La emisión de los primeros capítulos de Dragon Ball en nuestro país significaron el inicio de un fenómeno social y cultural irrepetible y sin precedentes. La mayoría de niños y adolescentes que vivieron aquel fenómeno de la songokumanía descubrieron una puerta a Japón. En la actualidad, muchos de aquellos son lectores de manga y consumidores de anime, incluso algunos ahora son profesionales de la industria del manga y del cómic. Todo ellos se vieron influidos por los personajes salidos de la mente del maestro Akira Toriyama. En el libro de Oriol Estrada se desgrana y analiza con cierta profundidad aquel fenómeno de la mano de aquellos que vivieron la songokumanía en primera persona o fueron partícipes de que la serie llegase a nuestro país. Una entrevista más que interesante sobre el big bang del manganime en nuestro país.
Ramen Para Dos: Songokumanía nace como un documental ¿Cuándo, cómo y por qué te planteaste hacer este documental?
Oriol Estrada: En 2009 ya había hecho un documental, Crónicas desde Cipango, y en 2010 me planteé hacer uno nuevo, algo más trabajado. La idea original era explicar los 20 años de manga y anime, que se inició con la llegada a nuestras tierras de Dragon Ball y Akira. Siempre me han interesado mucho la creación de este tipo de fenómenos culturales y creo que siempre es un buen ejercicio hacer cierta memoria histórica.
«La songokumanía tenía entidad propia, era una historia que valía la pena contar bien.»
Empecé por hacer entrevistas a gente que vivió esa época como fan y que luego acabó convirtiéndose en profesional. Al poco tiempo acabé dándome cuenta que el fenómeno de la songokumanía tenía entidad propia, era una historia que valía la pena contar bien. Así que aparqué indefinidamente lo de “nuestra historia del manga” y me puse a hacer más entrevistas centradas exclusivamente en la llegada de Dragon Ball. Me parecía interesante por ser un fenómeno con unas características muy especiales, y porque además abriría cierto debate sobre la trascendencia de Dragon Ball entre los fans del manganime españoles.
RP2: ¿Son Goku y sus amigos te marcaron a nivel personal? ¿Hicieron que mirases a Japón o te moviste por otro motivo?
Oriol E.:Sin duda me marcó. El entusiasmo que generó hizo que me interesara mucho más por el manga y el anime, y la sección de Alfons Moliné en la serie blanca es buena parte responsable de ello. Antes habíamos visto mucho anime, como Capitán Harlock, La Pequeña Polon y otras series de los 80, pero fue Dragon Ball la que se presentó ya como algo nuevo, como “manga”, que venía de Japón. Y como el impacto fue tan grande, fue una serie tan distinta, todos miramos hacia Japón ávidos de más.
RP2: Algunos fans quizás se preguntarán ¿era necesario un libro? ¿Que se va a encontrar el lector con este libro? Ya hay muchos libros sobre Dragon Ball en España ¿Qué diferencia este libro de otros?
Oriol E.: El libro siempre es mejor que la peli, ¿no? Aunque en este caso, el libro vino después, este tiene ciertas ventajas frente al formato documental. En primer lugar, el documental tiene una duración bastante limitada. En su nueva versión dura 63 minutos, y a veces creo que es incluso demasiado, especialmente para poder proyectarlo en eventos tipo salones del manga. Y si bien estoy satisfecho en cómo se cuenta la historia, no se puede entrar en detalle, y estoy seguro que la mayoría de fans de Dragon Ball quieren saber cuantos más detalles mejor sobre cómo nos llegó el manga y el anime.
Para los que hayan visto el documental, en el libro se encontrarán que se explican las cosas con más profundidad y detalle. Algunas anécdotas o historias que contaron los entrevistados y que quedaron fuera del montaje se han añadido, para poder contar mejor la historia, desde más ángulos. Además, se ha entrevistado a mucha más gente para que cuenten su historia desde otros puntos de vista, y así tenemos algunos entrevistados de Galicia o Euskadi, que complementan la visión más barcelonacentrista del tema.
«He procurado explicar mejor el contexto en el que llegó Dragon Ball»
Además, he procurado explicar mejor el contexto en el que llegó Dragon Ball, todo el anime e incluso manga que llegó antes, así como explicar también las consecuencias de su llegada a nivel de industria del cómic, los fanzines y revistas que se crearon, el Saló del Manga de Barcelona, etc.
