La segunda temporada de Vinland Saga concluyó el pasado 20 de junio, demostrando por qué se ha convertido en una de las mejores series en lo que llevamos de año. El anime, producido por MAPPA y basado en el manga de Makoto Yukimura (publicado en España por Planeta Cómic), puede que no haya tenido tantas escenas de acción como algunos fans esperaban, pero en cambio ha presentado una brillante reflexión sobre el ciclo de la violencia y los horrores de la guerra a través de la catártica transformación del protagonista, Thorfinn.
Mientras que la primera temporada atraviesa continentes a medida que se cruzan personajes históricos, la segunda es de una escala mucho menor; y, sin embargo, es épica en un sentido diferente, ya que el director, Shūhei Yabuta, y el guionista, Hiroshi Seko, ofrecen algunos de los momentos más impresionantes de la serie dentro de los límites (bastante amplios) de una granja. De hecho, algunos fans se refieren cariñosamente a este arco con el nombre de “La granja de Ketil”, y es uno de los más alabados por los lectores debido a su descompresión narrativa y a su alejamiento de la guerra en favor de ver el cambio gradual de Thorfinn.
Pero si bien la segunda temporada de Vinland Saga era uno de los estrenos más esperados, el “ruido” que ha generado durante su emisión ha sido discreto. Algo muy injusto, pues Vinland Saga nos ofrece una historia profunda, muy bien ambientada, y por la que MAPPA claramente tiene debilidad, adaptándola no solo con rigor, sino con cariño, y aportándole contenido inédito que ha hecho que la experiencia haya sido más completa si cabe.
Para su emisión tuvo lugar algo sin precedentes, y es que pudo disfrutarse de su simulcast en versión original con subtítulos en español a través de dos plataformas distintas: Netflix y Crunchyroll. A continuación, en esta reseña, queremos contaros qué ha tenido esta temporada de especial, no sin antes advertir de que las siguientes líneas contendrán algunos spoilers de la trama.
©幸村誠・講談社/ヴィンランド・サガ SEASON 2 製作委員会
Lo que significa ser un auténtico guerrero
Tras el desgarrador final de la primera temporada, la segunda temporada de Vinland Saga nos presenta a un Thorfinn algo más mayor que se ha convertido en una cáscara vacía. Fue vendido como esclavo y cumple obedientemente con las tareas que se le asignan para labrar la tierra. Atrás quedaron los campos de batalla, el derramamiento de sangre y la ira. En cambio, seguimos la vida cotidiana de los esclavos que trabajan en una gran granja bajo el mando de su dueño, Ketil, quien aparentemente es más amable que los otros dueños de esclavos que hemos visto con anterioridad en esta y otras historias.
Aunque los que son solo seguidores del anime pudieran creer inicialmente que el propósito de este arco era que Thorfinn recuperara su sed de sangre, a medida que avanzan los episodios Vinland Saga se convierte en algo más. Es una visión aleccionadora sobre el aspecto deshumanizador de la esclavitud, sin el abuso grotesco al que muchos se han acostumbrado a ver en cualquier historia sobre esclavos. Personas normales que intentan vivir vidas pacíficas son secuestradas a la fuerza de sus hogares y obligadas a ver cómo asesinan a sus seres queridos frente a sus ojos. Incluso bajo la guía de un propietario relativamente «agradable», el anime nunca deja de recordarte que la idea misma de que alguien sea dueño de otras personas es incorrecta, debido al poder que ostentan y del que pueden abusar.
©幸村誠・講談社/ヴィンランド・サガ SEASON 2 製作委員会
Esto se representa a través de dos nuevos personajes, que terminarán siendo fundamentales en el desarrollo de Thorfinn. En primer lugar está Einar, un nuevo esclavo cuya familia fue asesinada durante la guerra y que es emparejado para trabajar con Thorfinn debido a que tienen edades similares. En marcado contraste con el desesperanzado Thorfinn, los ojos de Einar sueñan con la libertad. Einar no está de acuerdo con su vida como esclavo y su determinación no aspira solo a encontrar un camino hacia la libertad, sino también a traer a Thorfinn a él y, si es posible, a todos los demás, lo que en última instancia le recordará a Thorfinn que todavía existen buenas personas en el mundo y le obligará a enfrentar un pasado marcado por la matanza.
Mientras que Einar representa la esperanza tenaz y la bondad persistente, Arnheid es el firme reflejo de la miseria de vivir solo para sobrevivir. Al igual que Thorfinn, Arnheid ha renunciado a cualquier esperanza de un futuro, convenciéndose a sí misma para estar contenta siendo esclava sexual y laboral. Del mismo modo que Einar, ella le recuerda a Thorfinn sus terribles actos, pudiendo ver las consecuencias de sus acciones como guerrero de primera mano, a través de la lucha desesperada a la que Einar se aferra y de la existencia sin esperanza de Arnheid.
