgastando según atacamos con el.
Tras resolver el primer puzle, el tiempo implacable llegó a su fin, unos primeros 20 minutos que nos supieron a muy poco y que nos dejaron con ganas de más. Mucho más.
A continuación pudimos probar la historia de Claire, dividida en dos demos distintas. En la primera, exploramos una vieja fábrica hasta que encontramos a una joven que, obviamente, necesita nuestra ayuda. Sin embargo, somos interrumpidos por un gigantesco monstruo, un gran conocido rubio por los fans de la saga. Esta criatura nos perseguirá incansablemente por un circuito cerrado, intentando eliminar a nuestro personaje con grandes golpes pertrechados con una tubería de metal. Nuestra labor será la de terminar con su sufrimiento a base de balas de pistola, lanzagranadas y ametralladora.
Una de las vertientes del juego en las que destaca la historia de Claire es la de combinar distintos tipos de pólvora para obtener municiones especiales para el lanzagranadas como munición inflamable o ácida. Estos elementos tendrán suma importancia si queremos derrotar a nuestro principal enemigo, ya que nosotros vimos caer a la criatura con el último cargador de pistola disponible. Es cierto que no acertamos todos los disparos, pero sí la gran mayoría, algo en lo que coincidían nuestros compañeros de otros medios. La munición con la que comenzamos la misión no será suficiente, con lo que deberemos recorrer el laberinto para encontrar la munición necesaria y las hierbas verdes que, por seguro, necesitaremos para curar nuestras heridas.
El combate no deja de ser un pilla-pilla al más puro estilo Pac-Man, pero la presencia constante del monstruo y algunas de sus artimañas para provocar tensión serán más que suficientes para mantenernos pegados al mando con cada acometida. El control funciona fluido y sin ningún problema, salvo algún ángulo de cámara puntual que nos dejó desconcertados. La cámara ha sido renovada, abandonando los ángulos fijos de las primeras entregas y dotando al juego de un aspecto menos cinematográfico y más orgánico, más acorde a los tiempos que corren. De esta manera se abandona también la tensión de sólo ver lo que la cámara quiere que veamos, aunque los pasillos y la oscuridad cumplen su función a la perfección.
Pocas opciones tenemos para esquivar al monstruo que no sean rodearle y, si somos atrapados, clavarle un cuchillo a tiempo. En mi necia actitud millenial, pulsé dos veces el botón X, ya que mi instinto intuía que así rodaría el personaje, esquivando el ataque. Loco de mí, pues me tuve que enfrentar a la justicia ciega de la tubería de metal en la columna. Es una muestra de cómo optimizar un control sin perder de vista los orígenes del título. En esta entrega podéis olvidaros de rodar, disparar desde el suelo, esconderse tras coberturas o hacer un cuerpo a cuerpo como Conor McGregor. En Raccoon City sólo dispondrás de tu cuchillo y tu puntería. En esta ocasión es algo que hasta agradezco, ya que en esta generación los personajes realizan tantas acciones que todos los botones pasan a ser conceptuales. En Resident Evil 2 podemos controlar a los personajes con mucha más naturalidad, sabiendo la acción que corresponde a cada botón.
Tras el combate presenciamos una escena terrorífica de verdad, ya que no involucra zombies ni monstruos, si no una persona con las intenciones más vomitivas posibles en un escenario de este tipo. Aquí comenzaba la segunda demo, donde recorríamos un aparcamiento de una comisaría en busca de una salida. Una secuencia mucho más pausada con un gran componente de exploración y de ambiente opresivo. No obstante, el recorrido deja unos minutos para que nos enfrentemos a la atracción fuerte, protagonizada por dos lickers que nos hicieron más de un rasguño.
Todo el juego funciona debidamente como una simbiosis perfecta de retro y actualidad videolúdica. Sin embargo, hay un ámbito donde esta mezcla se sale, obteniendo matrícula, y es el apartado gráfico. El trabajo que se ha hecho con el RE Engine es de locos, con una expresividad increíble en los personajes y un juego de luces que llevaría al maestro Iker Jiménez a dedicarse a la fontanería. El fuego, el agua, el humo… todos los elementos se conjugan a la perfección para ofrecer un juego prácticamente nuevo y con un rendimiento increíble sin tiempos de carga entre zonas. Al ser un motor pensado para la primera persona ¿lo incluirán como aliciente? Un hombre puede soñar.
En conclusión, tenemos un título que, si mantiene la calidad de las demos, que aún está por ver, dará una lección de humildad a la industria sobre cómo hacer una remasterización de un juego antiguo. La propia compañía ya nos lo demostró con Resident Evil para GameCube, y nos lo vuelve a demostrar ahora. Las voces grabadas de nuevo, la expresividad de los personajes, las novedades o el control mejorado le sitúan a la vanguardia de los remakes junto a la saga Yakuza.
Fuera de su valor como remake tenemos el que aspira a ser uno de los mejores juegos de terror del año, con una gran calidad en la jugabilidad, la atmósfera, la historia y el apartado gráfico. Un título visceral, angustiante y, por ello, divertidísimo. No soy fan de la saga y no he llegado a completar más que los últimos y, sin embargo, tiene grandes posibilidades de acabar en mi estantería. Posiblemente lo guarde como aliciente en noches con amigos, como muchos de los que lo disfrutaron en su momento.
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