Con motivo del Salón del Cómic de Barcelona entrevistamos a Nacho Fernández, polifacético dibujante y aficionado que ha visto el mundo del manga y el anime crecer y fructificar en nuestro país.
Ramen Para Dos: Empezamos preguntando lo obvio: háblanos de Dragon Fall. ¿Cómo surgió en su momento la idea de hacer una parodia de Toriyama?
Nacho Fernández: Toriyama, por aquel entonces no sabía ni cómo se llamaba (risas). Comenzó través de los fanzines, por aquel entonces éramos un grupo de chavales de instituto y empezamos a hacer fanzines allá en Edoya, en Bilbao. Yo llevaba años haciendo dibujos en mi casa en plan amateur, y bueno, comenzamos con el fanzine igual que todos los que empiezan con esto; para coger rodaje mandábamos dibujos a editoriales, también al correo de los lectores de algunos cómics… se nos ocurrió hacer una coña de Dragon Ball para mandarla al correo de los lectores del manga que editaba Planeta.
Mientras íbamos haciendo chistes se nos ocurrían más chistes, era la época de la serie roja, cuando arranca Dragon Ball Z y notábamos tanto el contraste entre lo que empezó siendo Dragon ball y lo que era que no nos lo podíamos creer, es como si lo hubieran convertido en otro cómic más de superhéroes, un videojuego, ¡terrible!. ¿Donde estaban los chistes?¿y las coñas?, a nosotros nos parecía aún más de coña lo que estaban haciendo, y así fuimos rellenando Dragon Fall. Lo que deberían haber sido 20 páginas se convirtieron en 60, entonces decidimos parar y sacarlo como un monográfico. Ten en cuenta que nosotros solo estábamos acostumbrados a hacer fanzines, que sacábamos fotocopias y las grapábamos.
Para esto hablamos con la librería Ronin, de Vitoria, que son grandes amigos y nos financiaron. Se ofrecieron a pagarnos una tirada grande, para incluso fuera del País Vasco y a ver cómo salía. Ellos se movían por eventos y coincidieron con Camaleón Ediciones, que incluso lo vieron más claro que nosotros mismos y decidieron sacarlo. Ambos se asociaron, juntaron dinero y lo convirtieron en un cómic de tirada nacional.
La condición fue que si vendía bien ese “número 0” lo convertiríamos en serie, le hicimos una portada en plan coña de Dragon Ball Z y eso fue lo que pasó.
RP2: ¿Qué piensas de la nueva edición de Dolmen?¿estás contento con ella?
NF: Ha habido dos reediciones, la primera en tomitos y esta. Esta creo que me está gustando más, porque el tamaño es más grande, pero no llega al tamaño grapa que quizás para este producto resultaba demasiado grande, aunque era lo que había entonces. La verdad es que está bastante bien. Nosotros lo vamos revisando, nos van pasando .pdfs para que comprobemos que está todo bien, que no hay errores ortográficos… El primero me lo miré de un tirón y no me di cuenta que había errores ortográficos que estaban en la primera edición y que a ellos también se les habían pasado (risas).
«Dragon Fall me encasilló totalmente»
RP2: Vamos, que ha quedado “auténtica” (risas).
NF: Lo que sí es que no hemos tenido que redibujar nada, porque claro, ya no sería lo mismo. Tanto mi estilo como el de Álvaro han evolucionado mucho, ya no tendría gracia. Lo que sí estamos haciendo son portadas nuevas, y las páginas de final vamos incluyendo extras, originales, etc. He encontrado en una caja un montón de dibujos de entonces, con las páginas entintadas por un lado y las de lápiz por otro. Aunque aún hay muchos originales que no sé dónde andan, me imagino que se perderían. Hace poco fuimos a Studio Fénix, los que eran antiguamente Camaleón y allí había una caja llena de originales, pero aún así hay muchos que no sé dónde terminaron.
RP2: ¿Te molesta que gran parte del público solo te conozca por esta obra?
NF: Mentiría si dijera que no, lo cierto es que me encasilló completamente. Fue mi primera obra y me sirvió de rodaje para aprender a hacer cómics, eran 30 páginas al mes y había que llenarlas con lo que fuera. Aprendí mucho el oficio haciendo Dragon Fall, también era una excepción dentro de los cómics, ya que no todos vendían lo que vendía Dragon Fall. Ni siquiera Dragon Fall vendió lo que vendía al principio. Fue un fenómeno puntual, algo muy específico que venía de Dragon Ball. Dragon Fall lo compraban los chavales que ya se compraban Dragon Ball, como si fuera un producto relacionada, y esta fue también una de las claves de su éxito. También había gente más de mi edad que lo compraba por la coña, que fue para los que al principio lo pensamos, un público minoritario.
