Análisis Videojuegos

The Legend of Heroes: Trails into Reverie

10/11/2023

The Legend of Heroes es uno de los nombres más destacados del JRPG en el mundo de los videojuegos. Aunque surgió originalmente como Dragon Slayer en 1989, no fue hasta la década de 2010 en adelante cuando el mundo lo redescubrió. Esto se debió en gran medida a una de sus subsagas más reconocidas, Trails, y a la extensa serie que lo cambiaría todo, Trails of Cold Steel. Una compleja trama que, por primera vez, entrelaza sus caminos con otro de los nombres destacados del universo creado por Nihon Falcom.

The Legend of Heroes: Trails into Reverie hizo su debut en Japón en 2020, pero no fue hasta el pasado 7 de julio, de la mano de NIS America, cuando llegó finalmente a Europa. La versión en inglés está disponible para PlayStation 5 y 4, Nintendo Switch y PC, marcando así la culminación de los arcos de Crossbell y Erebonia para los usuarios de Europa y Estados Unidos. Una historia que hemos podido seguir de cerca gracias a los lanzamientos de Trails from Zero y Trails into Azure en el último año y medio, finalmente se despliega ante nosotros. En Ramen Para Dos hemos tenido la oportunidad de sumergirnos nuevamente en este denso universo y estamos listos para descubrir qué aconteció después de las últimas peripecias de Lloyd, KeA y compañía.

Argumento

Al combinar los extensos arcos de Crossbell y Erebonia, situar el inicio concreto de la historia puede resultar complicado para alguien que se haya perdido alguna de las sagas. Cronológicamente, el final de Trails of Azure lleva directamente a Trails of Cold Steel II, mientras que Trails into Reverie arranca cinco meses después de concluir la cuarta entrega. La historia comienza con el regreso triunfal de Lloyd y la Sección de Apoyo Especial, quienes logran liberar Crossbell antes de que un antiguo enemigo destruya sus esfuerzos obligándolos a empezar de nuevo, esta vez enfrentándose a su mayor amenaza. A partir de ahí, sus destinos se cruzarán con los de Rean Schwarzer, una figura fundamental para salvar todo lo que aman y desean proteger; y los del misterioso C, un personaje enmascarado que juega un papel vital en el campo de batalla.

La madre de todas las conclusiones

Una vez más nos sumergimos en un argumento similar a una telaraña, lleno de personajes complejos, dos países extensos con mucho desarrollo y una multitud de ramificaciones y consecuencias. La temática política y bélica sigue siendo el hilo conductor, esta vez uniendo de forma definitiva y conclusiva a todos los grandes titanes. La secuencia inicial de Lloyd y la SSS liberando por fin su tierra después de tantos contratiempos en los dos primeros juegos, es una de las más satisfactorias de la franquicia. Lamentablemente, es un momento breve antes de que la situación se vuelva a complicar.

En esta ocasión vivimos hasta tres historias simultáneas que acabarán entrelazándose de formas que, al principio, resultan difíciles de comprender. Como siempre, la trama principal se ve complementada por múltiples historias secundarias que añaden más complejidad al juego. Esta vez la “salsa” puede extenderse hasta las 115 horas para completar el 100%.

Cuantos más, mejor

La historia es igual de extensa que el listado de personajes, que nuevamente se incluye en el menú como lectura previa junto a Three & Nine (fragmentos de novela coleccionables de Cold Steel IV), y los resúmenes de seis juegos completos: toda la saga de Cold Steel, Zero y Azure. Este recurso se convierte en una gran ayuda para entender quién es quién y por qué hacen lo que hacen. Dependiendo de la saga principal de cada jugador, los regresos supondrán más de una alegría y animarán a avanzar con la trama.

En ambos lados del espectro se observan evoluciones con respecto a sus títulos anteriores: personajes más maduros, más experimentados, más capaces de entender a sus compañeros y de comprender la situación en la que se encuentran. Además, nos encontramos con el equipo del hombre misterioso, con la calma de Swin y el toque psicótico de Nadia y sus peluches explosivos. Al ser esta la conclusión de dos grandes arcos, el elenco alcanza su máxima expresión de complejidad, lo que sin duda adereza a la perfección el gran laberinto del argumento.

En el apartado más técnico, volvemos a hallar un JRPG de la vieja escuela donde regresan las mecánicas que los jugadores ya pudieron experimentar en Trails to Azure y otros títulos de la extensa saga. Todavía es posible aturdir a un monstruo en el overworld o mazmorra para tomar ventaja, los Arts&Crafts y los Cuarzos siguen jugando un papel fundamental en las batallas y las combinaciones de tipos y equipo siguen siendo esenciales para alzarse con la victoria.

