Un domingo más Crunchyroll estrena en su plataforma el simulcast de un nuevo episodio de la parte 2 de la temporada final de Ataque a los titanes. En esta nueva entrega, la trama recupera en parte la acción, pero se centra más en los personajes secundarios de la historia, situándolos tras la activación del Retumbar. Como cada semana, en esta review haremos un repaso por los aspectos más interesantes que ha dejado «Deshielo», no sin antes recordar que las siguientes líneas contendrán spoilers de su trama.
El episodio inicia con una breve recapitulación de lo sucedido al final del anterior. Los muros se rompen y los titanes colosales que había en su interior, comandados por un Eren que se ha hecho con el poder del Titán Fundador, tienen como misión destruir todo el mundo excepto la isla de Paradis. Toda esta masacre trae consigo complicadas cuestiones morales que ponen en jaque a los personajes, en especial a Mikasa, Armin, Connie y Jean.
El discurso de Jean es la razón por la que es mi personaje favorito de Ataque a los titanes, pues se ha convertido en el centro moral de la serie. Ya he comentado en anteriores reviews que nunca pensé que lo vería defendiendo a Eren, pero desde hace varios episodios ha sido el único que ha reflexionado sobre los acontecimientos actuales poniéndose en el lugar de Eren. Jean fue el primero en ver a través de las duras palabras de Eren a Mikasa, deduciendo que probablemente había alguna intención diferente detrás de ellas. Y ahora es el primero en explicar sus acciones y entender que Eren solo lo hace porque es lo que considera necesario para su supervivencia, aunque eso no signifique necesariamente estar de acuerdo con él.
Teniendo en cuenta sus primeras interacciones en la serie, Jean es uno de los personajes que más ha cambiado y al que, personalmente, más he disfrutado viendo madurar. En una situación de tanta presión como esta, Jean no tiene miedo de considerar ideas y soluciones con las que no se siente cómodo, siendo capaz de mantener la objetividad en todo momento, como ya observó Marco en la primera temporada. En este caso, contempla la idea de alinearse con Eren, pero también reconoce el peso que conlleva. Ellos son los que se beneficiarían del Retumbar, pero, a cambio, millones de personas deberían perecer. Y, por las expresiones de los demás, parece que ninguno quiere vivir con esa carga.
Su conversación es interrumpida por los titanes a los que transformó Zeke, quienes han comenzado a atacar a los soldados de Eldia. Deben ir a ayudarlos, pero antes tienen decidir qué hacer con Falco. Tras regresar de su primera transformación, Jean y Connie se llevan al niño, quien permanece inconsciente. Jean propone la idea de que Pixis sea el que herede al Titán Mandíbula, pero Connie se opone, pues considera que la que merece la salvación es su madre.
La madre de Connie, así como toda la aldea de Ragako, donde vivían, fueron transformados en titanes por Zeke y fueron los que atacaron a Connie, Sasha, Ymir, Historia y compañía en la torre Utgard durante la segunda temporada. Desde entonces, la madre de Connie se encuentra titanizada, incapaz de moverse debido a su cuerpo poco desarrollado. En este caso, es fácil ponerse en la piel del chico y entender su rabia y determinación de traer a su madre de vuelta. Como espectadores, emocionalmente estamos con él, pero, siguiendo la línea de pensamiento de Armin, la mejor opción es ser racionales. El rubio cree que lo ideal es evitar un mayor conflicto con Marley ahora que todos los ojos del mundo están puestos sobre ellos por el Retumbar.
Esto nos lleva hasta Reiner y Gabi. Reiner, herido tanto física como mentalmente, acepta la derrota frente a Eren y se rinde, dispuesto a dejar que las hordas de titanes que van a asolar el mundo y asesinar a su familia cumplan con su cometido. En cambio, Gabi no está de acuerdo con su primo porque siente que luchar es lo correcto y porque tiene a alguien a quien ahora desea proteger y recuperar: Falco.
Gabi deja a Reiner descansando en una casa mientras ella decide ir a buscar a Falco. Durante esa búsqueda, Gabi salva a Kaya de ser devorada por el titán de Nile Dok, estableciéndose un bonito paralelismo con la escena de la segunda temporada en la que Sasha le salvó la vida a Kaya.
