En los últimos años, ser un manga de éxito tiene en muchas ocasiones como resultado una adaptación a imagen real. Tanto en Estados Unidos como sobre todo en Japón, hay un manifiesto interés por trasladar estas historias a la gran pantalla. Sin embargo, muy pocas han logrado alcanzar la misma popularidad que el material original. De hecho, suelen ser recordadas más bien por la forma en la que fracasaron y despertaron la indignación de los fans, como ha sucedido recientemente con otras adaptaciones como, por ejemplo, Fullmetal Alchemist.
En 2017 llegó a las salas de cine niponas una película que cosechó un gran éxito en taquilla, llegando a proyectarse en cines fuera de las fronteras japonesas. Estoy hablando de Gintama, que se convirtió en la tercera película con mayor recaudación en la taquilla japonesa en dicho año. Por supuesto, España no podía ser una excepción y, tras dos años de larga espera, el pasado 14 de marzo Mediatres Estudio nos deleitó a todos los fans de este alocado manga con varias proyecciones durante todo ese fin de semana.
El hecho de que la cinta solo se repartiera en un limitadísimo número de cines de la geografía española seguramente haya procurado pocos beneficios para la distribuidora, que ha asegurado que traerá la segunda parte de Gintama en función de cómo haya funcionado este estreno. Nosotros acudimos a verla a los cines Verdi de Madrid y, aunque la sala no estaba llena (ni mucho menos), la gran mayoría de los presentes eran fans de Gintama que en más de una ocasión rieron a carcajadas y que, al acabar la película, lo primero que más de uno pronunció fue un “a ver cuándo traen la segunda”.
Pasados unos días desde su estreno y habiendo tenido tiempo para reflexionar, lanzamos la siguiente pregunta: ¿ha merecido la pena Gintama o es otra mala adaptación a imagen real? Para responderla, a continuación, os presentamos nuestras impresiones de la película, con las que esperamos dar algunas de las claves de este live-action.
Samuráis y alienígenas, el cóctel perfecto
Para aquellos que no sepan de qué trata, Gintama es un manga escrito por Hideaki Sorachi que inició su publicación en la Weekly Shônen Jump en 2003. Se ambienta en una versión alternativa del Japón del periodo Edo en la que ha sido invadido por unos extraterrestres llamados Amanto y donde se mezcla la tradición con las nuevas tecnologías. El protagonista es Gintoki Sakata, un samurái conocido con el sobrenombre de Shiroyasha (Demonio Blanco) que luchó en la guerra contra los Amanto. Años después de aquello, dirige un negocio de recados conocido como Yorozuya y, junto a él, trabajan Shinpachi Shimura, un joven samurái que desea reabrir junto a su hermana el dojo de su difunto padre, y Kagura, una alienígena perteneciente al poderoso clan Yato. Quienes hayan leído el manga y visto el anime, sabrán que se trata la mayor parte del tiempo de una historia disparatada en la que se combinan mucho humor, múltiples referencias, pero también algo de drama que en más de una ocasión puede hacer derramar alguna lágrima (en especial a los más sensiblones).
Pero, vayamos a lo que verdaderamente interesa: la adaptación a imagen real. La película se inicia con varias secuencias introductorias. La primera de ellas es antes de los créditos iniciales y donde se muestra el primer encuentro entre Gintoki y Shinpachi. A ella le sigue una secuencia animada repleta de referencias que, como incluso se menciona en la película, roza la ilegalidad en términos de derechos de autor. Posteriormente, también se introduce a los miembros del Shinsengumi, la fuerza policial de Edo, a través de una serie de escenas en las que todos desean atrapar a un escarabajo dorado perteneciente al shogun. Todas ellas sirven como una acertada presentación de los personajes y del conjunto de la serie para aquellos que no han visto nunca Gintama. Pero quizás podrían haberlo hecho con mayor brevedad, especialmente para aquellos que sí conocen la historia. Aunque, no nos engañemos, muchas de estas escenas introductorias proporcionan algunos de los mejores y más hilarantes momentos de la cinta.
En rasgos generales, el live-action de Gintama es bastante fiel a la historia original, con relativamente pocos cambios. Hay gags inéditos que, al igual que sucede en el manga y el anime, rompen con los momentos más tensos e impactantes y que, seguramente, a aquellos que no conozcan cómo funciona Gintama les perturben y les altere el ritmo de la historia.
Gintama ha resultado ser una película agradable de ver, que sin ninguna duda capta la esencia del manga y del anime a través de un excelente casting, una comedia efectiva y unas partes de acción emocionantes. El arco que adapta, el de Benizakura, es corto, pero es el primero que asienta las bases para una trama más seria, lo que lo convierte en una buena elección para introducir a muchos en el universo de Gintama. Y, aunque el humor exagerado de Gintama no siempre sea fácil de adaptar, especialmente si es a imagen real, sorprendentemente los gags más divertidos son los que no se encuentran en las versiones anteriores de la historia. La escena de Gintoki con Gengai es brillante, al igual que la del cierre con el botón de la ropa de Shinpachi.