En este caso, las batallas pueden resultar más lentas y tediosas que en títulos anteriores si no se alcanza el nivel adecuado. Las distintas dificultades se encargan de volver más sencilla o absurdamente complicada la experiencia. Por lo demás, se mantiene el sistema de exploración y hallazgo de objetos, esta vez en mundos más bastos.

A todo color y cuerpo

Posiblemente la mayor novedad de este título sea el apartado gráfico. Aunque los fans de Cold Steel en PlayStation ya estén acostumbrados, es la primera vez que los personajes de Crossbell se pueden ver por el mundo en modelos completos, sin necesidad de chibis u otros experimentos. Los mapas y zonas están completamente desarrollados, mostrando grandes espacios en su escala real, al igual que los modelos estilo anime típicos de esta franquicia. Pasar de un monigote a una adolescente real en personajes como KeA resulta sorpresivo, además de que otros como Lloyd ganan enteros con este cambio.

Como en los juegos anteriores, la banda sonora vuelve a estar a la altura. Las composiciones te sumergen aún más en los momentos límite, ya sean las invasiones o las batallas. Incluso los momentos de distensión y exploraciones por el amplio mundo cuentan con su característica pieza. De nuevo, el único inconveniente puede encontrarse en las secciones de diálogo, donde la pista pulsa por sí sola el botón de rebobinado varias veces. Más allá de este inconveniente, el sonido vuelve a ser una de las armas esenciales de la batalla.

Por desgracia, dependiendo de la versión, es posible que la experiencia no sea completa. La versión que hemos probado, la de Nintendo Switch, no presentaba problemas de calidad visual pero sí de tiempos de carga. Tan solo la introducción se puede alargar más de 15 minutos, con largos ratos de espera solamente entre segmento y segmento de vídeo. Es posiblemente uno de los comienzos más tediosos de un videojuego para la portátil, un problema que no se detecta en absoluto en las demás versiones disponibles del videojuego.

La desarrolladora

Una vez más nos encontramos con Nihon Falcom, la madre de todos los RPG japoneses. A esta veterana empresa se le atribuye el mérito de popularizar los ordenadores personales en Japón, además de crear el pionero de los JRPG, Panorama Toh, en 1983. Seis años después llegaría Dragon Slayer, el punto de partida de la franquicia The Legend of Heroes. A pesar de concluir dos de sus mayores arcos con este título, la subserie Trails celebrará su 20 aniversario en 2024 con el debut occidental de su nueva era: Trails Through Daybreak. En Japón ya existen dos entregas de esta nueva aventura, cuya primera parte llegará a Europa a mediados del año que viene.

the legend of heroes: trails into reverie

El cuento de nunca acabar

De nuevo hallamos tras nuestras pantallas un proyectil sin detonar, al igual que con Trails into Azure. Una aventura compleja y llena de personajes carismáticos a los que deseas ver triunfar, pero que requiere una cantidad de tiempo ingente para llegar a ese objetivo. Trails into Reverie toma esa premisa y la eleva a una potencia infinita, ampliando todo su universo con el cruce de sus dos arcos más populares. A pesar del tedio que pueda generar, se aprecia el cariño puesto en todos los aspectos, dando vida a personajes nuevos y brindando una espectacular conclusión a aquellos que, durante años, han llevado la bandera de la franquicia.

En conclusión, The Legend of Heroes: Trails into Reverie es un monumental homenaje al mundo del JRPG y un cierre magistral a los arcos de Crossbell y Erebonia. Además de presentar a nuevos personajes que desempeñarán papeles destacados en el futuro (Nadia y Swin volverán a aparecer en Trails into Daybreak II), da una merecida conclusión al grupo de personajes que les ha acompañado durante una larga temporada. Lo hace a lo grande, con un aspecto de cuerpo entero en sus protagonistas y mundos enteros para que los jugadores se sumerjan por completo. La música acompaña los momentos decisivos y el sistema de combate está en su apogeo, preparado para que los jugadores desenreden de una vez las tensiones políticas y bélicas de este mundo tan profundamente desarrollado. Una despedida por todo lo alto.

Lo mejor:

El aspecto de los personajes, por fin de cuerpo entero.
La información previa incluida en el menú, para no perderse entre la complejidad.
La banda sonora, el toque perfecto para completar el escenario de peleas, exploraciones y diálogos.

Lo peor:

El rendimiento en Nintendo Switch, con tiempos de carga eternos incluso entre secuencias de vídeo.
La lentitud y complejidad que pueden tomar algunas peleas si no se tiene el nivel adecuado.
Las largas secuencias de diálogo y exploración, que obligan a repetir más de una vez las pistas sonoras.