Por supuesto cuando vimos que era un éxito lo aprovechamos, comenzamos a moverlo, a hablar con más editoriales y nos paseaban por allí como sus “artistas estrella”. Aquel año éramos nosotros, los de la Peña, los del Mundo Lirondo…Se juntó muy buena gente en aquella época.
RP2: De hecho ahora van a reeditar Mundo Lirondo, incluso una segunda parte.
NF: Qué bueno… Ellos y nosotros los que hacíamos era un tour por las editoriales, ofreciéndonos y terminamos trabajando en Fanhunter. Me iba bien, era un producto parecido a Dragon Fall pero con su propia imagen. Nos pedían a todos los mismo, parodia del manga X, humor… durante un tiempo fue así.
RP2: Hablemos de “Paladines”.
NF: Sí, Paladines surgió de charla cuando David y yo nos conocimos. En aquella época él acababa de ganar un concurso del Salón del Manga de Barcelona y nos presentó la editora de Kame, Nuria Teuler, me dijo que prometía mucho y que le echara un ojo. Me pareció tímido, pero Nuria ya me adelantó que era muy cabrón (risas), que hacía chistes con mala ostia. Me comenzó a enseñar lo que había hecho de Tomoka, que salía en el Salón y ya se veían sus puntos de mala leche, pero luego me comenzó a enseñar lo que está preparando para el Kame y ahí estaba “Niño Otaku”, pensé que nos iba a pasar por encima a todos (risas). Que mala uva.
Y así de charlas entre los dos descubrimos que nos encantaban Los Caballeros del Zodiaco y compartíamos nuestro odio por Seiya, y ahí surgió Paladines.
RP2: ¿Pero no fue un encargo francés?
NF: Después ya sí. Cuando comencé a publicar Dragon Fall en Francia, los de la editorial me dijeron si tenía más material del mismo rollo, porque a la velocidad que iban publicando los tomos nos los íbamos a pulir en menos de un año. Al principio me escoció un poco pensar que querían otra parodia, pero me puse a ello y les ofrecí varias opciones: una era coger varios personajes sueltos de videojuegos y meterlos en una especie de casa de locos, la otra era Paladines. Lo vieron y les gustó, en Francia Saint Seiya tiene mucho tirón. Así salió una nueva versión de Paladines publicada en formato tomo, cada uno de 150 páginas.
Cuando aún estaba con el segundo tomo y estábamos esperando a ver que tal habían ido las ventas del primero comenzó a haber recortes en la editorial, y así todas las series que acababan de empezar hubo que terminarlas de golpe. A mi me jorobó porque realmente no le habían dado oportunidad al título. Ahí quedó la cosa.
Luego otro editor también Francés me ofreció hacer una parodia de El Señor de los Anillos. Por aquel entonces él no tenía editorial ni nada, luego se la montó y volvió a insistir con adaptar ESDLA pero a mí me daba vértigo pasar todo ese “tocho” a parodia. Finalmente accedió a reeditar Paladines, pero una versión ampliada: con más páginas, otro formato, y esa es la que hemos estado haciendo hasta ahora, hasta hace pocos años.
«Paladines al final no ha dado un duro y es un cómic que me tiene un poco frustrado»
En aquel entonces me puse a trabajar muy rápido porque no tenía trabajo, pero claro, el editor tampoco andaba bien de dinero, y siempre teníamos que estar esperando a que él ingresara para poderme pagar algo y en ese momento fue cuando Panini me ofreció hacer Juego de Tronas, así que cogí primero lo de Panini y fui haciendo Paladines cuando tenía tiempo, por lo que fue saliendo a trompicones en Francia. No acababa de despegar, no arrancaba. Al final no ha dado un duro y es un cómic que me tiene un poco frustrado (risas).
Me gustaría ver si podemos sacarlo aquí (en España), podemos hacerlo mucho más rápido, a ver si esta vez funciona, porque la primera vez que se intentó traer esta edición se hizo con Panini y se trajo la primera edición de todas, con menos páginas y más pequeña. Esta nueva edición es más grande, con formato “libro”, hemos pasados las páginas a grises, ha quedado muy chulo.