Un casting que roza la perfección
Aunque ésta es la tercera vez que se adapta este arco del manga (primero en la serie de anime y luego en una película también animada), esta versión contiene diferencias, por lo que sigue siendo un producto interesante para el fan de Gintama. Aquellos que no estén acostumbrados a las interpretaciones japonesas, considerarán las expresiones de los actores exageradas, rozando incluso el ridículo. Pero, en mi opinión, las actuaciones son muy sobresalientes.
La elección de los actores no era sencilla, porque no es fácil interpretar a estos personajes tan variopintos. Sin embargo, todos ellos logran aportar algo único a su personaje y, a la vez, resulta muy sencillo reconocer a los habitantes del distrito Kabuki. Shun Oguri es más que adecuado para el papel de Gintoki. Aunque, reconozcámoslo, le falta algo de intensidad durante las secuencias de pelea y los momentos cómicos, es difícil sobresalir en ese aspecto cuando en el anime Tomokazu Sugita realiza un trabajo tan sublime. Masaki Suda, por su parte, hace un papel brillante como Shinpachi, mientras que Kanna Hashimoto, aun siendo más mayor que Kagura, ha sabido reflejar su naturaleza infantil, glotona y grosera. En cuanto a los tres personajes principales del Shinsengumi, es indudable que son las versiones en carne y hueso de Kondo, Hijikata y Okita, aunque disfruten de muy poco tiempo en pantalla.
En lo que respecta a algunas diferencias en los personajes, Masaki Okada interpreta a un Katsura mucho más serio. Si bien es cierto que “Zura” se pone serio cuando la situación lo requiere, la mayor parte del tiempo es representado en el original como un personaje más bien tonto, experto en lo absurdo, lo que no es para nada evidente en esta película. En el lado opuesto estaría Takechi Henpeita que, mientras que en el anime muestra siempre un tono más monótono, Jiro Sato hace una interpretación de él mucho más activa, haciendo de este “feminista” una versión totalmente inesperada, pero también muy efectiva, que lo convierte en el personaje que más carcajadas provoca durante la película.
La única pega que le puedo poner al reparto es el Takasugi que interpreta Tsuyoshi Domoto. En lugar de sonar amenazante y enigmático, suena y actúa de forma apática. Lamentablemente, se queda muy lejos del misterioso personaje que es en realidad Takasugi.
Lo cutre llevado a su máxima expresión
Donde la película podría desinflarse es en los efectos especiales. Aunque están lejos de ser atroces, sí son bastante cutres. Elizabeth es simplemente alguien disfrazado y Sadaharu está realizado con un CGI de muy baja calidad que no encaja con el entorno cuando está en movimiento. Pero, siendo honesta, no esperaba menos de una adaptación a imagen real de Gintama. La obra en sí no pide demasiada seriedad. La coreografía de las escenas de acción, en cambio, sí está muy trabajada. Cada pelea es rápida y llena de giros dinámicos con espectaculares movimientos de cámara que les dan aún más vida.
Por otro lado, las escenas emotivas también tienen el mismo impacto, como la escena en la que Gintoki, gravemente herido y aún siendo vigilado por Otae, la hermana de Shinpachi, se marcha para poder seguir con su cometido. Esta escena es una de mis favoritas del manga y el anime, pues demuestra que los personajes tienen complejidad y profundidad más allá del humor absurdo. Por eso, me sentí especialmente satisfecha con el tratamiento tan detallista que dicha escena tiene en esta película, llegándose a utilizar incluso la misma música que aparece en la película Gintama: Shin’yaku Benizakura-Hen.
No se puede cerrar tampoco este apartado sin hablar del tema principal de la película. Los fans de UVERworld, grupo al que muchos conocerán por haber puesto música a animes como My Hero Academia o The Promised Neverland, disfrutarán de poder escuchar la canción titulada Decided, cuyo ritmo es imposible no tararear.
Conclusión
El arco de Benizakura ha sido la parte de Gintama más adaptada, pero esta última versión tiene suficiente encanto y comedia para que valga la pena. Las batallas y los nuevos gags cómicos hacen que esta primera adaptación a imagen real de Gintoki y compañía sea de visionado obligatorio para todos los fans de Gintama. Sin embargo, puede que no sea el punto de entrada ideal para nuevos espectadores, mientras que aquellos que ya estén familiarizados con la franquicia estarán muy satisfechos con el resultado.
Como último apunte, el éxito de esta película en Japón supuso que se produjera una secuela que se estrenó en cines el 17 de agosto de 2018 y que recaudó más que la primera. Tras ver esta primera, espero con ansias la segunda, pues en ella hace aparición el shogun, quien en la obra original es protagonista de algunos de los momentos más hilarantes y memorables y, además, se adapta uno de mis arcos favoritos: el de la crisis del Shinsengumi.
Lo mejor
- La comedia absurda y las referencias. One Piece y Gundam protagonizan una de las escenas más divertidas
- El reparto, en general, hace un trabajo sobresaliente dando vida a los personajes
Lo peor
- La película se ralentiza en ciertas partes
- Mientras que a algunos (como yo) les encantarán los efectos especiales cutres, muchos otros quedarán seguramente horrorizados al verlos
Gintama (live-action)
Estudio: Plus D
Año: 2017
Tipo: Película imagen real
Duración: 131 min.
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