Allí había a disposición de los visitantes de la feria dos máquinas con el juego aunque cada una tenía para jugar una de las dos vertientes tan diferentes que posee el juego. Y es que Catherine podría decirse que tiene un fuerte componente visual novel por así decirlo, en el que el protagonista, Vincent, se ve en la tesitura de decidirse entre dos mujeres muy distintas en todos los sentidos pero que, curiosamente tienen el mismo nombre. La otra vertiente es la de las propias pesadillas de Vincent, en forma de unos complejos puzles autogenerados de forma aleatoria en cada partida en los que deberemos escalar moviendo cubos y cogiendo diversos items mientras vamos en calzoncillos por la vida.
La demo que pudimos probar era de esta segunda parte del juego. Pese a que la selección de dificultad sólo permitía el nivel fácil, lo cierto es que no hacía demasiado honor a la descripción de la misma. La mecánica en sí es bastante sencilla y los controles fáciles e intuitivos pero la facilidad en la que nosotros solos acabamos encerrándonos en un callejón sin salida es tal, que el reto se vuelve de consideración.
De todas formas, el invento es divertido y lo cierto es que el puzle en sí funciona como juego independientemente de una trama que parece tener mucha chicha. Probablemente no sea un juego apto para todos los públicos dado que la dificultad está presente pero tanto una historia que se sale de lo común en el mundo de los videojuegos como el trabajo de Atlus y Studio 4ºC, hacen de este Catherine una de las tentaciones venideras en los próximos meses.
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