Actualmente, vivimos en un mundo globalizado. Así que desde hace bastantes años las redes sociales viralizan las noticias en cuestión de minutos y a nivel mundial. Hace poco se han cerrado varias webs que ofrecían gratuitamente contenido de anime y las redes sociales han ‘ardido’. Es algo que suele repetirse de vez en cuando, pero esta vez, ha cambiado la dirección de las quejas al osado cierre. La ira y quejas se han enfocado en la plataforma Crunchyroll, una web de streaming de anime muy conocida a nivel internacional.
Según los aficionados a estas webs, Toei Animation habría denunciado a Anime Móvil, página web que subió la película de Dragon Ball Super: Broly a las pocas horas del estreno, tanto en japonés como en español latino. Y Crunchyroll habría hecho lo mismo con AnimeYT, debido a que ofrecían sus series licenciadas como contenido propio. Destacar que AnimeYT recibía donaciones para mantener «gratuito» el sitio, si con el tráfico y publicidad que genera, no tuviera suficiente para conseguirlo.
Sin duda estamos ante el eterno debate sobre la piratería, con ambas posiciones totalmente enfrentadas. Por un lado, están los que defienden esta práctica y, por otro lado, los que consideran que estas páginas provocan la muerte de la ‘industria’ del anime. Entre ambas posiciones hay una amalgama de grises. No todo es blanco o negro y el posicionarse claramente en una posición, provoca enfrentamientos airados, llegando casi hasta el terreno personal. Todavía recuerdo y quedará constancia de mis ‘discusiones’ más o menos acaloradas a través del Ask y de Twitter sobre el tema, seguramente defendiendo la opción legal o haciendo entender la situación.
Quizás remontarme hasta antes de la era internet no sea la mejor manera de comenzar el enfoque de este artículo de opinión. Precisamente desde que el acceso a internet comenzó a generalizarse, también lo hicieron este tipo de webs. Así que correremos un tupido velo y dejaremos el todo esto antes era campo para otra ocasión en que podamos hacer arqueología del pirateo antes de internet.
Eso sí, dejemos claro de antemanobrazo, que el anime siempre ha sido un lujo, no apto para todos los bolsillos y siempre se han hecho trampas para poder acceder a los contenidos de manera más o menos gratuita. Quizás uno de los problemas es precisamente ese ‘todo gratuito’. No podemos negar la retroalimentación que puede provocar que una serie o película lleguen subtituladas y podamos disfrutar de ellas. Seguramente de otra manera no podríamos hacerlo. La producción de Japón es tan amplia y casi inabarcable que no podemos pretender que todo se licencie y, por tanto, tengamos acceso de manera legal y gratuita.
Hasta aquí bien, pero cuando el consumidor tiene a un golpe de click toda esa producción, sin ningún tipo de filtro o control, la industria tiene un problema. Si bien es verdad, se ha creado un derecho adquirido, aunque no sea legal, y también se ha generado una necesidad. Si yo tuviera 15 o 20 años, y desde que consumo anime, todo es gratuito. Si lo hubiera visto sin pagar un euro por ello, puedo creer que esto es lo normal, que debe de ser así y debería seguirlo siendo. Así que la retroalimentación comienza a no ser de doble sentido y, además, se convierte en un arma de doble filo. El que tiene que perder es el creador del contenido y el consumidor, que seguramente sin enterarse de las consecuencias, sigue con su vida.
Hace muchos años los fansubs nacían con un interés altruista de divulgar una serie, les encantaba y querían (eso pensaba yo) que se diera a conocer y llegase doblada a televisión (sí, antes se emitía anime en la televisión) y en formato doméstico (DVD,BD,…). Estos semi-profesionales por amor al arte, cuando esa serie se licenciaba, dejaban de ‘divulgar’ la serie, estuviera a medias o completada. Pero este gesto altruista ha cambiado, las webs ofrecen todo lo que caiga en sus manos, esté licenciado o no en sus países. Además de coger el propio producto de webs legales y ponerlo en sus servidores, para que sus ‘clientes’ sigan visitando su web y puedan acceder sin muchos problemas a todo el contenido que quieran. De esta manera, pretenden tener un beneficio económico ¿o no?
Hace pocos años, comenzaron a aparecer webs de pago, que de manera legal ofrecen el mismo producto que otros ofrecen ‘gratis’. ¿Estamos locos o qué?, debieron pensar algunos. En ese momento se escuchan que las distribuidoras de anime se tenían que adaptar a otro nuevo paradigma, no podían permanecer ancladas en el pasado, se tenían que reinventar. El cliente es de consumo inmediato y no puede esperar horas, días o meses, en tener acceso a algo que ya está disponible en la red y de manera gratuita.
Creo que en estos años, la industria se ha ido reinventando y actualmente tenemos a Selecta Visión que realiza pases legales en su web con subtítulos en castellano a pocas horas del estreno en Japón, los famosos simulcast. Si echamos la vista atrás, justo en 2010 esto era bastante impensable y carecía de toda lógica. En la actualidad es una realidad y esto ha supuesto un cambio en la concepción del negocio de las distribuidoras en formato físico, renovarse o morir.
Plataformas como Crunchyroll ofrecen también sus licencias en tiempos récords, pero parece ser que para muchos consumidores, no es suficiente y siguen pidiendo, exigiendo la misma capacidad que esas webs sin ánimo de lucro. Estas webs que lo ofrecen gratis y si ganan algo es para pagar los servidores que alojan las series, vamos que lo pagado por lo servido. El quid de la cuestión no es sólo si estas webs ganan más o menos dinero, que también, pero el hecho es que el dinero no llega a las personas adecuadas. En cierta manera todas las partes involucradas, deberían de tener la posibilidad de recuperar lo invertido. Y que los creadores, pudieran obtener ganancias que les permita seguir creando.
Consumir anime ‘pirata’ (incluyamos también el manga digital) no está bien (no voy a decir que esté mal y que se tenga que erradicar todo el anime), aunque no es ningún delito su consumo. Otro tema es la distribución de anime, es decir obtener beneficio económico, sin pagar derechos a los autores. Como consumidor, debemos de estar bien informados al respecto de lo que puede suponer esta manera de proceder. De esta manera, en la medida de lo posible de cada uno, podremos contribuir a nuestra afición. Resulta paradójico que una serie que se pueda ver de manera gratuita y legal en la web de Selecta Visión o Crunchyroll, pueda tener más visionados en este tipo de webs.
Podemos debatir muchos aspectos, pero creo que deberíamos de llegar a un buen entendimiento. Puedo entender a gente que está estudiando o que aún trabajando, su capacidad económica es bastante limitada para ‘lujos’. Pero podréis estar de acuerdo conmigo que si trabajamos es para ganar dinero y que no todo vale, aprovechándonos del trabajo de los demás.
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS