A diferencia de la semana pasada, Selecta Visión ha sido puntual a la cita y ya está disponible el noveno episodio de Ataque a los titanes en versión original con subtítulos en español a través de su página web. En el episodio anterior despedíamos a uno de los personajes más queridos por los fans. Pasado el mal trago, esta nueva entrega presenta un episodio repleto de información que asimilar.
En esta ocasión, MAPPA adapta el capítulo 106 del manga al completo y algunas escenas del 107, cambiando el orden de ciertos flashbacks. Una decisión que no cuestiono, pero que personalmente me ha confundido en algunas ocasiones. Supongo que es cuestión de adaptarse al nuevo estilo de dirección, muy diferente al anterior. Por este motivo, en Ramen para Dos os vamos a desglosar en esta review todas las claves para que no perdáis detalle. Pero os recordamos que las siguientes líneas contendrán spoilers de la trama del episodio.
Muchos se habrán estado preguntando qué ocurrió durante los últimos años en Paradis y cómo nuestros protagonistas consiguieron aliados, así como llevar a cabo el plan de Zeke en Liberio. Y en este episodio obtenemos las respuestas a través de Armin, quien cuenta a Annie, aún en el cristal, qué les ha sucedido durante estos tres últimos años.
Haciendo uso del poder de Armin y Eren, Paradis pudo tomar como rehenes a los distintos barcos que llegaron a orilla de las isla. En uno de esos primeros buques iba Yelena, la soldado seguidora de Zeke que engañó a Pieck y a Galliard haciéndolos caer por una trampilla durante el festival, y Onyankopon, quien pilotaba el dirigible. Ambos se reúnen con Hange y Levi para explicarles cuál es la situación de Marley y por qué no han atacado todavía la isla. Yelena explica algo que ya sabíamos gracias a los dos primeros episodios de esta temporada: la pérdida del Titán Hembra y el Titán Colosal llevó a la Alianza de Oriente a declarar la guerra a Marley, por lo que los recursos estaban puestos en ganar esa lucha. Por otro lado, y por irónico que parezca, la enorme cantidad de titanes comunes que rodeaban los muros había terminado por convertirse también en un impedimento para llevar a cabo cualquier ataque que no fuera aéreo.
Lo curioso y divertido de estas escenas es ver a Hange y al resto tan emocionados por todo lo que desconocían del mundo exterior, ya sea la aviación o cosas más simples como la variedad de comida. En especial, me resulta adorable la pregunta de Sasha a Onyankopon sobre el color de su piel. Hay que tener en cuenta que la población de Paradis, a excepción de Mikasa que es mitad asiática, es toda de raza blanca, por lo que seguramente les resultará impactante ver a alguien con un color de piel diferente a lo que conocían.
Cuando Marley invadió sus países, Yelena, Onyankopon y otros muchos soldados fueron reclutados a la fuerza para su ejército y así fue como conocieron a Zeke, a quien Yelena considera no solo un salvador, sino una especie de dios. Si están en Paradis ahora y Yelena ha matado a sangre fría a su capitán es porque van en nombre del mayor de los Jaeger. Esto es muy interesante porque, si lo que dice Yelena es cierto, es posible que Zeke nunca haya sido leal a Marley, o en algún momento dejó de serlo por alguna razón que desconocemos, y que su objetivo siempre haya sido el renacimiento de Eldia. Pero, ¿puede Paradis confiar en él?
Esto es precisamente lo que se discute en una reunión que mantienen los altos mandos del ejército de Paradis y en la que está presente también la reina Historia. Aunque desconocemos las condiciones que Zeke ha puesto, en la información que Yelena ha transmitido a Hange éste asegura tener un plan secreto para acabar con el problema de los eldianos. Para ello es fundamental utilizar al Titán Fundador junto con una persona de sangre real. En este momento, Eren recuerda un acontecimiento crucial en la historia: cuando su puño entró en contacto con el titán de Dina Fritz (primera esposa de su padre y madre de Zeke) y ordenó al resto de los titanes que lo devoraran. Hasta entonces, Eren había guardado el secreto, pues comprendió que podía activar la Coordenada solo con tocar a alguien de sangre real. Eso significaba que habría que involucrar a Historia y decidió guardar silencio para proteger a su amiga. Al ser Eren actualmente el poseedor del Titán Fundador y no ser de sangre real, se rompe en este caso el pacto de paz que hizo el Rey Fritz. De esta manera, Eren explica que la única esperanza que les queda es activar el denominado «Retumbar», es decir, despertar a los titanes colosales dormidos dentro de las murallas para que arrasen el mundo.
