El 2019 ha sido un año de evolución en los principales eventos de Barcelona. Primero fue el Comic Barcelona, después vino el Manga Barcelona y la celebración de su 25 aniversario y, ahora, la Barcelona Games World se ha renombrado como NiceOne Barcelona. Celebrado en Fira Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat entre los días 28 de noviembre y 1 de diciembre, el evento ha ido más allá de los videojuegos para ofrecer experiencias digitales e inmersivas como la realidad virtual, además de recuperar espacios como la RetroBarcelona y las competiciones de eSports. ¿Pero es una mejora o un paso atrás con respecto a ediciones anteriores? La segunda asistencia más baja de su historia (124.000 visitantes) se inclina más hacia lo segundo.
Para empezar, el espacio se amplió este año, de los pabellones 1 y 2 al 4, 5 y 6, teóricamente más grandes que los dos primeros. La primera diferencia ya se notó en el acceso, teniendo que pasar por dos pasarelas mecánicas para llegar al evento superado el control de seguridad de acreditados. Una vez allí, la realidad golpeaba: en la mitad derecha del pabellón 4 había videojuegos, sí, pero pocos eran los títulos todavía por estrenar. Únicamente Dragon Ball Z Kakarot, Iron Man VR y Nioh 2 resaltaban entre juegos conocidos. Interesantes, pero de los que ya conocíamos suficiente. Ausencias como Final Fantasy VII Remake, Death Stranding o, por ejemplo, One Punch Man: A Hero Nobody Knows marcaron una zona gaming en la que tampoco había gran cosa.
Por su parte, Nintendo trajo varios juegos de su catálogo, a destacar Pokémon Espada y Escudo y Ring Fit Adventure, que ya estuvieron en el Manga Barcelona. La experiencia estilo escape room de Man of Medan ocupaba un gran espacio del pabellón, mientras que en otras secciones se repetían títulos como League of Legends o Fortnite.
En el pasillo de transición entre las “novedades” y la zona retro se podían encontrar diferentes secciones: puestos de comida, títulos para probar como Call of Duty: Modern Warfare o WWE 2K20, un espacio colaborativo entre Nerf y Fornite e incluso un DJ de Flaix Sessions que amenizó las tres jornadas de apertura al público. Al final del pasillo, se podía acceder a la Experiencia Zombie y la zona de eSports, pero siguiendo adelante encontramos los proyectos de Catalan Arts Video Games, universidades como la UPF y la RetroBarcelona. Aquí sin duda residía el interés general, con los escenarios para conferencias y el concurso de cosplay (destacar el homenaje a Gunpei Yokoi) y un centenar de consolas y recreativas retro para viajar al pasado.
Realmente la RetroBarcelona fue de las partes mejor aprovechadas del evento: entre conferencias interesantes, clásicos de tiempos pasados como Rainbow Island, Sonic the Hedgehog o Pro Evolution Soccer 4 y arcades traídos expresamente de Japón, el entretenimiento estaba asegurado. Lo mejor de todo es que en esta zona los tiempos de espera eran mínimos. La variedad propiciaba que la gente pudiera probar diferentes juegos a la vez, sin que se formaran las colas de las novedades.
En el mismo pabellón, Selecta Visión instaló un stand outlet que también vendía algunas de sus últimas novedades, como por ejemplo Dragon Ball en Blu-Ray o la edición coleccionista numerada de Darling in the FranXX. A su vez, el visitante podía encontrar puestos de merchandising japonés como pósters, pulseras y figuras, por lo que el espíritu otaku también estaba presente.
Pero sin duda el espacio más concurrido del evento fue el dedicado a los eSports. Ampliando su capacidad hasta medio pabellón 6, los eventos principales que transcurrieron allí durante los tres días de NiceOne fueron las finales del Circuito Tormenta y la Iberian Cup, ambas competiciones de League of Legends. Por este motivo, los principales clubes del juego, tales como MAD Lions (que desveló su nueva imagen y equipo de Liga europea en el evento), Vodafone Giants o S2V Esports montaron sus propias gaming houses, mayormente con títulos como el propio LoL, FIFA 20 o y Fortnite, para poder presentarse ante el público y ofrecer distintas actividades a sus aficionados.
Desde partidas contra jugadores profesionales, meetings con los miembros de sus equipos, concursos e incluso fotomatones, el pabellón 6 fue un flujo constante de gente. Las competiciones fueron la guinda del pastel, llenando prácticamente los más de mil asientos del Orange Stadium y levantando al público de sus asientos en más de una ocasión, demostrando una vez más que los deportes electrónicos siguen en alza.
En conclusión, el NiceOne ha mejorado algunas cosas de la Games World, pero en general ha empeorado otras. La RetroBarcelona y los eSports han salvado lo que, en principio, ha sido una edición sobria de un evento que pretendía evolucionar. Las experiencias de realidad virtual eran varias, pero no suficientes para justificar otras ausencias que se han notado con creces. Para el próximo año, en mi opinión, se debería recuperar el énfasis en los videojuegos y en ofrecer a los asistentes la oportunidad de probar las novedades que todavía no se encuentran disponibles en el mercado, ya que eran la principal atracción de un evento que se va a tener que plantear muchos asuntos.
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