Desde el 6 al 15 de septiembre se celebró la 37 edición en Barcelona de La setmana del llibre en català, un evento donde se reúnen autores y editores con la voluntad de mostrar la riqueza y diversidad de la edición en catalán. En el marco de este evento Ooso Comics organizó una charla sobre la edición del manga en catalán y con tertulianos como Oriol Estrada, también conocido como Capitán Urías; Oriol Figuerola de la tienda Terra de Còmic de Reus; Marc Mensa, también conocido como Llop Segarrenc, compañero de ComiCat y como enviado de Ramen Para Dos, nuestro compañero Max Plaza, el que suscribe este artículo. Como moderadora, Olga Resina, editora de Ooso Comics y que además aprovechó la ocasión para presentar la edición en catalán de Cutie Honey de Go Nagai.
La charla estuvo muy interesante y se hizo un repaso de la situación actual y del pasado de las publicaciones de manga japonés en catalán. Aprovechando esta charla, me gustaría hablaros un poco de la historia (polémicas incluidas), evolución y situación actual del manga en catalán, ampliando algunos temas que se tocaron en la charla.
Un poco de historia
Lo más sorprendente de la historia del manga en catalán es que nos tenemos que remontar al año 1968 para encontrar la primera publicación de manga japonés en España (además de estar en catalán). Se hizo en la revista Cavall Fort, con una página de la obra Tonda Haneko del maestro Rakuten Kitazawa, una publicación de 1929 publicada en el suplemento Jiji Manga de la publicación Jiji Shinpo. Gracias al coordinador de aquella época, Antonio Martín (algunos os sonará dado que es la misma persona que años después traería la publicación de Dragon Ball a nuestro país). Como decía, en el número doble 137/138 de la revista Cavall Fort, apareció en la sección Mostra de còmic mundial, una página de esta obra que partía de una publicación italiana a color. Si queréis saber más sobre este tema, os dejo enlace de MangaLand de Marc Bernabé donde se dan todos los detalles.
Para una nueva publicación de una serie de manera continuada en el tiempo, tenemos que irnos a 1992 con la publicación de Bola de Drac (Dragon Ball) por parte de Planeta Cómic. Una publicación en catalán, que superaba en tres o cuatro veces los ejemplares en castellano. Eran otros tiempos y prácticamente el estándar de publicación era el formato comic-book, que en 1993 le daba una oportunidad al bueno de Doraemon. Y en 2001 llegaba Shin-Chan en formato álbum y, Detective Conan que lo hacía en formato tomo en 2005. Parecía que Planeta Cómic era la única que se atrevía a traer manga bastante popular y conocido, por allá en las postrimerías del siglo XX.
Mientras Planeta Cómic comenzaba a publicar la edición definitiva en castellano y catalán, de Bola de Drac (Dragon Ball), en la década los 2000, Glénat cogió el testigo del manga en catalán con InuYasha a la que seguiría Naruto, Ikkyu en el formato de lujo, Fushigi Yugi, Sakura, Caçadora de Cartes de las CLAMP, Bleach de Tite Kubo, Love Hina y Kimagure Orange Road. Sin olvidar que en 2007, Ponent Mon, editó su buque insignia Jiro Taniguchi con su obra más reconocida y premiada como es Barri Llunyà (Barrio Lejano). Si queréis tener más detalle de todas las publicaciones sobre este tema, os recomiendo visitar ComiCat en este enlace, donde Marc Mensa (Llop Segarrenc) desgrana los tomos publicados de manera detallada desde esta época hasta la actualidad.
Por encima de estas, me gustaría destacar dos obras como Musculman (tomos dobles y edición sólo en catalán) del dúo Yudetamago y Cinturó Negre (Yawara!) de Naoki Urasawa que solamente están publicadas en catalán, con la consiguiente polémica (una de otras muchas) por parte del público del resto de comunidades, que se sentía apartado por no poder disfrutar de estas series.
Precio más económico que en castellano
Una de las principales ideas de Glénat era publicar en papel los manga de series que tenían su anime en catalán, para así aprovechar el factor nostalgia y el tirón mediático de la televisión. Creía que así era suficiente para que la gente se animara a comprar los manga en catalán. Pero una de las polémicas que suscitaron algunas publicaciones en catalán fueron los precios más económicos que puso la editorial Glénat a series como Naruto, Bleach, que salían con un precio de 5 euros en contraposición a la edición en castellano a 6,50 euros. Cabe señalar que todas esas series con menor precio, eran series que antes habían tenido su edición en castellano (hecho importante por las justificaciones que tuvo que dar el editor el editor jefe de Glénat y remarcando su fuerte convicción por publicar en catalán).
