Encontrar un videojuego cuyo público objetivo sean niños puede suponer una tarea rematadamente compleja. Especialmente cuando descubrimos que la mayoría de las ofertas proceden de franquicias cuya finalidad es principalmente pedagógica en lugar de recreativa. Así, y perpetuando estas dinámicas en el videojuego, encontramos un catálogo de propuestas que directamente no confían en las habilidades cognitivas de los menores.
Afortunadamente, The Cruel King and the Great Hero logra sobresalir entre el inmenso mar de producciones vacuas. No es casualidad que su edición coleccionista venga acompañada de un cuento, puesto que el título asimila este formato. Estamos ante la traducción al videojuego de una tierna y conmovedora fábula destinada a los más pequeños.
Dragones, mazmorras y espadas de madera
Tras la pérdida de sus padres, la pequeña Yuu es adoptada por un dragón que reina sobre la Aldea de los Monstruos. La criatura, compadecida ante la inocencia de la niña, decide convertirse en su figura paterna. Así, el dragón buscará protegerla de todo mal mientras vela por sus dominios desde el interior de su caverna.
Sin embargo, Yuu ha heredado el espíritu heroico y aventurero de su padre. Cada noche, siempre espera expectante escuchar alguna de sus gestas. Esto se repite día tras día, pero no supone ningún problema para el dragón ya que, gracias a su inabarcable memoria (junto a un poquito de originalidad), siempre encuentra una nueva historia que contar.
Pasan las estaciones y el carismático dúo fragua una enternecedora relación paternofilial. Finalmente, llega el día: Yuu quiere salir a explorar el mundo para buscar aliados y combatir el mal. El dragón hace llamar a su mejor herrero y le encarga la tarea de forjar el arma que protegerá a la niña. Los esfuerzos del maestro logran crear la mejor espada de madera del reino. Tras un poco de entrenamiento y aprender a cómo usar la magia de fuego (en realidad las llamaradas proceden de cierto dragón muy preocupado oculto en la espesura del bosque), Yuu está lista para emprender su viaje.
Este tono infantil e inocente se extiende durante toda la estructura del título. The Cruel King and the Great Hero busca ser, ante todo, un oasis de sencillez y dulzura. Un alto en el camino donde disfrutar de una trama que simplemente busca ser conmovedora y familiar. Esta filosofía impregna toda la experiencia. Por poner un ejemplo relacionado con su componente narrativo, las misiones secundarias nos ofrecen subtramas en las que asistiremos a algún carismático miembro de la aldea mientras aprendemos alguna moraleja o les ayudamos a ser felices.
Todo lo envuelve una magnética aura de cuento. Desde la voz de la narradora, que cuenta con gran entusiasmo las peripecias de la pequeña, hasta los colores cálidos que logran recrear una atmósfera fantástica y onírica. Así, sus componentes convergen para alcanzar una deliciosa sublimidad diegética.
Las criaturas del bosque despiertan
Como base jugable, encontramos una estructura binarizada basada en la exploración y los combates por turnos. Dado que durante nuestra partida vamos a enfrentarnos a hordas de enemigos, deberíamos empezar por el segundo punto. Recordemos que estamos ante un videojuego destinado para niños, así que no hallaremos una dificultad excesiva.
Los encuentros más desafiantes requieren una serie de gestiones sencillas donde será suficiente con saber cuándo es necesario atacar y cuándo es mejor protegerse o usar una poción curativa. No tardaremos en manejar ataques especiales que requieren de turnos para ejecutarse, así que el jugador hará bien en saber cuál es el momento adecuado para efectuarlos.
La personalización tampoco se enmaraña con configuraciones y fluctuaciones numéricas. Esto se debe a unas opciones de equipamiento limitadas que siempre dejan relucir qué opción es la más apropiada. La interfaz es limpia y nunca satura con objetivos y demás componentes. De nuevo, todo para garantizar una jugabilidad accesible y esencial.
Ahora bien, el aura clásica que trata de buscar el título permea a todos los niveles. Los combates por turnos, aunque notablemente planteados, pecan de una recurrencia excesiva. Dada la aparición aleatoria de los enemigos, y la extensión de las mazmorras, no tardaremos en descubrir que el grueso de la experiencia consiste en una rutinaria sucesión de estrategias elementales. Por otro lado, el ritmo pausado de los combates, acompañado por una tonadilla que acabará por resultarnos agotadora, desemboca en una correría tediosa y desaprovechada. Por si fuera poco, el bestiario acaba antojándose sobrio dada la repetición de diseños y dinámicas de ataque.
Volviendo al inicio de este apartado, sería necesario analizar la otra muesca del revólver: la exploración. Los escenarios, aunque preciosistas y despampanantes, tienden a exhibir una naturaleza estática, desembocando en escenarios que lucen como si fueran atrezo. Además, las opciones de interacción con el entorno son mínimas, reduciendo la jugabilidad a un avance horizontal sin mucho seso. Aún queda tela por cortar, el mapeado tiende a bifurcarse constantemente y, dada la semejanza constante del entorno, no hay rasgos que identifiquen las secciones de las mazmorras. Imposible de olvidar las escasas posibilidades de viaje rápido y el abuso del backtracking (impuesto por las misiones secundarias y la narrativa). De hecho, aunque la duración sea corta para los estándares de un JRPG, orbitando las 10 horas, llega a hacerse pesado. En resumen, y salvando las distancias, estamos ante una experiencia dungeon crawl que imita fórmulas planteadas hace décadas.
