Poder probar la PSVita in situ es, probablemente, uno de los mayores atractivos que tiene el Gamefest que se celebra en el IFEMA en parque Juan Carlos I de Madrid. Ramen para dos ha acudido hoy jueves a la cita videojueguil de la capital y, como no podía ser de otra manera, hemos tenido en nuestras manos la nueva portatil de SONY.
Lo más sorprendente inicialmente es la ligereza que tiene la consola. Acostumbrado a la PSP, a la hora de coger en las manos la Vita, el peso es ostensiblemente menor. El juego que corría en la Vita era Uncharted: Golden Abyss y en los escasos ocho minutos en los que hemos podido trastear con él, se muestran algunas de las particularidades de la portatil.
Aunque fuera algo escéptico inicialmente, tras haberla probado en vivo tengo claro que la calidad gráfica de los juegos de Vita no está demasiado lejos de la de las consolas de sobremesa, siendo muy superior a lo que ha podido demostrar hasta el momento Nintendo 3DS. Es más, podría sacar los colores a algunos juegos iniciales de la presente generación… y también a algunos más recientes.
Además, las capacidades táctiles de la pantalla, le añaden una diversidad en las posibilidades de juego que resulta de lo más sorprentende. En este Uncharted, podías guiar a Drake en sus escaladas tocando directamente sobre la pantalla en el objetivo al que deseabas que se moviera e, incluso, una fase en particular, en la cual debías saltar de balda a balda en un frágil puente colgante de madera, pulsabas directamente en cada tabla para hacer que el protagonista pasara de una a otra.
El pero se podría poner en que, al menos en la demo que probamos en la Gamefest, parece haber un poco una necesidad de aprovecharse de esas capacidades, quedando metida un poco con calzador en algún momento. Sin ir más lejos, tal vez es un poco excesivo la ocurrencia de raspar sobre la pantalla como si estuviéramos usando carboncillo sobre papel para conseguir pedazos de un puzzle que luego tenemos que hacer casar rotándolo y haciendo que coincidan las piezas.
Todo se mueve con una suavidad y una fluidez impresionante, sin problema alguno de ralentizaciones ni a la hora de utilizar el modo táctil ni a la hora de mover los gráficos. Todo responde como tiene que responder y, sobre todo, en el momento en el que tiene que responder. Tal vez, probándolo más a fondo sí pueda surgir alguna duda pero en la breve cata de la que hemos dispuesto, todo fluye como la seda.
Parece que los buenos presagios que acompañaban a la PSVita vienen acompañados de una realidad que la respalda. Sólo nos queda esperar a su llegada a occidente el próximo mes de marzo y confirmar definitivamente lo que tiene pinta de ser una portatil más que sobresaliente.
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