Narra la leyenda que, antes de la creación el mundo era todo caos, una masa informe, un lugar sinsentido y sin orden. Para remediarlo, los primeros dioses conocidos encargaron a las deidades Izanagi e Izanami la tarea de la creación. La pareja, mediante la lanza divina Ama no Nuboko, removieron el espacio informe para darle un significado y tras verter una gota de esa masa en el mundo, crearon la isla de Onogoro. Allí, decidieron establecerse con el objetivo de seguir estructurando el mundo, para después llenarlo de vida. Tras la unión fructuosa de ambos dioses, nacieron las Oyashima, las ocho islas principales, lo que hoy día conocemos como Japón y fue el principio de la humanidad.
Esta escena que encontramos en un sinfín de libros de historias y fábulas sobre Japón es precisamente la que abre este ejemplar de Estampas del Japón mítico, una obra mágica y mítica en la que el artista Ogata Gekkô, con maestría y delicadeza, plasma en una colección de 47 grabados ukiyo-e parte de la cultura nipona, repleta de leyendas, fábulas y seres mitológicos. Y ahora, podemos degustar esta obra en primicia gracias a Satori Ediciones.
Un paseo por la historia de Japón
A finales del siglo XIX, cuando Japón se abría al mundo tras siglos de aislamiento abrazando con entusiasmo la modernización y la industrialización, un joven artista llamado Ogata Gekkô revolucionó el panorama artístico japonés y creó un nuevo estilo de grabado ukiyo-e que sintonizaba con los gustos de quienes miraban con nostalgia cómo el Japón tradicional desaparecía en la vorágine de cambios provocada por la apertura del país a Occidente. Con un estilo único gracias a su formación autodidacta, Gekkô plasmó con auténtica maestría y misticismo la sociedad de la época, retratando para la posteridad los valores clásicos de la cultura japonesa, sus mitos y sus leyendas.
Estampas del Japón mítico recoge Gekkô Zuihitsu, que podemos traducir como “Ensayos de Gekkô”, una de sus más famosas creaciones. La obra se empezó a publicar en 1887 y está formada por cuarenta y siete láminas ukiyo-e, una por cada letra del silabario tradicional japonés iroha, que retrata dioses, dragones, emperadores, princesas, poetas, samuráis, monjes y un amplio repertorio de personajes y tradiciones niponas.
Satori Ediciones trae a España este recopilatorio con las ilustraciones originales, de gran calidad, junto a un análisis exhaustivo por parte del doctor en Historia del Arte David Almazán, académico y miembro de la Asociación Española de Estudios Japoneses, quien estudia las relaciones culturales hispano-japonesas. Gracias a sus conocimientos, en esta edición de Estampas del Japón mítico acerca al lector la obra e ideología de Ogata Gekkô, además de analizar cada pieza y aportar un sinfín de información y datos curiosos del Japón Feudal.
La magia del ukiyo-e
Estampas del Japón mítico posee dos partes bien diferenciadas: la parte técnica, donde David Almazán analiza la figura de Ogata Gekkô, hace un repaso a su vida y a su obra, para presentar después Gekkô Zuihitsu, la serie de 47 ilustraciones que se recogen en la segunda parte de este ejemplar.
En la primera parte, Almazán se dedica a analizar con sumo detalle la figura de Ogata Gekkô y la importancia que tuvo su talento para el ukiyo-e, un género artístico que se encontraba ya en el ocaso de su existencia y que, gracias a él, consiguió renovados valores. Almazán, acreditado investigador y gran conocedor de este arte tradicional, explora con rigor y entusiasmo uno de los trabajos más célebres del autor y la ofrece al lector en primicia. El volumen presente es el primer monográfico de Ogata Gekkô fuera de Japón.
Tal y como declara el doctor Almazán, Gekkô formó parte del grupo de artistas más valorados de la época, pues consiguió renovar un estilo obsoleto e insuflarle vida a partir de sus ilustraciones, repletas de mitos, leyendas, romances y poemas. Almazán dedica gran parte de esta parte técnica a analizar la vida de Gekkô, desde sus primeros años como creador autodidacta hasta sus primeros trabajos importantes, destacando siempre su gran maestría y su particular visión de la vida que plasmaba con brío en sus grabados, hasta llegar a la colección que se recoge en esta novela, “Ensayos de Gekkô”.
