Sinopsis
Nishi (Takeshi Kitano) es un violento e impredecible policía que abandona su carrera como agente de la ley después de que su compañero quede postrado en una silla de ruedas en un accidente. Acuciado por las deudas por culpa de la enfermedad terminal que sufre su mujer, se verá obligado a pedir un préstamo a la yakuza que antes combatía.
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Reseñas
“Una de las obras más personales de Takeshi Kitano”, esa quizás es la mejor frase para comenzar a escribir sobre Hana-Bi. Mediatres ha decidido traer ante nosotros una de las mejores películas del director en forma de remasterización en alta definición, cosa que sus seguidores están agradeciendo enormemente.
Dicho esto, comencemos a hablar de la obra en sí misma. No se podría empezar sin antes sentar la base de quién es el protagonista, Nishi, un duro policía interpretado por el propio Kitano. Pero, ¿es sencillamente un tío duro? La respuesta es no. Desde el principio nos lo muestran en comparación con su compañero y amigo del cuerpo de policía, el detective Horibe. Ambos son buenos policías, hombres que cumplen con su trabajo, pero Nishi cuenta con un punto extra de violencia, excesivo incluso para alguien duro.
Esto unido a la interpretación severa de Kitano nos dejará un personaje muy oscuro a veces. Así pues, la historia que se tratará a continuación, trágica y esperanzadora a partes iguales, se va desarrollando sobre alguien que no es ni de lejos una persona corriente. Esto producirá situaciones en las que, aún aflorando la desesperanza y las dificultades, como la enfermedad de su mujer, el personaje continuará adelante sin cambiar el gesto.
Sucesión de los acontecimientos fatales
Los desgraciados acontecimientos se sucederán uno detrás de otro, pero el protagonista no tendrá intención de detenerse en ningún momento, estallando si fuese necesario. Por ejemplo, durante una escena de tiroteo con un delincuente podemos observar, totalmente reflejado en su cara y antes de apretar el gatillo, el estallido de violencia al que se ha visto arrastrado por cumplir con su trabajo. Pero las consecuencias se le acabarán por echar encima una vez se encuentre en una posición de abandono, todas de golpe. Por un lado, la necesidad de dinero y por otro, la presión de la mafia para que pague sus deudas. Además, tomará la responsabilidad por un amigo en silla de ruedas a quien su familia ha abandonado, será otra preocupación más.
En esta situación desesperada es cuando se aprecia cómo Nishi, lejos de rendirse, tomará medidas que pueden parecer irracionales para una persona normal, pero por encima de eso responden exactamente al instinto que cualquiera sentiría en esas circunstancias. Con la diferencia de que Nishi no es una persona normal y si que llevará a cabo cualquier medida necesaria. Una lucha por su supervivencia y la de sus seres queridos, un desesperado intento de aferrarse a la felicidad.
Una flor que mantener con vida
A partir de este momento, Nishi buscará la forma de alejar la desgracia continuamente para poder disfrutar con su mujer todo el tiempo posible. Con la simbología constante de las flores, se narra lo que parece una huida, pero no es sino una búsqueda de todo lo bueno que aún está por marchitarse.
El amigo de Nishi dibujará flores que le ofrezcan esa alegría perdida, su mujer, su hijo, que le daban color a todo. Es distinto al protagonista, pues así como este intenta aferrarse a lo que le queda, el otro intentará crear de cero sus flores. Durante el viaje de Nishi con su esposa aparecerán más complicaciones, los imprevistos de la vida. No obstante, será un proceso de disfrutar al máximo el tiempo que resta, de forma pausada y mientras recorren diversos lugares con la música de Joe Hisaishi siempre de fondo.
Olvidando cada vez más las preocupaciones, disfrutan del momento y se refleja en una actitud cada vez más cercana entre ellos. Lo que al principio era una esposa sin alegría por vivir y un Nishi impotente que solo podía ganar dinero, se recuperan las muestras de cariño y la unión en pos de su felicidad juntos. Es importante que esta etapa se desarrolla en un mundo que no ha cambiado, los problemas siguen ahí (aunque Nishi se vaya deshaciendo de ellos), todo avanza al mismo ritmo de siempre, pero sin pausa. Largos y hermosos planos de realidad que nos muestran el tranquilo avance del tiempo y nos anuncian el fin próximo.
La luz de los fuegos artificiales se desvanece
“No sirve de nada regar una flor marchita”. Este mensaje llega de forma que puede resultar hasta cómica, se lo dice un triste hombrecillo a la mujer de Nishi, mientras ella rellena el bote de agua para sus flores. El siempre meditativo ex-policía estallará en cólera cada vez que alguien ponga en peligro o duda la belleza de sus flores.
El destino al que la historia les encamina será o no será el mayor de sus anhelos, un viaje que no parece que busque más fin que el nunca acabar, manteniéndose en marcha con las fuerzas que les queden. La pareja principal llevará encima el peso de esos anhelos, mientras poco a poco lamentan, aceptan y viven contemplando la belleza de lo que se mantiene radiante, fuera y dentro de ellos.
Unas ediciones de lujo
Mediatres Estudio ha recuperado este clásico de Takeshi Kitano en dos ediciones espectaculares y no es para menos. Hana Bi fue la ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia de 1997 y supuso un antes y un después en la filmografía del célebre director japonés, ya que fue la primera vez que conseguía el reconocimiento unánime de la crítica y el máximo galardón en uno de los grandes festivales europeos.
Estas ediciones vienen decoradas en un color rojo característico que además comparten con el libreto exclusivo que las acompaña. La edición DVD incluye los audios castellano 5.1 y japonés 5.1. Ganando en calidad, la edición Bluray incorpora castellano 5.1 DTS HD y japonés DTS HD. Pero además, esta última viene presentada en una elegante funda O-card e incluye a mayores un making of (VOSE) de 15 minutos de duración en formato SD 4:3. Se trata de una edición preciosa y muy completa, habiendo sido utilizada para llevar a cabo esta reseña.
Conclusión
Es una gran remasterización de una gran película que te ofrece el tiempo y la calma necesaria para llegar hasta su mensaje. Es una película que transmite, que es fuerte cuando tiene que serlo y sosegada cuando debe. Con una calidad de vídeo y audio sensacional, la cinta de 103 minutos de duración transcurren con la calma de este tipo de cine y la banda sonora creada por Joe Hisaishi, que son palabras mayores. El desarrollo de los acontecimientos da lugar a que afloren sentimientos cotidianos pero también poco habituales, no te pone en el lugar de los protagonistas pero sí te abre a hacer comparaciones.
Una mención final a añadir sería para los dibujos del detective Horibe. Aparecen durante toda la película y su autor original es Takeshi Kitano, que los realizó exclusivamente para usarlos aquí. No son grandes obras de arte, pero encajan a la perfección.
Lo mejor:
- Kitano en un papel muy personal.
- El desarrollo con sus pausas es perfecto.
- La banda sonora.
Lo peor:
- Quien no esté acostumbrado al tipo de ritmo puede no gustarle.
- La crueldad de ciertos momentos puede no gustar tampoco.
NOTA: Si hay algún dato erróneo, desactualizado o incompleto puedes dejarnos un mensaje en los comentarios para que podamos corregirlo. Gracias.
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