Una nueva edición de Expocómic abrió sus puertas a los aficionados al cómic, los días 3 y 4 de diciembre en el pabellón 3 de IFEMA. El evento, que ahora cuenta con una nueva organización, pasa a denominarse como Héroes Comic Con. Veamos qué deparó esta edición que prometía novedades a parte de ser la primera que se realiza en IFEMA.
Lo primero a destacar es la duración del evento, así como el horario. De cuatro días que duraba habitualmente en anteriores ediciones, este año han sido solamente dos. Lo mismo pasa con el horario, que el evento abría al público a las 9 de la mañana y en anteriores ediciones la apertura era más tardía.
Quizás esta idea de abrir tan pronto no fuera tan buena, ya que a esas horas algunos puestos estaban todavía montando. Además, había un público nulo ya que la combinación de fin de semana y 9 de la mañana no cuadra mucho. Y ya si son días antes de un puente, pues es obvio que funcionará menos.
En cuanto a la compra de entradas, la mayoría del público las compró online, ya que era la cola más larga que había que hacer para entrar con una pulsera al recinto donde se celebraba. Aún así no tardaba mucho y los asistentes pudieron entrar sin mayores problemas.. Un punto en el que ha mejorado y que aún se puede seguir haciendo respecto a los precios aplicados.
Los stands, es verdad que había muchos que se suelen ver en otros eventos de la capital, pero faltaban muchos puestos de material antiguo y descatalogado, e incluso editoriales como Aleta Ediciones que acudían otros años. La ubicación de estos no era mala, pero el espacio estaba desaprovechado en varias zonas.
El “Artist Alley” se merecía un espacio algo mayor, ya que a los puestos que había entre medias no se podía acceder con facilidad en cuanto hubiera unas pocas personas viéndolos. Los fanzines esta vez tenían un espacio mayor, pero bien es verdad que la ubicación no era la mejor. Estaban al final del pabellón a la izquierda, junto al ring y la zona de comida.
También hay que destacar puestos que no tenían relación ninguna con la temática del evento como son puestos del museo Thyssen y del Prado, así como Galp o incluso un ring de lucha libre. No los critico, pero no casaban con el evento. Y también comentar que había mucho merchandising repetido en un montón de puestos con camisetas.
El único escenario que había en esta edición no estaba mal situado, pero faltaban sillas para los asistentes. El ruido parecía haber mejorado y no se escuchaba en todo el pabellón como solía pasar anteriormente.
Los autores esta vez firmaban todo en un mismo horario en una larga mesa que había preparado la organización al final del pabellón. Al igual que los fanzines, la organización no era mala, pero la ubicación quizás no era la correcta, ya que se encontraba al fondo derecho del pabellón. Frente a la zona de juegos de mesa.
También hay una zona donde se reunían los stands de comida y food trucks que eran novedad en esta edición. Lo que le faltaba a esta zona eran mesas y sillas para que los visitantes pudieran sentarse a comer.
Respecto a las actividades, entre firmas, talleres y charlas, entre otras había bastante variedad. Bien es cierto, que todo parecía más enfocado a la visita de Ray Park (Darth Maul en Star Wars) cuyas actividades (firmas y fotos) eran pagando.
Pero lo que sí que hay que destacar este año es la zona para niños. Esta vez había una zona de Lego, un stand de la tienda Imaginarium e incluso otro de Clan TVE. También se habilitó una zona en la que ver capítulos de algunas series de Cartoon Network como Hora de Aventuras, entre otras.
Así pues, una edición de Expocómic, que demuestra que quiere ser un evento cada vez más grande aunque aún le falte bastante. De hecho, la siguiente cita madrileña, con cambio de nombre incluido, será en octubre de 2017.
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