Posteriormente, cuando ellas, la familia Braus y Niccolo son escoltados por dos soldados de Paradis hasta llevarlos a un lugar seguro de titanes, se produce una conversación entre las dos niñas, y en la que también interviene Niccolo, que me parece la mejor parte del episodio. Kaya le pregunta a Gabi por qué la salvó, especialmente cuando ella intentó matarla para vengarse por Sasha. Durante su diálogo, las dos se llaman a sí mismas demonios por los actos malvados que han cometido. En sus mentes, se han convertido en lo que el mundo exterior siempre dijo que eran los eldianos: seres malvados sin derecho a existir.
Es entonces cuando Niccolo interviene. Éste les dice que hay un demonio dentro de todos, lo que cobra especialmente significado si tenemos en cuenta que Niccolo no tiene ni una sola gota de sangre eldiana en sus venas. Niccolo afirma que él también es un demonio por haber hecho cosas malas. Lamentablemente, todos en algún momento han cometido actos de los que no estamos orgullosos, pero en el mundo en el que viven es inevitable.
Todo esto encaja muy bien con los temas grises que plantea la historia de Hajime Isayama desde el principio. De niños, Reiner, Bertholdt y Annie destruyeron los muros, matando a miles de personas porque creían que eso haría felices a sus padres. De joven, Grisha utilizó a su hijo como herramienta porque creía que eso traería la salvación a su pueblo. Durante generaciones, la familia Reiss sacrificó a sus hijos hasta convertirlos en titanes porque creían en la voluntad del rey. Y porque cree que protege a sus preciados seres queridos de un destino cruel, Eren ha decidido ahora cometer un genocidio masivo. ¿Son estas personas demonios? Eso es algo muy discutible. Pero lo que no es discutible es que Niccolo tiene razón: ninguno de ellos tiene las manos limpias de sangre.
Gabi se pregunta entonces qué es lo que pueden hacer y la solución es simple: nadie es completamente bueno ni completamente malvado. Todos somos capaces de hacer tanto un gran mal como un gran bien. Por citar al señor Braus, el padre de Sasha, durante la primera parte de la temporada, lo que hay que hacer es salir del oscuro y diminuto bosque de nuestros propios prejuicios e intentar abrazar esa dualidad.
Mientras tanto, Jean, Mikasa y Armin entran acción para ayudar al resto de reclutas atrapados en el cuartel general, a pesar de que Connie ha conseguido llevarse a Falco en un descuido. Asediados por los titanes que ha transformado Zeke, ninguno tiene el valor suficiente como para defenderse. No como Shadis, quien, a pesar de haber recibido una paliza por parte de esos mismos jóvenes, no está dispuesto a dejarlos morir.
Honestamente, creo que hacía tiempo que necesitábamos un episodio como éste, en el que tanto personajes principales y secundarios, aunque sea por poco tiempo, también tengan su momento de gloria. Hacía años que el Cuerpo de Exploración no luchaba contra los titanes de esta manera, y podemos apreciar lo mucho que ha crecido el escuadrón de Levi desde entonces. Liderados por un Jean estelar, todos logran acabar rápidamente con los titanes sin raciocinio rápidamente.
Sin embargo, la escena podría haber quedado mucho mejor si no hubiese sido por la pésima elección del tema que la acompaña. «Barricades» es una de las canciones más populares de Ataque a los titanes, pero no proporciona el tono que la situación requiere. La canción es enérgica y la letra está llena de esperanza. Se desaprovechan las implicaciones emocionales que la muerte de sus compañeros y de alguien tan importante para ellos como Pixis tienen en los personajes. Resulta ridículo tener que escuchar los animados coros de la canción mientras Armin y compañía asesinan a sus compañeros titanizados.
Una vez han acabado con todos los titanes, Mikasa y Armin se reúnen con el señor Braus, quien les lleva hasta Gabi. Ésta les pide que le devuelvan a Falco, pues ya se han perdido demasiadas cosas en esa lucha, entre ellas, la armadura del titán de Reiner. Este último punto despierta el interés de Armin. Si Eren afirmó en su discurso que acabaría con todo el endurecimiento, eso solo puede significar una cosa: el cristal que protegía a Annie se ha roto también, igual que las murallas.
Han pasado muchos años para el espectador, pero Annie por fin está de vuelta. Su regreso puede suponer muchas cosas en la historia, pero seguro que a muchos les asaltarán las siguientes preguntas: ¿Cuál será su papel en el final de la historia? ¿Será neutral, amiga o enemiga? Habrá que seguir enganchado a los Domingos Titánicos para descubrirlo.
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