Posteriormente, tenemos una escena de Eren, Mikasa y Armin practicando tiro y en la que se aprecia la diferente mentalidad de ambos chicos. Armin se ha enamorado de la idea de la diplomacia, de hacer amistad con los soldados extranjeros, de dejar de lado los viejos prejuicios y de empezar a confiar en los demás. Armin descubre que en el mundo existe una amplia variedad de personas. Comen alimentos diferentes, pero comparten el amor por la cocina, tal y como vemos con Sasha y el cocinero marleyano Niccolo; construyen máquinas fascinantes, como trenes, pero disfrutan también con la idea de la ciencia y la ingeniería. Esa variedad hace las cosas más interesantes y eso es precisamente la libertad. La libertad de descubrir cosas nuevas de otros que no son exactamente como tú y ampliar tu mundo sin cesar. Y Armin se resiste a destruir esa libertad. Armin mira a los soldados extranjeros y ve a gente como Niccolo, que está dispuesta a dar una oportunidad a los eldianos. Por eso, confía en que debe haber una manera para hacer que el resto del mundo también los acepte en lugar de temerlos. Y cree que solo necesitan tiempo para intentar que lo entiendan.
Mientras Armin y Mikasa se dejan llevar por la diversión del proyecto de construcción de un puerto o aprender cosas nuevas de otras personas, Eren mira a los soldados extranjeros y solo ve a los que todavía los miran con odio. Eren insiste en que el resto del mundo los ve como monstruos y que si no actúan y demuestran su poder, serán aplastados. No hay tiempo para la diplomacia. La única manera de obtener la libertad es luchando y, si no luchas, no puedes ganar y, por lo tanto, alguien te robará la libertad. Para Eren, la libertad solo se obtiene triunfando. Por eso, él seguirá adelante lo quieran o no sus compañeros y sin importar cuánta gente se interponga en su camino. Él seguirá avanzando. Al fin y al cabo, ese es el objetivo de aquellos que heredan el poder del Titán de Ataque.
La transición de Eren disparando y el impacto de bala en el cuerpo de Sasha, como si fuera él quien hubiera apretado el gatillo en realidad ha sido adaptado de forma sublime por MAPPA. Normalmente, esta clase de simbolismo y transiciones son más fáciles de ver en un manga que en una animación, pero el estudio se las ha arreglado para hacer que esta escena sea la más impactante del episodio. Su objetivo es trasladar la culpa de Gabi a Eren con respecto a la muerte de Sasha.
Esto nos lleva a Gabi y Falco, quienes se encuentran en prisión. Totalmente comprensible teniendo en cuenta que son dos niños entrenados para matar. Detenerlos es lo menos que podía hacer Paradis para evitar cualquier situación no deseada. Lo curioso de esta parte es que, mientras en el manga Gabi parece derrotada, en el anime se la muestra llena de ira y repitiendo una y otra vez el nombre de Eren Jaeger. Paradis tampoco parece fiarse de «los voluntarios», es decir, Yelena y compañía, a quienes detienen a pesar de haber colaborado en el plan de asalto a Liberio.
La intención de este episodio es presentar el conflicto de ideas que comienza a desarrollarse y lo hace a través de los ojos de Armin, quien parece haber llegado al punto de no estar seguro del camino que deben tomar. A pesar de abogar por una resolución pacífica del inminente conflicto, reconoce que en estos momentos solo les queda seguir luchando por su supervivencia. Aunque Eren, Mikasa y Armin parecen haber encontrado consuelo en cosas diferentes, su línea de pensamiento sigue siendo la misma. Los tres son infelices, pero deben arreglárselas con lo que tienen, con las opciones que se les dan. Y ahora mismo, no pueden permitirse perder. No es que hayan escogido el camino de la violencia; simplemente están escogiendo el camino en el que es menos probable que pierdan. Y por eso deben seguir luchando.
Lo interesante de este episodio es que demuestra que no hay ganadores en una guerra, solo víctimas. Armin tiene razón. Deberían haber hablado antes de declarar la guerra. Sin embargo, ya es tarde. ¿Quién habría sabido entonces cuál era la decisión correcta? Pero Eren también tiene razón. Han matado a cientos de personas, probablemente miles, pero también lo hizo su bando. Quizás Falco y Gabi son dos niños inocentes que no sabían nada de lo que les esperaba y a los que les robó una oportunidad de libertad. Pero Eren lo hizo a cambio de otorgársela su gente.
Ataque a los titanes resulta una historia fascinante porque no hay una respuesta correcta. Cada uno de nosotros, al igual que los personajes, podemos elegir un bando. Pero, sea cual sea el caso, ambos bandos están equivocados y a la vez tienen razón. Armin es ingenuo y Eren es pesimista, ambos lo saben. Los dos consideran seguramente que aquello en lo que creen está mal, pero aun así luchan. Porque ambos tienen valores y prioridades, y defender aquello por lo que creen es lo que significa en realidad la libertad.
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