Por un lado, los gastos de materiales ya no existían al tenerlos previamente de la edición en castellano. De la misma manera los traductores también bajaron sus honorarios coincidiendo con las pequeñas ayudas del gobierno de la Generalitat de Catalunya y que promovían la publicación de ediciones en catalán. Según el propio Marc Bernabé, hasta donde él sabía, esas ayudas nunca se dieron, pues las gestiones para conseguirlas no se hicieron, debido al poco dinero que se obtenía y el enorme papeleo que suponía. Por otro lado, los editores japoneses también tomaron la decisión de cobrar menos de la mitad de los anticipos (royalties) que pagaban en las ediciones en castellano. No obstante, estas justificaciones del editor de Glénat no hacían más que encender los ánimos de ambas partes.
Voluntad de crear un mercado
De una manera u otra, el intentar asentar las ediciones en catalán favoreciendo la compra con precios más populares, no acabó de cuajar. Y cuando se subieron los precios, el público catalán también se quejó de la decisión, como era de esperar. Por un lado u otro, a Glénat le llovieron críticas hasta que toda esta vorágine se vio envuelta con la crisis financiera de 2009, cosa que no ayudó en nada el mundo del cómic. Y mucho menos al del manga, por no hablar al del manga en catalán. No obstante en 2007 llegaron a 70 tomos/año (punto álgido) y fue descendiendo hasta los 10 en 2012.
Cabe recordar que en 2012, Glénat perdió las licencias de Shueisha y, consecuentemente, las ediciones en catalán de títulos como Bleach y Naruto pasaban a otras editoriales , además de convertirse en una nueva editorial llamada EDT. Otros casos como Kimagure Orange Road quedó huérfana de editorial. Por su lado, Cinturó Negre (Yawara) quedó pausada indefinidamente sin llegar EDT a publicar el tomo 20 de un total de 29. Los precios debido a la crisis económica y la situación de la editorial, aumentaron como es el caso de Fushigi Yûgi de 10 a 12€, e Inu-yasha, Love Hina y Sakura de 6,50 a 7,50€. Planeta que se quedó con los derechos de Naruto, también aumentó los precios de 6,50 a 7,50 y la misma suerte tuvo Bleach en catalán con la editorial Panini Comics.
¿Solamente sobrevive Bola de Drac?
En estos años, Planeta Cómic ha ido publicando las series cercanas a Bola de Drac y Akira Toriyama, tanto en castellano como catalán, hasta prácticamente la actualidad. Pero parece que la única iniciativa con riesgos sea la de Ooso Comics, que publica sus ediciones tanto en castellano como catalán. Se estrenaron en 2018 con Mazinger Angels, a la que siguieron Mazinger Otome y Cutie Honey en 2019. Y la idea es que las siguientes series que editen tendrán su edición en catalán.
Una apuesta arriesgada pero con convicción de que han de haber este tipo de ediciones en el mercado. Desde 2012 los volúmenes publicados durante estos años, y hasta la actualidad, están estancados entre los 10 y 20 tomos al año, siendo Bola de Drac el estandarte de la edición en catalán.
Presente, futuro y el estado de la cuestión
Normalmente las editoriales grandes, que son las que tienen más capacidad económica y tienen los superventas, al menos a mi entender (y de números entiendo un poco) son las que podrían y deberían de apostar por el manga en catalán, tal y como lo hizo Glénat en su momento. Digamos que son las que podrían permitirse que determinadas tiradas en catalán fueran deficitarias, al igual que lo son algunas otras series que no llegan a las ventas esperadas o al punto muerto de rentabilidad.
Pero está claro, que las grandes tiradas le has de sumar la dificultad para rentabilizar. Esto hace que no se lancen más allá de la apuesta segura de Bola de Drac. Espero que ésto no suene como un reproche a Planeta, que además de seguir publicando en catalán, nos trae la edición roja de Bola de Drac Super en el formato idéntico al comic-book de antaño, para que los más nostálgicos podamos seguir coleccionando la serie de nuestra vida. Todo ello a pesar de tantas críticas que les ha suscitado porque el ritmo de publicación hace retrasar los tomos recopilatorios de la serie varios meses. Además, también cuentan con su versión en catalán los compendios y otras series como Bola de Drac SD, Jaco y futuro (casi presente) spin-off alternativo de Yamcha.
Creo que la opción que realiza Ooso Comics de publicar al mismo tiempo, ambas ediciones, en castellano y en catalán, ayuda a que el lector pueda decidir qué edición adquirir y no tener que esperar y elimina la incerteza de si van a publicarlo más adelante en catalán o no. Esto hace que el lector confíe en la edición en catalán y la compre. Bien es verdad que las editoriales más pequeñas lo tienen más complicado por la inversión a realizar, pero el hecho de tiradas más pequeñas y, quizás más fáciles de rentabilizar aunque sea a largo plazo, ayudan a tener un mercado con opciones y diversidad. Esperemos que estas iniciativas puedan prosperar para mejorar la salud del mercado del manga en catalán. Y si me lo permitís: Força al canut!
Fuentes:
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