Si hay que destacar un acontecimiento histórico durante el siglo XX en Japón, y prácticamente en todo el mundo, fueron los lanzamientos de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Este hecho influyó definitivamente en la historia de la humanidad y específicamente de Japón.
Un canto a la vida
Mediatres Estudio trae a España la película de Nagasaki: recuerdos de mi hijo (Haha to kuraseba). Filme japonés de 2015 producida por Asahi Broadcasting Corporation (ABC), GyaO y Hakuhodo DY Media Partners. En sus de 130 minutos de duración encontramos un
drama histórico con cierto toque sobrenatural dirigido y escrito por Yôji Yamada, un veterano en el cine japonés con obras tan reconocidas como Una familia de Tokio o Kabei: nuestra madre.
La película fue seleccionada por Japón como representante para la ceremonia de los premios Oscar como Mejor película de habla no inglesa en el año 2017, aunque finalmente no llegó a ser nominada. En cambio, la Academia de cine de Japón galardonó a Kazunari Ninomiya con el premio a Mejor actor y a Haru Kuroki como mejor actriz secundaria.
Yamada nos muestra un filme, que a pesar de presentar un drama por la historia que nos muestra, tiene un atisbo de luz y de esperanza para la especie humana. En ella somos testigos del proceso de duelo de una mujer japonesa tras finalizar la II Guerra Mundial y como se sobrepone de semejante infierno.
Las bombas de la vergüenza
Han pasado pocos años del final de la Segunda Guerra Mundial y Japón aún se recupera de sus graves heridas. Nobuko (Sayuri Yoshinaga), una mujer de mediana edad, está decidida a seguir adelante mientras contempla la tumba de su hijo, muerto en el bombardeo nuclear de Nagasaki como tantos otros. Pero todo cambiará el día en que, al volver del cementerio, encuentra a su hijo Koji (Kazunari Ninomiya) esperándola en casa. Como si de un milagro se tratase, Koji volverá a menudo a visitar a su madre para poder recordar juntos a la familia, la guerra y el pasado.
Nobuko se nos presenta como un personaje que sólo tras superar el duelo por la pérdida de su hijo, es capaz de verle y conversar con él. Es durante estas conversaciones donde vemos la bondad de Nobuko y cómo su apacible vida fue alterada drásticamente por los bombardeos, dejándola en una situación de supervivencia en esa nueva era. También vemos cómo el espíritu de Koji reacciona ante la situación de sus seres queridos de querer seguir adelante con sus vidas cuando él ya finalizó la suya.
A parte de la madre y el hijo, sumamos otros personajes secundarios que recorren un arco de superación y que cada uno solventa a su manera, como la novia de Koji o el vecino de Nouko, el señor coreano.
Recuerdos de sosiego
La película desprende un estilo muy teatral en cuanto que transcurre en muy pocos escenarios y con pocos personajes. Salvo la casa de Nobuko, su jardín y la universidad a la que iba Koji, pocas localizaciones aparecen en la película.
La música acompaña a la película otorgándole ese tono sobrio y sereno que pide la historia. Para ello se ha contado con el trabajo de Ryuichi Sakamoto, que entre otros proyectos cabe destacar la banda sonora de El renacido.
Yôji Yamada, recuerdos y familia
Nagasaki, recuerdos de mi hijo está dirigida por Yôji Yamada, nacido en Osaka en 1931 y criado en la Manchuria ocupada por Japón hasta 1945. Comenzó en el mundo audiovisual como guionista y ayudante en Shochiku. Dirigió su primera película, la comedia Nikai no tannin, en 1961.
Durante los años 60 y 70 Yamada estuvo muy vinculado a Shochiku, centrándose en producciones más comerciales que sus siguientes obras, como varias comedias románticas o la serie de Tora-san, protagonizada por Kiyoshi Atsumi. 1977 marca un antes y un después en su filmografía con la película escrita y dirigida por él, El pañuelo amarillo de la felicidad, la primera película con su sello autoral propiamente dicho.
En 2002 estrenó The twilight Samurai, película nominada a los Oscar y que participó en la Berlinale. En 2004 y 2006 enseñó en salas las películas The Hidden Blade y Love and Honor, cerrando así su trilogía sobre samuráis crepusculares y que se proyectaron también en la Berlinale.
En los últimos años de su carrera, sus productos viran más hacia el drama familiar, acercándose más a un terreno más espiritual. Con Kabei: Our Mother y Una familia de Tokio consigue homenajear a la figura de Yasujiro Ozu. Mientras, su siguiente película, La casa del tejado rojo, es otra introspección en el día a día de los tokiotas antes, durante y después de la contienda mundial.