Teniendo esto en consideración, emerge una nueva disonancia. Por lo general, los dungeon crawl no ofrecían historias especialmente cuidadas. La trama no era sino una excusa para obtener botín, perderse entre los vericuetos de ruinas milenarias y la caza indiscriminada de criaturas. En pocas palabras, el contexto palidecía ante una lógica de acumulación y constante desarrollo de atributos. Si aplicas este desarrollo a una producción que busca contar un relato, la mezcla no es homogénea y saltan las costuras. Así llegamos a la última pata que se tambalea: el ritmo. Debido a las decisiones de diseño, la narrativa termina diluyéndose entre los constantes combates y la investigación de los escenarios.
Un aspecto que sí ha recibido especial mimo son sus misiones secundarias. Bautizadas como Actos de bondad, nos brindarán un par de horas de entretenimiento extra. Aunque sus resoluciones sean simples y anticuadas, se sostienen sobre narrativas divertidas e interesantes. Una serie de historietas que, aunque sencillas durante los primeros estadios, albergan significantes mensajes y valores.
El sendero de hojas de acuarela
The Cruel King and the Great Hero entra por los ojos. Sayaka Oda rescata los cánones estilísticos de sus trabajos anteriores, The Liar Princess and the Blind Prince y A Rose in the Twilight, ofreciendo una obra en dos dimensiones donde cada componente ha sido cuidadosamente dibujado a mano. El resultado consigue emular las ilustraciones de los libros infantiles, proveyendo un inventario de imágenes que preponderan por su trazo suave y curvo.
El diseño de personajes destaca sobre el resto de los apartados. A lo largo de la aventura, encontraremos propuestas variopintas que aprovechan las tonalidades de luz y color del título para recrear entidades de fábulas. Al contrario que ocurre con los enemigos, cada aliado y habitante de la Aldea de los Monstruos supone un trabajo sobresaliente de ilustración y estructura.
En cuanto a su música, nos topamos con un álbum que concilia la exploración pausada por un mundo de ensueño y las batallas contra grupos de enemigos. Sin perder en ningún momento ese ápice de simpatía y jovialidad, las melodías logran cumplir con su rol.
Imposible olvidarse de la coprotagonista vocal de esta historia. La cantautora y compositora Akiko Shikata nos brinda su talento multidisciplinar. Ya sea mediante “Txilrcka”, la hermosa canción principal del título, o por medio de su interpretación como narradora. Además, su habilidad para interpretar a diferentes personajes modulando su voz es digna de elogio. Todo aderezado por el dulce tono de la artista, consiguiendo transmitir esa ansiada sensación que parece obsesionar a Nippon Ichi Software: que el jugador crea estar escuchando un cuento para irse a la cama.
Desafortunadamente, el título nos ha llegado con textos en inglés y voces en japonés. Aunque sea una práctica a la que NIS America nos tiene acostumbrados, irrita porque diverge con su filosofía accesible y amigable. En este punto, mi opinión está dividida. Por un lado, entiendo que rentabilizar una traducción no es tarea fácil. La propia compañía salió hace años a la palestra para defenderse de las acusaciones de los jugadores. Según declararon, tras una traducción, el título debe superar las 10.000 copias vendidas en el país al que ha sido destinada para amortizar la inversión (cabe mencionar que la traslación de un JRPG es un proceso extenso y caro). Y, honestamente, dudo mucho que The Cruel King and the Great Hero, con su tono independiente y distribución moderada, haya alcanzado esas cifras de ventas. Sin embargo, al otro lado de la balanza está la noble intención de acaparar el mayor número de usuarios posibles. Hito que logra gracias a sus mecánicas, pero que echa por tierra debido a la barrera del lenguaje. Habiendo expuesto esta dicotomía, que sea el propio consumidor el que elija de acuerdo con sus prioridades.
Una corona de ramas secas
The Cruel King and the Great Hero es un cuento sobre el significado de crecer y lo que implica ser un “héroe”, pero, por encima de todo, es una historia sobre los lazos que nos unen. Un mensaje vital que asfalta el camino hacia una moraleja donde el entendimiento mutuo prevalece sobre aquellos conflictos carentes de sentido. Todo revestido con una dulzura que conmueve como la risa de un niño agitando una espada de madera.
Bien es cierto que varios factores enturbian la experiencia, pero no por ello pienso menospreciar el intento. Aunque acabe a medio camino, este modesto JRPG abre la veda para el desarrollo de proyectos que los más pequeños puedan disfrutar. Un logro, o quizás un punto de referencia, que otras casas podrán seguir y llevar a mejor puerto. Nippon Ichi Software ha abarcado más de lo que realmente era capaz de lograr. Y es que el peso de la corona tiende a ser mayor de lo que aparenta.
Lo mejor
- Una cuidada estética que nos traslada a una fábula interactiva.
- Su narrativa tierna y conmovedora.
- Trata de abarcar el mayor número de usuarios posible.
Lo peor
- La repetición de escenarios y situaciones.
- Un ritmo irregular de la narración.
- Exclusivamente en inglés y japonés.
The Cruel King and the Great Hero
Plataforma/s: Nintendo Switch, PlayStation 4
Desarrollo: NIS America
Jugadores: 1
Audio/Textos: Textos en inglés y japonés, voces en inglés y japonés
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