Sin duda hay muchos libros publicados sobre Dragon Ball, pero la gran mayoría son para hablar de cuestiones relacionadas con la serie. Sí que ha habido algún intento de explicar el fenómeno, pero creo que no cuenta con la profundidad, rigurosidad ni el número de testigos claves con los que he podido contar yo para este proyecto. En definitiva, este no es un libro sobre Dragon Ball, es un libro que habla sobre el fenómeno que provocó la songokumanía, ya que personalmente me interesa todo el componente social y cultural.
RP2: Songokumania… ¿Un fenómeno social irrepetible?
Oriol E.: Totalmente. Y hay un motivo sencillo que lo hace irrepetible: Internet. A día de hoy puedes llegar a casi cualquier cosa con un clic, parte de la magia que tuvo la songokumanía fue que era muy difícil encontrar material. La serie no se había publicitado, simplemente se emitió, y fueron los propios espectadores quienes se lo hicieron suyo y fueron por tierra, mar y aire a buscar cualquier cosa que estuviese relacionada con ello, aunque fuesen unas fotocopias roñosas en blanco y negro. A día de hoy son pocas las cadenas que comprarán una serie sin darle mil vueltas antes de hacerlo, y muchas de ellas llegarán incluso con un cuidadoso plan de marketing para explotarlo. Con Dragon Ball esto no pasó, y a pesar de ello, se convirtió el anime (y luego manga) más exitoso de todos los tiempos (al menos en Catalunya). La fiebre que provocó no la he visto con otros fenómenos de masas, quizás con Pokémon, pero no al mismo nivel. Son Goku ya es un personaje más de la cultura popular, y por mucho que One Piece haya superado en ciertas cifras a Dragon Ball, creo que Luffy no tiene el mismo reconocimiento popular, al menos por ahora.
RP2: Leyendo el libro se repiten conceptos, pero quizás hay uno que resalta que es el de nostalgia ¿cuánto hay de nostalgia?
Oriol E.: Sin duda, para los que vivieron este fenómeno, el sentimiento de nostalgia les aflorará. Pero no he pretendido en ningún momento hacer un Yo fui a EGB ni nada parecido. La nostalgia está ahí, pero no es el objetivo. De hecho, he procurado hacer un retrato de ese momento, no tanto recreándome en el “como molaba esto”, sino en explicar los porqué, cómo y cuándo. Quiero pensar que el lector que descubra con el libro por primera vez lo que pasó en los 90 con Dragon Ball, no verá esa nostalgia, sino esa descripción y explicación del fenómeno.
RP2: Quizás el hecho más ‘impredecible’ del fenómeno fueron las fotocopias de ilustraciones, revistas, del manga en japonés y coreano, ‘fan-arts’ de la serie que corrían por el mercado de Sant Antoni en Barcelona ¿qué recuerdos personales tienes de aquello?
Oriol E.: Yo recuerdo como durante un tiempo, la hora del patio en el cole pasó de estar dominada por los partidos de fútbol, a quedarnos encerrados en la clase para intercambiar fotocopias. Conseguir una nueva fotocopia era toda una gesta, especialmente para aquellos que no podíamos ir a Barcelona a menudo (yo cuando fui por primera vez a Sant Antoni, la cosa ya estaba muy evolucionada). Hoy en día estamos obsesionados con que no nos suelten spoilers, pero entonces era lo que más buscábamos.
«Conseguir una nueva fotocopia era toda una gesta, especialmente para aquellos que no podíamos ir a Barcelona»
La primera transformación de Son Goku en superguerrero (lo siento, lo de saiyan no es de mi época) la conocí gracias a una lámina en color que encontré en el quiosco de mi barrio, mucho antes que llegase el episodio en cuestión, y fue uno de los mayores tesoros que conseguí en esa época.
RP2: Tanto en Cataluña como en Andalucía, así como en en otras comunidades se acabó censurando la serie tanto por presiones de asociaciones como de algunos políticos de la época ¿Qué opinión te queda de todo esto?
Oriol E.: Esto es lo de siempre. La gente teme lo que no entiende. Pasó con Elvis, The Beatles o los propios cómics americanos en los años 50. Lo que proponía Dragon Ball para la época era nuevo, y no estábamos acostumbrados. Cierto es que quizás llegó a una audiencia que no era la apropiada (algunos puede que fuesen demasiado jóvenes para verlo), pero aún así, no creo que esto sea un problema. Todo es cuestión de educación. Yo no me he peleado a puñetazos (ni a kamehames) nunca con nadie, a pesar de toda la violencia a la que estuve expuesto en dibujos y películas de los años 80…
Pero lo cierto es que buena parte de la persecución que sufrió la serie tenía a menudo motivaciones puramente políticas, que no tenían nada que ver con los dibujos. Quien solía protestar y quien consiguió que se cancelase la serie en Andalucía y Madrid, o que se cambiase de horario en Cataluña, fueron los partidos políticos en la oposición (o aquellos que buscaban un beneficio propio).