Y con Panini pasó lo de siempre, que no vendió, y eso que salieron 1500 ejemplares, lo cual está bastante bien para un título de aquí, pero es que al parecer hicieron una tirada de 5000 ejemplares, y yo dije: ¿pero qué hacéis, bestias?. Estamos hablando de un título español, tipo manga, parodia de un manga que va a un público muy especializado. Hay que ajustar las tiradas, yo les dije que porqué no hacían una de 2000 ejemplares, y me contestaron que sus jefes no lo veían así. Este es el problema de Panini, que están atados por una reglamentación que les viene desde Italia y no lo pueden cambiar.
RP2: ¿Siguen teniendo los derechos de la serie?
NF: No, me los devolvieron enseguida cuando no obtuvieron beneficios. De momento, la están mirando un par de editoriales, ya me dirán algo.
RP2: ¿De tus series propias hay alguna que le tengas especial cariño?
NF: No es serie, es cómic, pero me gustó mucho Kung Fu Mousse. Ese me gustaría continuarlo algún día. Lo hice con EDT cuando aún eran Glénat España, después no quisieron continuar. Al parecer les salía muy caro producir el álbum al ser en todo color. Me dijeron que vendieron la mitad de la tirada, lo cual yo creo que no está mal. Pero me dijeron que un cómic así debería haber vendido la tirada entera y luego reeditar. Pensé que se hacían unos cálculos muy raros (risas). Luego surgió la oportunidad de hacer “El Supergrupo”, de nuevo con EDT, ese me hizo mucha ilusión ya que a los personajes les tengo un cariño desde la infancia.
RP2: ¿Cómo es trabajar con una leyenda del cómic español como Jan?
NF: Bueno, casi no nos hemos visto. He coincidido con él en los salones y me parece genial, de los dibujantes de la época de Bruguera es de los que me parece más entrañable. Ibáñez también es simpático, tiene ese rollo un poco borde a veces, en plan “bahbuegblablagrrrrhagoloquequieronomefastidies” (risas), pero Jan es más abuelito, más entrañable.
RP2: ¿Se nota la diferencia generacional en cuanto a conceptos?
NF: Un poco sí, Jan vivió sobre todo los 60 y los 70 y es muy progre, eso me mola de él. En ese aspecto coincidimos, en otros ya no sé porque no hemos profundizado. A él por ejemplo no le gustan nada los superhéroes, por eso se quitó de encima enseguida al Supergrupo y siguió haciendo lo suyo. Ahora está haciendo un tipo de humor muy suyo, muy didáctico para los críos, cultural. Es completamente diferente a su etapa de los 80, que era como más punky, a mi me encantaba (risas).
«Los mundos de Valken es la currada más grande que me he pegado»
RP2: Tu ritmo de trabajo parece muy bestia, ¿cuánto tardas en dibujar una página?
NF: Depende del tamaño de la página, por ejemplo una de Paladines, o de Dragon Fall que son A4 me puedo hacer una en una mañana, incluso algunos días me hago dos, si voy muy apurado, claro que no queda igual de bien. Las A3 como las del cómic que acabo de terminar, Los mundos de Valken, si me lo tomo con calma me hago una página al día. Luego si hay que colorearlo, como también lo hago yo. Lo que hago es hacer todas las páginas de un tirón, lo mismo me paso un mes o dos dibujando, y luego ya me pongo a colorear. Esto sucede mucho con los álbum, de 40, 42 páginas, o en este caso que han sido ciento y pico me he pasado meses. Para Valken me he organizado el trabajo en bloques, lo que hacía era dibujar 25 páginas y colorearlas, y así.
RP2: ¿Qué nos puedes contar de Los mundos de Valken: océanos en llamas?
NF: Vamos a ver si se convierte en serie, es un proyecto de cómic que tenía en mente desde hace años, desde la etapa que estaba haciendo Fanhunter en Planeta. Quería hacer un cómic del espacio a mi bola, bebiendo de toda la ciencia ficción que veía desde crío, y a la vez llevarlo a mi terreno, hacer personajes de los míos y que tuviera algo de épica, humor, fantasía… Un poco para todos. Como no tengo muy claro el público al que lo vamos a dirigir estoy un poco “acojonado” con las expectativas (risas). A ver que tal se vende, se está publicando en una nueva editorial llamada Grafito que ha sacado varios títulos interesantes, como Cazador de sonrisas y ahora sale Chorizos, atraco a la española a la vez que Valken, y también están preparando un título de Aitor I.Eraña, creo que ya lo tenía terminado.