©幸村誠・講談社/ヴィンランド・サガ SEASON 2 製作委員会
La culpa de Thorfinn crece a medida que sus lazos con ambos personajes se vuelven más estrechos, lo que lleva al tema real de Vinland Saga: ser fuerte es aceptar las consecuencias de tus acciones y poder mejorar así como persona. Thorfinn pasa los episodios iniciales de la segunda temporada castigándose y odiándose, viéndose finalmente obligado a aceptar que con esa actitud se está poniendo a sí mismo la etiqueta de víctima, apartando de esta manera la vista de las víctimas reales que lo rodeaban.
En este sentido, la segunda temporada se basa en los arcos de estos tres personajes porque, a pesar de que Einar y Arnheid se prestan al desarrollo de Thorfinn, también cuentan con sus propios arcos por separado. A diferencia de Thorfinn, Einar y Arnheid realmente no hicieron nada malo para acabar en esas horribles circunstancias, y el disgusto de saber que una vez podría haberlos matado a ambos sin pestañear, lo impulsa a ser el hombre que su padre siempre creyó que era.
Por otro lado, la historia no se olvida del resto de personajes que aparecieron en la primera temporada y nos muestra la otra cara de la moneda. Mientras Thorfinn encuentra a un hermano en Einar, descubre el gozo en la paz y adquiere conocimientos escuchando leer la Biblia a Snake (un mercenario contratado por Ketil), el rey Canuto atraviesa un viaje opuesto. Inicialmente, el príncipe contrastaba con el guerrero salvaje Thorfinn, pero ahora que Canuto es monarca se ha vuelto confiado, brutal y solitario. Sus ambiciones de crear una utopía lo obligan a abandonar muchos de sus principios morales, y el que era un joven amante de la paz ahora puede sacar una espada y blandirla sin dudarlo. Así la serie divide escenas simultáneas a través de las perspectivas de Canuto y Thorfinn, haciendo que su efecto de desdoblamiento entre ambos sea aún más efectivo por la narración visual y la dirección.
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Un mundo sin violencia
La primera temporada estuvo marcada por el hundimiento de Thorfinn y su sed de venganza contra el asesino de su padre y de su otra figura paterna, Askeladd, destruyéndose trágicamente a sí mismo en el proceso. Si bien resulta muy entretenido el interés del equipo de la serie por el drama histórico, sus pequeños detalles de fondo y la licencia que se toman con las motivaciones de los personajes al adaptar la serie manga de Makoto Yukimura, muchos de los momentos más convincentes de la segunda temporada proceden de su continuo compromiso con los principios esenciales del feudalismo y la cultura vikinga, y cómo reconstruyen ese concepto.
Múltiples vías de escape de la ruina de la cultura vikinga se abren ante Thorfinn a medida que Einar le saca de su caparazón. Aunque en la primera temporada existía una contradicción irresistible en maravillarse con ver a Thorfinn haciendo cosas espectaculares durante la batalla, a pesar de que eso estuviera erosionando su alma, la crueldad de la cultura en la que creció siempre ha sido uno de los temas principales de la obra. La mayoría de las escenas de batalla de Vinland Saga suelen ser arduas, con imágenes y sonido que a menudo hacen más hincapié en la herida que en la acción que la causó. Las amplias y pintorescas vistas de la campiña se convierten en primeros planos de personajes heridos, dibujados con detalles escabrosos y realistas.
Para esta segunda temporada, aunque sigue siendo divertido ver a brutos testarudos pavonearse por saber blandir con destreza una espada, las consecuencias se exponen de forma punzante en la pantalla, tanto en los sangrientos resultados físicos como en las secuelas emocionales. Thorfinn carga con muchas de ambas cosas en forma de sueños atormentados, cicatrices y también algún que otro cartílago de oreja perdido.
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Con la renovada perspectiva del personaje, esa violencia carece aún más de sentido que antes. Ahora es más fácil prestar atención a las secuencias de acción más emocionantes y grandilocuentes, las que se reservan para ocasiones especiales. El momento más puramente heroico de Thorfinn consiste en recibir una paliza solo para encontrar una ruta hacia la conversación. Su actitud pasiva parece prácticamente revolucionaria en una cultura en la que las personas se miden por el daño que pueden infligir. El idealismo de su padre empieza a fundirse con el pragmatismo de Askeladd y Einar, lo que permite a Thorfinn tener claros sus objetivos a largo plazo. Está muy lejos del joven violento y fácilmente manipulable de antes.
