Tensai Okamura es uno de los nombres de la animación que seguro que más de uno ha visto sin saberlo. El polifacético animador ha participado en algunos de los animes más icónicos de las últimas tres décadas. Durante la celebración del FicZone 2019, tuvimos la oportunidad de hablar largo y tendido sobre su carrera en la industria.
Uno de sus proyectos más importantes en la actualidad es The Seven Deadly Sins (Nanatsu no Taizai), adaptación del manga de Nakaba Suzuki. Una obra que requiere muchos detalles en los personajes y en escenarios. «El tiempo es variable, ya que puede darse el caso que nos encontremos solo con la producción para una mitad de la temporada, o bien que no hayamos recibido los materiales para poder avanzar».
«No obstante, cuando terminamos los storyboards, una temporada nos puede llevar medio año. En cambio, si hemos acabado pronto con este proceso, puede acortarse en unos 3-4 meses, teniendo mucho trabajo en poco tiempo». Okamura nos cuenta que tienen mucha libertad a la hora de adaptar la obra, además «el mangaka se encuentra muy ocupado con la serialización de su obra, aunque siempre le enviamos los cambios para que nos dé su visto bueno».
«Muchas veces nosotros mismos en el estudio nos sorprendemos, ya que vemos algún personaje que todavía no ha aparecido»
Para algunas escenas ocurre que trasladan directamente aspectos del manga al anime, «como los carteles de búsqueda de los Pecados Capitales. Cogimos y pegamos esa imagen directamente. También, en la introducción que se muestra siempre en los capítulos antes del opening de la serie, los diseños de los personajes nos los hace el sensei, debido a que nosotros no sabemos que puede salir tanto del pasado como en el futuro. Muchas veces nosotros mismos en el estudio nos sorprendemos, ya que vemos algún personaje que todavía no ha aparecido».
«Cuando he trabajado con directores de gran calibre, me he sentido muy feliz ya no solo por verles y conocerles, si no por el hecho de estar en los proyectos que ellos llevan a cabo»
Cambiamos de serie, para comentar la vuelta a los orígenes en el género de mechas con Kuromukuro, Okamura nos confiesa que los mechas «al ser tan grandes son muy difíciles de plasmar». Por otro lado, sabemos que el animador ha estado trabajando con grandes personalidades del mundo del manga y del anime como Shinichiro Watanabe, Katsuhiro Otomo e Hideaki Anno, entre otros. «En el caso de Watanabe, en aquella época no era tan conocido como en la actualidad, así que estábamos en igualdad de condiciones respecto a nuestros trabajos. Cuando he trabajado con directores de gran calibre, me he sentido muy feliz ya no solo por verles y conocerles, si no por el hecho de estar en los proyectos que ellos llevan a cabo».
«La gran diferencia está en el presidente de cada compañía, ya que son la principal influencia»
Habiendo trabajado en varios estudios de animación, Okamura nos cuenta: «Básicamente en todos los estudios de animación se hace lo mismo, pero la gran diferencia está en el presidente de cada compañía, ya que son la principal influencia a la hora de hacer una serie, según la forma de trabajar que tengan».
Hablamos sobre Madhouse y la denuncia de horarios por parte de los trabajadores del estudio. «No tengo mucho que aportar en este aspecto, pero espero que haya mejorado respecto a cuando trabajé allí, ya que en nuestras jornadas nos quedábamos a dormir allí incluso. Hipotéticamente, debería haberse mejorado esto. Aunque me da la impresión, viendo los animes actuales, que se trabaja al límite por la presión de tener un deadline cercano». Una situación que parece general en la industria del anime.
Terminamos la conversación sobre los planes de futuro: «La edad ya se va notando», se ríe. «Ya con Kuromukuro me costó mi trabajo realizarla, por lo que actualmente intento hacer más películas». Y con esto, le damos las gracias a Tensai Okamura por su tiempo.
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