En las últimas páginas, Almazán analiza la composición de dichas estampas, además de explicar las escenas que podemos encontrar, desde batallas entre samuráis, composiciones de hermosas mujeres (o del género bijin) o un sinfín de relatos extraídos de leyendas o cuentos populares. Por último, también nos obsequia con información relevante y datos curiosos para acabar de construir la figura de Gekkô y el increíble talento que poseía.
Un álbum imperecedero
La segunda parte se puede definir como la obra en sí misma, pues Satori Ediciones nos ofrece en exclusiva 47 imágenes a todo color en una magnífica calidad. “Ensayos de Gekkô” se trata de la primera gran serie del artista y en ella nos retrata todo tipo de fábulas e historias que nos sumergen en la era Meiji que vivió. Para ello, la editorial propone una composición muy parecida a la que obtuvo el álbum original en su momento de publicación, pues dichas láminas, si bien se podían adquirir de manera independiente, también podían comprarse como una sola colección.
Poder leer esta parte de Estampas del Japón mítico es toda una delicia para los sentidos, pues no solo podemos maravillarnos con el trazo de Gekkô, admirar el uso de colores, las técnicas de dibujo o quedarnos absortos con el más nimio elemento de la composición, sino que Almazán nos ofrece un comentario técnico muy completo y extenso con cada lámina para poder empaparnos de cada gota de pintura. Así, mientras Gekkô atrapa al lector con impresionantes grabados de antaño, donde inmortaliza para la eternidad luchas a muerte, momentos cruciales de leyendas niponas o escenas emblemáticas protagonizadas por deidades, animales mitológicos o imperecederos personajes míticos, Almazán se encarga de analizarlos para que no quede ningún recoveco sin descubrir.
De esta manera, si nos quedamos prendados de la primera ilustración, en la que el autor escenificó a los dioses Izanagi e Izanami contemplando la creación de Japón, el doctor experto en cultura japonesa nos ofrece un exhaustivo análisis del mito, su representación mediante el trazo e incluso la oportunidad de poder entender las miradas de las deidades representadas, que albergan todo tipo de secretos. Por el contrario, si preferimos que nos encandilen ilustraciones más costumbristas, como “El alma de Japón: El caballero”, donde un kyoyaku se enfrenta a un rufián, Almazán no escatima en ofrecer datos históricos para poder entender hasta el más mínimo detalle de jerarquías, vestimentas y armas. Claro está, si preferimos obras protagonizadas por fábulas, como “La rata y el gato del templo Jôkyôji en Kuroishi, prefectura de Rikusû”, también tendremos la oportunidad de saber hasta el último dato perteneciente al folclore japonés de antaño gracias a los excepcionales conocimientos de Almazán.
En definitiva, Estampas del Japón mítico ofrece arte en estado puro, la oportunidad única de acercarnos a la mirada visionaria de un pintor que revitalizó un género y poder palparlo con los dedos, pero también los apuntes descriptivos pertinentes para poder comprender todo lo que escondía el artista con cada trazo. Podemos ver el Japón de la era Meiji, pero también entenderla, sentirla e interiorizarla. Una obra sin igual, por fin al alcance de la mano de los españoles.
Dos autores, dos visiones de Japón
Estampas del Japón mítico nos habla de Ogata Gekkô, quien plasma para la posteridad el Japón de su época, con sus valores, leyendas e idiosincrasia. Al mismo tiempo, está escrito por David Almazán, doctor en Historia del Arte y erudito exhaustivo del País del Sol Naciente. Así, podemos considerar este volumen compuesto por dos autores, creado a cuatro manos: dos que crean el mundo a base de pluma y tinta, y otras dos que lo plasman a partir de letras y párrafos.
Ogata Gekkō es el nombre artístico del pintor Nakagami Shōnosuke (1859-1920), uno de los pintores más representativos del ukiyo-e de la era Meiji. Totalmente autodidacta, inició su carrera pintando porcelana, muy influido por el arte de Kikuchi Yōsai; para posteriormente empezar a publicar grabados en periódicos y libros ganando cierta notoriedad.