Y que más, de Valken te puedo contar que es una historia de ciencia ficción sin muchas pretensiones, sobre todo quiero que sea entretenida. De hecho ya llevo con el proyecto pensado muchos años y lo estuve enseñando por editoriales, por Francia. Pero supongo que no terminaban de verle la gracia, así que ahí seguía.
RP2: Por lo que hemos podido ver de imágenes, es un estilo de dibujo muy manga. La composición de viñetas, etc.
NF: Es la currada más grande que me he pegado. Es un poco de todo, ni yo sé cómo definir el dibujo. Tiene europeo, tiene manga, es un rollo cartoon por ponerle una etiqueta, aunque no me gustan mucho las etiquetas. Es un álbum de 100 páginas cuyo final queda abierto de tal forma que se puede continuar, y además es un final muy guapo, que te vienes arriba. Tiene secuencias de acción, dosis de humor…
RP2: ¿Será difícil de vender a los aficionados al manga?
NF: No sé, a los aficionados al manga les cuesta mucho salirse de su “zona de confort”, a mi me pasó. Yo al principio de los 90 fui muy fundamentalista del manga, yo solo leía manga, claro, ya había quemado mucho de los cómics americanos de la época, estábamos en pleno boom de IMAGE y todo aquello, había habido una saturación total de ese estilo de hacer cómic y buscaba algo nuevo.
Justo entonces comenzaron a llegar las colecciones de Viz, las de Planeta manga: Dragon Ball, Alita, Xenon, todas estas y me flipé completamente. Con esa narrativa, esa rapidez, esos personajes que habías visto en la tele, con sus diferentes estilos de dibujo. Mucha gente piensa que dibujan igual, pero no, hay matices. Así que durante una época me obcequé con el manga y en todas sus virtudes, sin querer ver los defectos, que también tiene. Hay autores de manga muy malos (risas). Con el tiempo me he vuelto más abierto.
RP2: Más allá de las parodias, ¿qué series que hayas leído recuerdas con más cariño?
NF: Me gustó mucho Alita, también Ghost in the Shell y una llamada Grey. Tengo muchos favoritos de manga, Gun Smith Cats también me gusta mucho por el dibujo, siempre he estado muy influenciado por Kenichi Sonoda, creo que tiene un talento brutal.
Y ya de cómics de toda la vida siempre me ha encantado Astérix. Me acuerdo que en casa de mis abuelos tenía varios álbumes de Astérix y de Tintín, y al principio Tintín no me entraba ni con calzador, fue con los años cuando ya comencé a cogerle el gusto.
Y mi entrada al mundo del cómic, mi formación fue de la mano de Bruguera, que antes publicaba mucho cómic franco-belga. De hecho llegó a un momento de monopolio en el que Bruguera prácticamente lo publicaba todo: tenían los derechos de Marvel y DC a la vez, tenían Dupuis… y en la última etapa, a mediados de los 80 había tal competencia, que todas las empresas que querían competir con Bruguera intentaban hacerse con paquetes de Dupuis, de Lombard, y había revistas como Fueraborda, que era geniales, todo de cómics franco-belgas que son los que más me han marcado.
También iba leyendo cómics de superhéroes de vez en cuando pero no me dejaron tanta huella.
RP2: ¿Y más mangakas aparte de Kenichi Sonoda?
NF: Está Shirow, me encanta la forma que tiene de concebir la tecnología, es muy futurista pero tiene un punto de verosimilitud, esa forma de concebir el ciberpunk: mete mucha política, mucha burocracia, es muy real en ese sentido. Y ya lo de las tetas (risas).
Aparte también está Otomo que desde un primer momento me impresionó. En la época en la que aún no se había puesto de moda el manga los “culturetas” ya estaban leyendo Akira, y a mi me dejó alucinado, además, no sabíamos que tenía película de dibujos, nos enteramos por el mítico programa de Metrópolis de tendencias y cultura. Muchos aún siguen recordándolo, lo echaban en La 2, cuando todo el mundo decía que veía La 2 (risas). Hablaron de la película de Akira y pusieron como dos fragmentos, ten en cuenta que yo ya había visto animación japonesa muchas veces, toda mi infancia fue tragarme los animes de los 80, pero aquello era: “¿Qué es esto?”, flipando (risas).
Se había juntado de repente el virtuosismo técnico que tenían las películas de Disney con el nervio y la narrativa de los japoneses y era… Buah, una explosión total. A mi dejó enamorado Otomo.