Dicho esto, quizá lo que distingue a Vinland Saga es la duración pausada con la que Yabuta y Seko agonizan ante las preguntas de Thorfinn sobre cómo hacer desaparecer la violencia. La segunda temporada tiene un ritmo más paciente que la primera en su exploración de cómo Thorfinn se ha infligido daño a sí mismo al hacer daño al mundo. La granja, durante un tiempo, parece un purgatorio: aislada del mundo exterior, con la promesa de salvación fuera de su alcance y los fantasmas de aquellos a los que Thorfinn mató amenazando constantemente con arrastrarlo a su propio infierno personal.
Tanto para escapar de ese infierno como para enmendarlo, Thorfinn quiere construir una nación pacífica más allá del alcance de los traficantes de esclavos y de las llamas de la guerra, en homenaje al sueño de su padre. Queda por ver si esto es posible o no, pero el largo viaje de la temporada hasta que Thorfinn cree en algo, recupera su fe y hace de la violencia su último recurso en lugar del primero, resulta muy gratificante. Puede que «No tengo enemigos» no suene tan profundo viniendo de cualquier otra persona, pero el camino que conduce a ello es el más emocionante de Vinland Saga hasta el momento.
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Dosis de perfección y fuerza
Por desgracia, aunque estos impactantes momentos escénicos que he mencionado en párrafos anteriores brillan, la animación sufre un ligero retroceso en comparación con la primera temporada de Vinland Saga. No es especialmente obvio, en mi opinión, pero las escenas de lucha son menos creativas en movimiento y dirección. Es algo que quizás hemos perdido tras el cambio de estudio para esta nueva entrega, que pasó de WIT Studio a MAPPA.
Aún así, la banda sonora lo compensa. Solo con escuchar las melodías se me saltan las lágrimas. No sé qué ha cambiado para esta temporada, pero la música es mucho más eficaz a la hora de reflejar la historia, y resulta aún más impactante por la mezcla de coros religiosos. Mención aparte merecen los dos espectaculares openings y endings llenos de sentimiento, que han acompañado a la perfección en cada momento de la temporada.
No solo ha mejorado la banda sonora, sino también el trabajo de los seiyus. Yuto Uemura se ha lucido como Thorfinn en esta temporada retratando un amplio abanico de emociones, a menudo aderezadas con sutiles entonaciones que aún no había visto en su ascendente carrera como actor de voz. Sin embargo, hay que destacar especialmente a la seiyu de Arnheid, Mayumi Sako, pues creo que a muchos nos llegó a poner la piel de gallina su llanto. Sako supera todas las expectativas en cuanto a la profundidad de las emociones de Arnheid y su trágica historia. Por el momento, no ha tenido muchos más papeles en otros animes, pero sería una pena no oirla más después de esa impresionante demostración de fuerza.
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Conclusión
Esta temporada de Vinland Saga ha sido muy diferente de la primera, pero ha estado a la altura. La primera fue el prólogo, quizás el más épico de todos, pero prólogo al fin y al cabo. En esta temporada, en cambio, las distintas tramas fluyen de forma natural hasta esculpir su único curso posible, convirtiéndose así Vinland Saga en la historia de Thorfinn.
Como resultado, la segunda temporada se ha convertido en todo lo que los fans querían y mucho más. En ella ha quedado impregnado el amor que han puesto en la producción todos los miembros del equipo, del personal e, incluso, el mangaka. Porque, en última instancia, Vinland Saga es también una historia sobre el amor. Fue redescubriendo el amor como Thorfinn empezó a avanzar. Fue la pérdida del amor lo que quebró el espíritu de Arnheid. Fue aferrarse al amor lo que salvó a Einar de la desesperación. Fue por amor por lo que Canuto comenzó sus batallas. El amor domina gran parte del mundo y creo que por eso, a pesar de lo lejana que parece la Era Vikinga, la historia de Vinland Saga es atemporal.
Vinland Saga es una de las verdaderas obras maestras del anime y del manga. Audaz, ambiciosa y desafiante, épica e íntima a partes iguales. Por mucho que la producción se demore, puedo esperar pacientemente a una tercera temporada. Nadie que no fuera el equipo detrás de MAPPA podría crear un producto tan perfecto y digno.
©幸村誠・講談社/ヴィンランド・サガ SEASON 2 製作委員会
Lo mejor
- El viaje de Thorfinn es una de las mejores narrativas que se han realizado en los últimos años.
- Los fondos y la paleta de colores son preciosos.
Lo peor
- La animación en varios momentos palidece si la comparamos con la primera temporada, aunque visual y argumentalmente suple esa carencia.
Vinland Saga - Temporada 2
Estudio: MAPPA
Año: 2023
Tipo: Serie TV animación
Duración: 25 minutos aprox.
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