Esto de analizar videojuegos (entre otras cosas) suele tender a la opinión general. Webs como Metacritic suelen poner de manifiesto que, a la hora de ser lo más objetivos posibles o de ser influenciados por el resto de la prensa, los analistas solemos llegar a un consenso. Si luego este coincide o no con el público va más allá de un tema de “maletines” o teorías de conspirativas, suele tener más que ver con apoyar a una obra que ha salido perdiendo u odiar a aquellas que terminar por llevarse todos los laureles, aunque esto ya es otro tema.
En raras ocasiones, la prensa se encuentra con una obra tan extraña y especial que se acaba polarizando enormemente, plasmando las diferencias entre los distintos redactores. Es el caso que nos ocupa ahora, ya que Deadly Premonition ostenta el récord Guiness de la obra con la crítica más polarizada de la historia de los videojuegos. Se le considera un juego de culto con muchos fieles a sus espaldas y es mencionado a menudo en los debates sobre considerar arte a los videojuegos.
Deadly Premonition: Origins es una nueva versión del juego original de Deadly Premonition que fue lanzado para Nintendo Switch a finales de 2019 como antesala de su secuela, anunciada en exclusiva para la consola de Nintendo para algún momento de 2020. Deadly Premonition es un título que salió originalmente en 2010 para Xbox 360 y PlayStation 3, con una versión del director que pudo jugarse en PlayStation 3 y PC en 2013.
Everybody calls me York
El juego comienza con la llegada del agente del FBI Francis York Morgan al pequeño pueblo de Greenvale, tras descubrirse el cadáver de una joven local. El asesinato, como no podía ser de otra manera, contiene diversos factores que lo hacen especial: la joven se encuentra atada a un árbol, con los brazos en cruz y ataviada con una extraña indumentaria. Todos estos detalles empujan a visualizarlo como un asesinato metódico, recordando a alguna especie de ritual. El cuerpo sin vida fue descubierto por dos niños cuyo hallazgo les provoca más curiosidad que terror.
La llegada de York no puede empezar peor desde que estrella su coche al esquivar una extraña sombra. Al salir del automóvil en mitad del bosque, encuentra unos extraños seres deformes que no dejan de atormentarle. Por suerte, estas criaturas sólo pueden detectarle cuando este respira, con lo que aguantando la respiración y con la ayuda de algunas barras de hierro, York consigue abrirse paso hasta la ciudad. Una vez allí, deberá colaborar con la huraña policía local para descubrir al asesino de un caso donde todo el pueblo es sospechoso.
La historia del juego toma referencias de las series y películas policíacas estadounidenses, utilizando todos y cada uno de los clichés en el cargador. En concreto, utiliza muchas referencias a la serie Twin Peaks, con similitudes en el protagonista, la víctima o cierta habitación, así como varios easter eggs para el ojo atento. No se trata de algo realizado por falta de inspiración, sino que se sirve de ellos para desarrollar una trama extraña y divertida que no se toma en serio a sí misma. Tan fácil estamos siendo perseguidos por un asesino siniestro como estamos manteniendo una conversación (si es que se le puede llamar así) con York sobre sus películas favoritas o riéndonos con un diálogo sin sentido alguno con la policía.
El principal motor de esta extravagancia es el propio protagonista, York, un personaje imposible que conseguirá sacar de quicio a todos los habitantes del pueblo con los que se cruza a su paso. El agente tiene una especie de doble personalidad con un tal Zach, que en un principio podría considerarse el jugador, rompiendo así la cuarta pared en más de una ocasión. Además de este detalle, York no se comporta en ningún momento siguiendo los estándares sociales establecidos, sino que hace (y dice) lo que quiere y cuando quiere. No obstante, siempre se mantiene profesional en lo que al caso se refiere, tampoco parece sorprenderle estos sucesos paranormales.
Don’t you agree, Zach?
Deadly Premonition juega constantemente con la mezcla, tanto de la historia como de la jugabilidad. Se trata de un título cuyo eje central es el terror y las secuencias de acción, que a la vez son las que hacen avanzar la trama. No obstante, también encontramos un gran componente de sandbox con un pueblo entero que recorrer en busca de extras como cromos, sumado a la gestión del tiempo, puesto que el paso del tiempo será muy importante para el desarrollo de la partida. Los locales y tiendas abren dentro de su horario habitual y algunos eventos solo tienen lugar a ciertas horas, con lo que deberemos hacer tiempo paseando con el coche por Greenvale.
York también tendrá medidores de hambre y sueño a los que deberemos atender para no perder vitalidad y resistencia. El agente tendrá varios locales disponibles para comer a ciertas horas, pero en el caso de estar luchando contra el mal o encontrarse a horas intempestivas, podrá recurrir a pequeños tentempiés como donuts o sándwiches de pavo, así como unos cafés para mantenerse despierto.