En cuanto al reparto de esta película, Sayuri Yoshinaga (Kâbê, Otôko, Sasamyuki…) interpreta el papel de Nobuko Fukuhara, la madre que pierde a su hijo por culpa de la bomba atómica y que comienza a tener encuentros con él una vez que su alma descansa en paz. Kazunari Ninomiya (Cartas desde Iwo Jima, Gantz) interpreta a Koji Fukuhara, el joven que pierde la vida en el bombardeo a Nagasaki y que vuelve en forma de fantasma para conversar con su madre. Haru Kuroki (seiyû de Yuki en Wolf Children, La casa del tejado rojo) interpreta a Machiko Sata, prometida de Koji hasta que la bomba atómica les separa.
Una edición muy completa
La edición de Nagasaki, recuerdos de mi hijo sigue la estela de la colección Aires de Asia. Un formato muy cuidado tanto en DVD como Blu-ray, presentada en un cofre que contiene, por un lado el estuche con la película y por otro un libreto de 92 páginas en el que Mike Hostench (subdirector del Festival de Sitges) habla sobre la película, su director y en especial, sobre el contexto de la producción y posterior lanzamiento de la bomba atómica tanto en Hiroshima como en Nagasaki. También encontramos extractos del libro: Las bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki escrito por Javier Vives. Un extra bastante completo que ahonda en este vergonzoso pasaje de la historia reciente del ser humano.
El disco incluye aparte de la película, un tráiler de la misma y la presentación de un coloquio en el Barcelona Film Festival por parte de Javier Vives, el anteriormente citado autor del libro Las bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki y Ángel Sala, director del Festival de Sitges.
Como extra adicional, si se compra a través de la web de Mediatres Estudio se tiene la posibilidad de conseguir un póster de la película de regalo.
La edición en Blu-ray de la película se encuentra a la venta a un precio de 28’50€ en la página web de la distribuidora, mientras que el precio de venta recomendado de la edición en DVD es de 23’95€. La edición en Alta Definición contiene audio en castellano y japonés 5.1 DTS-HD y subtítulos en castellano.
Nagasaki: recuerdos imborrables
En definitiva, Nagasaki, recuerdos de mi hijo es una película que en contra de lo primero que se pueda pensar, no toma partido ante ninguno de los dos bandos en el conflicto de la II Guerra Mundial. Se posiciona del lado de las víctimas desde un punto de vista que no se regodea en el drama sufrido, pretendiendo ser un canto a la vida y a la esperanza de sus supervivientes.
Es inevitable pensar en otras obras de la misma temática como puede ser el caso de la dramática película del Estudio Ghibli: La tumba de las luciérnagas o el crudísimo manga Pies descalzos, que tratan la vida de los supervivientes de la bomba atómica sin paños calientes y con un hálito de esperanza y frustración.
Desde mi punto de vista, esta película podría ser perfectamente proyectada en una clase de instituto tanto de Historia como de Filosofía o Ética, ya que retrata perfectamente los diferentes roles que toma una unidad familiar cargada de esperanza y positivismo ante una tragedia tan tremenda como es el perder a un hijo o a un novio en dramáticas circunstancias. De la misma manera, observamos esas diferencias más que notables entre nuestra cultura mediterránea y la asiática en cuanto como mantienen ese férreo semblante y luto ante la muerte.
En definitiva, esta película está recomendada a todos aquellos que disfruten con historias de esperanza en el ser humano, eso sí en uno de los contextos más dramáticos posibles. También aquellos que, como es mi caso estamos interesados en este periodo histórico, disfrutarán de ella así como de sus maravillosos extras. Es importante tener en cuenta también que hay que estar predispuesto a visionar esta película, ya que Yôji Yamada se toma su tiempo para desarrollar a los personajes, como cualquier buen plato que se ha de cocinar a fuego lento para poder disfrutarlo más.
Lo mejor
- Cómo consigue escapar de los posicionamientos políticos para centrarse en la oda a la vida y a la esperanza
- Sus personajes bien diferenciados y bien desarrollados
- La edición de Mediatres Estudio es impecable.
Lo peor
- Si eres un espectador impaciente, quizás esta no sea tu película.
- Aprovecha poco el medio cinematográfico para desarrollar su historia. Casa más y mejor con el teatro.
Nagasaki, recuerdos de mi hijo
Estudio: Shochiku Company
Año: 2015
Tipo: Película imagen real
Duración: 130 min.
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