RP2: El documental ya se ha visto en varios eventos repartidos por la geografía española pero hay contenidos adicionales ¿Que se va a encontrar el fan en este DVD que se puede comprar junto al libro?
Oriol E.: En primer lugar, una mejora importante en el sonido y una nueva banda sonora, gentileza de Toni Torres del HCT Studio. Además, hay dos nuevas entrevistas que me parecen importantísimas, además de entrañables. Poco después de haber estrenado el documental, surgió la posibilidad de entrevistar a Montserrat Samón y Chigusa Ogino, las dos interlocutoras de Planeta y Tuttle Mori (la agencia que representaba a Shueisha) que gestionaron el tema de la licencia del manga de Dragon Ball. Cuentan cosas que nadie sabía sobre cómo fue todo el proceso, además de ser interesantes en cuanto al choque cultural. Tanto para Shueisha como para Planeta, esto de editar manga era algo completamente nuevo y tuvieron que improvisar mucho. Ahora las cosas han cambiado radicalmente, y lo que se hizo entonces con Dragon Ball a nivel de edición, a día de hoy sería impensable.
RP2: Algo que sorprende y que está alejado del “mundo de los negocios” es que parece que las personas que intervinieron para que Dragon Ball llegase a la televisión y/o a nuestros quioscos se lo tomaron como un empeño personal (Sarsanedas, Antonio Martín, Cels Piñol,..). Parecía que todo era muy difícil para llegar hasta los japoneses y poder traer tanto la serie como el manga ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Oriol E.: La llegada a televisión en realidad fue más sencilla gracias a la labor de Marius Bistagne, que ya tenía establecida una relación con Toei Animation. Pero sí que es cierto que Sarsanedas, convencido de las cualidades de la serie gracias a su hijo, la defendió muchísimo frente a los ataques de padres, políticos y educadores.
«los japoneses no tenían interés alguno en vender manga fuera de Japón»
Para el tema del manga sí que fue muy complicado por una sencilla razón: los japoneses no tenían interés alguno en vender manga fuera de Japón. Así que tuvieron que convencerles para hacerlo. Y además, nadie sabía cómo debía editarse un manga. Pero es que, lo difícil fue también llegar a contactar primero con ellos, ¡antes se hacía todo por fax o teléfono, nada de emails! Yo creo que la motivación de Antonio Martín y Cels Piñol podía ser parecida a la que tienen muchos a día de hoy para que se editen según qué licencias de manga, pero con el añadido de que esto era algo completamente nuevo y diferente, y esto siempre es excitante.
RP2: El libro amplía casi todos los aspectos del documental, pero uno de los aspectos más entrañables es la relación que llegaron a tener Montserrat Samón (Planeta) y Chigusa Ogino (Tuttle Mori) ¿Qué nos puedes contar y que no aparezca en el libro?
Oriol E.: En realidad no mucho más, en el libro puse todo lo que me pareció interesante, y la verdad es que me habría gustado poder entrevistarlas durante más tiempo. Pero haber podido tenerlas a las dos, y además juntas, ya de por sí me parece fantástico. Y que ellas dos, a partir de esos faxes y llamadas, se convirtieran en amigas, es muy bonito.
RP2: Un tema que se toca en el documental es si provocó en mayor o menor medida el desembarco del manganime en España. Quizás sea demasiado osado hacer un ejercicio de ‘what if…’ a nivel nacional, pero ¿Qué crees que habría sido de Capitán Urías, a nivel personal, si no hubiera crecido con Bola de Drac (Dragon Ball)?
Oriol E.: Es un what if… total, porque es algo que forma parte de mi ADN culturalmente disperso. Pero quizás ahora estaría más centrado en el tema musical. De hecho me pasé muchos años tocando en grupos y escribiendo para una revista de Metal Extremo (Hell Awaits), y es algo que me encantaba. O quizás me habría centrado todavía más en mi cinefilia, que es algo que sigo cultivando, pero el cómic en general y el manga en particular siempre van por delante. Lo curioso es que, cuando estaba metido en el mundillo musical, descubrí varios grupos japoneses de Visual Kei, y con el cine, me fascinó el cine asiático en general… así que tengo claro que ese atractivo que siento hacia lo japonés es algo que viene de lejos, y tanto Bola de Drac como el Capitán Harlock tienen mucho que ver.
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