La jugabilidad durante las fases de acción es regular y se debate entre el sigilo y matar a todas las criaturas que nos encontramos. Mientras, se nos proporcionan herramientas para no ser detectados por las criaturas, su número y la facilidad con la que nos deshacemos de ellas son alicientes para terminar con su sufrimiento de una vez por todas. Aunque por la estética y las mecánicas pueda parecer un survival horror, lo cierto es que el componente survival se difumina al disponer de munición ilimitada y unos monstruos que suponen poco o ningún reto. También encontramos algún que otro QTE durante persecuciones que funcionan regular, llevando a una serie de tropiezos que convierten la tensión en una escena ridícula de comedia.
El jugador camina de esta forma entre el terror y el suspense en una mezcolanza de mecánicas que, aunque se complementan ligeramente, no terminan de casar del todo, suponiendo en ocasiones más un incordio que un alivio de la terrorífica trama. Los paseos en coche por el tranquilo pueblo no son tan placenteros como debieran debido al nefasto control del vehículo y a los escenarios repetitivos, aburridos y poco trabajados. Los horarios y los medidores son un añadido curioso, pero la falta de indicadores en el mapa puede ser un problema a la hora de encontrar gasolineras, restaurantes así como conocer sus horarios de apertura. Los extras se limitan a sencillos cromos con los personajes del juego y la ausencia de minijuegos pasa factura a un juego que intenta abrazar el mundo abierto sin mucho acierto.
Gráficos y sonido, la gran lacra del juego
Deadly Premonition es un juego porteado a Nintendo Switch con todas y cada una de las carencias con las que ya contaba en su versión original de 2010. Los gráficos eran pobres en su época y vemos que arrastra este defecto a la consola híbrida de Nintendo. Fondos pobremente detallados, expresividad nula de los personajes y unas animaciones toscas son las primeras señales de alarma que encontramos al comenzar a jugar. Un desempeño pobre en general que le hace parecer un juego de PlayStation 2. Para entrar más en contexto, ese mismo año tuvimos joyas como BioShock 2, God of War III, Alan Wake o Red Dead Redemption. Por supuesto, Hidetaka Suehiro (SWERY) no tenía el mismo presupuesto que estas otras obras, pero su calidad gráfica sólo es comparable con sus contemporáneos, y parece pertenecer a la generación anterior.
El sonido tampoco resulta mucho mejor, con una calidad de sonido muy justa. Los efectos no destacan en absoluto ni ayudan a introducir al jugador en el espacio diegético. Al cancelar una opción en el menú, por ejemplo, suena un efecto terrorífico que dura unos 3 segundos y no aporta absolutamente nada. No sólo eso, sino que las composiciones son treméndamente limitadas y las encontramos repetidas hasta la saciedad. Además, estas aparecen en momentos inadecuados, encontrando música cómica mientras los personajes hablan del modus operandi del asesino a la hora de transportar el cadáver de la víctima.
El doblaje, por su parte, está a un mejor nivel que el resto del apartado sonoro. Los actores aportan su granito de arena para esta curiosa idiosincrasia que mencionaba antes. Una pena que el audio no haya sido lavado lo más mínimo y la calidad del mismo sea paupérrima.
Conclusión
Entonces ¿es Deadly Premonition: Origins un mal juego? Si lo vemos comparándolo con su antecesor, las mejoras implementadas así lo afirman. Todos los errores y aciertos del título se mantienen intactos desde su salida original en 2010. Ahora, si lo vemos dentro de su contexto, emitir un argumento claro no es tan sencillo. Antes de afrontar este análisis ya había oído hablar del fenómeno Deadly Premonition como un mal juego que había conseguido la etiqueta “de culto” sin ser precisamente uno de esos juegos “tan malo que es bueno”. Necesitaba encontrar eso que lo hacía especial.
La pésima gestión de la exploración así como el mapa, los extras escasos y aburridos, la ausencia de minijuegos, la música repetitiva, el control pésimo (mención especial a la conducción) o los pobres gráficos te piden que te alejes del juego. Mientras tanto, Deadly Premonition regala al jugador paciente un protagonista lleno de misterio y extravagancia, unos personajes inolvidables y una mezcla de géneros y situaciones que acaban imbuyendo al título un aura de intriga, comedia y algún tipo de magia que acaba atrapándote en el pueblo. Las referencias a la cultura pop, la curiosidad intrínseca en cualquier enigma y ese aroma low poly que huele a creepypasta te motivan a seguir jugando y descubriendo Greenvale, un pueblo que acabas conociendo (muy a tu pesar) como la palma de tu mano y sintiéndolo como un hogar al que quizás volvamos este mismo año.
Lo mejor
- Protagonista y personajes carismáticos
- Juego que rebosa personalidad
- Buen guion con referencias a la cultura pop
Lo peor
- Gráficos desfasados
- Controles pobres
- Exploración mal gestionada
Deadly Premonition: Origins
Plataforma/s: Nintendo Switch
Desarrollo: Numskull Games
Jugadores: 1
Audio/Textos: Alemán, Inglés, Español, Francés, Italiano, Japonés
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