En torno a 1890, Gekkō ya había ganado multitud de premios, tanto nacionales como internacionales, siendo el primer autor japonés en tener reconocimiento internacional. Su obra fue expuesta en la Exposición Mundial Colombina de Chicago en 1893, así como en la Exposición universal de París de 1900; incluso llegó a ilustrar una novela de Cervantes en Japón.
Gekkô destacó entre los demás artistas de la época por ofrecer un estilo propio caracterizado por un elegante dibujo y un sofisticado colorido, usando técnicas de impresión e incluso con texturas. Además, amplió el repertorio temático del ukiyo-e tradicional inspirándose en los antiguos mitos, leyendas, romances, poemas y representaciones de teatro, rompiendo una lanza a favor del Japón de antaño y con el objetivo de preservar para la posteridad el costumbrismo de la época.
Por otra parte, David Almazán Tomás (Zaragoza, 1971) es doctor en Historia del Arte y trabaja como profesor de Arte de Asia Oriental en los estudios de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, institución en la que también es profesor de máster de Estudios Japoneses. Este es licenciado en Historia del Arte por esta misma Universidad y en 1997 obtuvo el Premio Extraordinario de Licenciatura por su tesis de licenciatura “Japón y el Japonismo en La Ilustración Artística”.
Almazán ha impartido cursos de doctorado, de máster, seminarios, cursos de verano y conferencias sobre temas de arte japonés y su influencia en España, además de haber sido comisario de varias exposiciones sobre arte japonés en diversas instituciones españolas. En la actualidad, también es vicepresidente de la Asociación Cultural Aragón-Japón, miembro de la Asociación de Estudios Japoneses en España y de la Asociación de Estudios del Pacífico.
Sus publicaciones se orientan hacia el Japonismo, las relaciones hispano-japonesas y el arte japonés, especialmente el grabado ukiyo-e. Algunas de sus obras son Hatsushika Hokusai: Cien vistas del monte Fuji (Sans Soleil Ediciones, 2016) y Tsukioka Yoshitoshi: cien aspectos de la luna (Sans Soleil Ediciones, 2019).
Una edición mítica
Satori Ediciones nos tiene acostumbrados a ediciones exquisitas y pulcramente editadas para estar a la altura de su contenido y Estampas del Japón mítico no es una excepción. La novela se nos presenta en un formato de rústica con solapas, de 17x24cm, con un total de 158 páginas totalmente a color. Este tiene un precio de 20€.
Empezando por la presentación de la novela, si desplegamos las solapas, podemos encontrar dos fragmentos de dos ilustraciones que pueden encontrarse en el interior, totalmente a color y con todo lujo de detalles. Una vez en el interior de la novela, la editorial ofrece en una espectacular edición con colores vivos y todo tipo de matices las 47 estampas que forman la colección de ukiyo-e del autor. Cada ilustración ocupa una página entera, para que el lector pueda empaparse de cada pincelada o trazo, mientras que en la página contigua, el propio Almazán analiza meticulosamente la escena.
Un Japón mítico
Estampas del Japón mítico es un ejemplar único, impresionante e imperdible en la estantería de cualquier lector amante de la cultura japonesa y de su arte milenario. No solo podemos disfrutar del primer monográfico del artista en España, de acariciar y apreciar los 47 grabados ukiyo-e que lo conforman, sino que también podemos comprender todo lo que plasmó Gekkô en su época gracias a los conocimientos de David Almazán. No estamos solo ante una novela repleta de ilustraciones con siglos de antigüedad, sino que se nos ofrece la oportunidad de acercarnos como nunca a una época que ha quedado retratada en un material sin igual.
No tengo dudas de mi veredicto: es un sí mastodóntico. Hay que disfrutar de Estampas del Japón mítico. Hay que saborear cada imagen, cada textura, cada grabado y admirar el increíble talento que ofreció Gekkô en vida y atesorarlo para la posteridad, pues no solo consiguió plasmar y revitalizar un género en decadencia, sino que ofreció al futuro la posibilidad de inmortalizar para siempre la era Meiji.
Lo mejor:
- La oportunidad de conocer a todo color la obra de Ogata Gekkô
- Disfrutar de la idiosincrasia japonesa de la época mediante las estampas
Lo peor:
- Ogata Gekkô sigue sin ser muy conocido en España
Estampas del Japón mítico
Editorial: Satori Ediciones
Formato: Rústica con sobrecubierta
Tomos: 1 (Finalizada)
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