La muestra recoge unas 300 estampas, de más de 70 especies diferentes entre peces y moluscos, realizadas del 2011 al 2014, más concretamente con tinta china y sobre papel artesanal de fibras de gampi y mitsumata (arbustos típicos del país nipón).
Este proyecto se inició en 2010, cuando Victòria Rabal comenzó a visitar el Mercado Central de Pescado de Barcelona, en Mercabarna, el centro de venta más importante de Europa. Allí seleccionó los peces y moluscos con que utilizaría para sus primeras impresiones in situ. A partir de entonces, la actual directora del Museu Paperer de Capellades, ha visitado mercados de pescado de ciudades de todo el mundo, como Catania (Sicilia), Buenos Aires y Rosario (Argentina), donde ha adquirido los ejemplares marinos más exóticos para hacer sus gyotaku.
La palabra gyotaku está formada por gyo pez y taku frotar, y se puede traducir como impresión de peces. El gyotaku nació en Japón hacia el año 1800, y se utilizaba entre los pescadores para recordar sus capturas. La técnica tomó fuerza en los mercados donde se imprimían los pescados que se ponían a la venta, indicando la especie, peso, precio y la fecha de captura. A medida que la venta avanzaba, se retiraban las impresiones.
Hoy día aún se pueden ver estas impresiones en algunos mercados tradicionales de Japón. Actualmente el gyotaku es muy popular entre los pescadores deportivos que lo utilizan como trofeos de los peces capturados. El gyotaku no sólo recoge la fisonomía de los peces, sino también su alma y, al mismo tiempo, su ausencia.
Fuente: Eikyo
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