RP2: Con la desaparición de EDT, la línea gaijin y todos aquellos que dibujabais manga habéis quedado un poco huérfanos, ¿cómo ves el panorama actual para el cómic español?
NF: Sí, todos los que trabajábamos para EDT nos hemos quedado descolgados (risas). Y creo que hay luz al final del túnel, se están haciendo cosas. No diría que vayamos a levantar algo grande, pero estamos aguantando, también gracias a las iniciativas de las editoriales pequeñas que dan oportunidades. No pagarán de la ostia pero es una forma de seguir manteniendo el cómic vivo, de seguir sacando cosas, de no parar.
La mayoría de autores que queremos vivir de esto no nos queda más que buscarnos trabajos fuera, así mientras tienes un pie fuera siempre tienes cierta fuente de ingresos.
Mis proyectos fuera ahora están un poco parados, por lo que me he centrado en este cómic, pero lo suyo es pensar en global, no solo en hacer un cómic para vender en España. Hay que pensar cuánta gente está leyendo, cuanta gente lee cómics y para esa agente sacar un producto. Si quieres algo más organizado intentas sacarlo en un par de idiomas, vender por ahí, hacer un webcomic y si recibes buena respuesta publicar en papel.
» Un autor de cómic no puede pagar lo mismo de autónomo que paga un fontanero, ni un electricista, se arruina.»
A mi me parece que el mundo audiovisual se ha comido un poco el mundo del cómic, porque en su día el cómic era un producto de consumo masivo, y ya no los veo. Si, vale, siguen estando lo superhéroes pero ahora están al rebufo de las películas basadas en ellos, y antes era al revés. Parece que los cómics se están convirtiendo en un producto de merchandising de sus propias películas.
Llegará un momento en el que tanto Marvel como DC comenzarán a producir un producto específico para aquellos que aún quieran comprar cómic, y centrarán el resto de su estrategia en lo audiovisual. Creo que los cómics en todo el mundo cada vez tienden más a eso, en Francia se está comenzando a potenciar los contenidos audiovisuales en sus webs, contenidos descargables.
Aquí con eso todavía estamos empezando, aún nos queda y es que tenemos un montón de problemas: es carísimo, los medios están sujetos a montones de tasas, de mordiscos de aquí y de allá. Es horrible. Ya como autores de cómics nos lo ponen difícil, nos ponen palos en las ruedas con el pago de autónomo. Si eres fontanero, todavía, pero un autor de cómic no puede pagar lo mismo de autónomo que paga un fontanero, ni un electricista, se arruina.
Acaba pagando más de autónomo que lo que se está sacando al mes dibujando, hay que plantear otra forma de hacer las cosas, tenemos que conseguir la complicidad de instituciones y de medios, y llegar a esos medios, no quedarnos esperando en casa a que nos llamen.
En fin, yo reconozco que soy el primero que cae en la pereza absoluta, no sé por dónde empezar, pero ahora que acabo de terminar esto lo siguiente que haré será un webcomic, a ver como me lo planteo para convertirlo en un producto que de dinero.
Si creas una marca y la marca funciona, de ahí puedes empezar a explotar: merchandising, productos derivados, colecciones de láminas, gafas, camisetas, chapitas, lo que quieras (risas).Mientras siga habiendo un mercado exterior con editoriales que están captando dibujantes y pagando bien siempre va a haber una cola larga de autores que quieran trabajar para ellas. El problema es que yo creo que se está empezando a cerrar esa ventana, porque a medida que vamos consiguiendo buenos precios y buenos trabajos aquí, las editoriales empiezan a buscar en otros países dibujantes que vayan más desesperados y cobren menos. Esto es lo que ha pasado siempre, en los 70 con los dibujantes filipinos, en los 80 con los británicos, en los 90 comenzamos a entrar los españoles y ahora están saliendo muchos de Europa del este, Turquía…
Cuando vas a Angouleme, por ejemplo, la última vez que fui en plan a enseñar carpetas. La verdad es que es un poco frustrante porque la mayoría de editores van allí a pasar el fin de semana y a emborracharse (risas). Pero los que están de verdad a mirar carpetas, el día que tú llegas ya están allí dos autobuses de italianos que van a enseñar sus trabajos, y tienen mucha más técnica y mucha más hambre que tú. Es una guerra, un campo de batalla. Tendré que aplicarme yo también el cuento (risas).
RP2: Muchas gracias por dedicarnos estos minutos.
NF: De nada.
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