Todo aquello que vive está destinado a morir. Aunque trágico, pues alberga la última despedida hacia las personas que amamos, también ofrece una belleza humilde: todos somos iguales ante la muerte. Es un concepto que nos une y al mismo tiempo nos fragmenta por puro pavor.
Durante la adolescencia del videojuego, cuando dieron paso los primeros estadios hacia la maduración, surge Persona 3 y, como un niño curioso, empieza a cuestionarse la realidad incómoda. El tabú contemporáneo por antonomasia. ¿Qué provoca la muerte en nosotros más allá de lo orgánico? ¿Acaso somos aquello que responde a nuestros anhelos o encarnamos una faceta que esperamos que sobreviva en los recuerdos de otros?
El Viaje
Una colosal luna llena reina el cielo de Tatsumi Port Island. Su fulgor, de un tono verdoso, impregna el área de un aura lánguido y enfermizo. Las fachadas de los edificios suturan un fluido rojo y grueso, mientras las calles están dominadas por ataúdes que se alzan en un silencio desolador. Este escenario fantasmagórico tiene lugar durante la Hora Oscura, una franja de tiempo oculta para la mayoría de los seres humanos. Una hora donde la estructura del instituto Gekkoukan se pliega sobre sí misma para alzar la enigmática Torre del Tártaro.
El protagonista baja del tren y encuentra así la ciudad donde vivió su infancia. Él, por algún motivo que todavía desconoce, es ajeno al influjo que produce este intervalo. Camina hacia la residencia Iwatodai, el lugar donde vivirá el próximo año escolar. Tras atravesar el umbral, encuentra un niño en el recibidor que le recibe con una sonrisa mientras acaricia las láminas de un contrato. Firmarlo nos hará plenamente responsables de nuestras futuras acciones y será el sino que nos empujará a resolver el misterio que envuelve la ciudad. Pero tendremos que ser cautos, el tiempo sigue fluyendo inexorablemente y no espera a nadie.
Todo lo que envuelve a Persona 3 tiene un sentido que refuerza el mensaje de la obra. La propia narrativa, como no podía ser de otra forma, es una pieza indispensable dentro de esta maquinaria. Varios personajes se han visto afectados por la pérdida de forma literal, o metafórica; otros enfrentan con dignidad el crepúsculo de sus vidas. También existen aquellos que no conocen la muerte, porque todavía cuestionan su propia existencia; al fin y al cabo, sólo aquello que vive puede morir.
Aunque en la teoría pueda parecer un argumento lúgubre y deprimente, en la práctica recoge el testigo de Final Fantasy IX, ubicando las cuestiones vitales en la columna que sostiene la obra pero recurriendo a metáforas y simpáticas alegorías para quitarle hierro al resultado final. Esto, por supuesto, no resta la crudeza de ciertos escenarios. Momentos que dejarán huella en el jugador, dado que el brillo que producen eclipsa las noches cerradas de la Hora Oscura.
La No-Respuesta
Tal y como adelanta el título de la reseña, la versión analizada para la ocasión ha sido el port que hemos disfrutado recientemente de Persona 3 Portable. Lanzado originalmente para PSP, esta versión goza de notables diferencias con respecto al juego original. De más está añadir, que Persona 3 se benefició de una ambición desmedida para la época, teniendo que dejar ciertos aspectos en el tintero para futuras actualizaciones o reediciones.
Persona 3 Portable recupera una idea que se barajó durante los primeros estadios de desarrollo para el videojuego estrenado en PlayStation 2: poder elegir entre chico o chica. Esto no supone únicamente un cambio estético, sino que las relaciones sociales que podemos mantener durante la experiencia cambian abruptamente (siendo incluso posible desbloquear un desenlace oculto en la ruta femenina). Además, la banda sonora cambiará, ofreciendo piezas que casan con el nuevo contexto del personaje.
Sin embargo, las limitaciones de la portátil de Sony fueron múltiples (y bastante notables), llegando a extirpar varios componentes de la experiencia base: se eliminó la exploración tridimensional y se rediseñó el movimiento a través de los escenarios mediante una vista general aérea; las cinemáticas fueron sustituidas, bien por escenas recreadas con el motor del videojuego, bien con imágenes estáticas y textos descriptivos; y se eliminó, afortunadamente, la libertad de nuestros aliados para ejercer su voluntad durante los combates. En este último aspecto, podría desarrollarse un interesante debate: esta elección quita la individualidad de los NPC’s, pero otorga al jugador la posibilidad de planificar mejor sus jugadas. Al final del día, prevalece la comodidad. Siendo un sistema más ágil, certero y satisfactorio.
La ausencia más fragante sería “The Answer”, una expansión que se incluyó en Persona 3 FES y que narra los acontecimientos ocurridos tras la historia del juego. En su lanzamiento original esta decisión ya era escandalosa, porque la versión portátil economizaba una serie de recursos que permitían extender la experiencia del juego base. Esta tesitura nos obliga a transitar un extraño recorrido si queremos vivir la experiencia completa: partir de Persona 3 Portable, donde disfrutamos de la mejor jugabilidad y es posible elegir el género de nuestro personaje, para desembocar en FES, que supone un paso atrás en el gameplay mientras canoniza a un único protagonista.
Si algo hay que agradecer es su esperada traducción, que por fin nos permite disfrutar de una de las mejores narrativas de la saga en nuestro idioma. Mientras que el resultado es casi sobresaliente, con alguna que otra errata inocente por el camino, lo que resulta deplorable es la actitud de Atlus hacia este maltratado gremio. Por si no era suficiente con una percepción minimizadora del consumidor, e incluso en ocasiones de la propia prensa, el sector también enfrenta una constante invisibilización. Cuando eliminas de los créditos de un videojuego al equipo de traducción, no está en juego únicamente el prestigio o el posicionamiento, sino el propio futuro laboral. Privas a estos trabajadores de la posibilidad de demostrar su implicación en un proyecto de tal magnitud; quitas peso a su portfolio y, desde el punto de vista moral, infravaloras su esfuerzo y dedicación. Esta consigna no tendrá relevancia en la clasificación final, pero es indignante seguir presenciando estas praxis por simple caprichos o modelos empresariales.
Lo que sí tendrá relevancia en la clasificación final es el trato vago que ha recibido el remaster. La compañía lleva un tiempo acostumbrándonos a las celebraciones amargas: Shin Megami Tensei III Nocturne HD Remaster dejó sin revisar las cinemáticas y el sonido, evidenciando que simplemente añadieron la alta definición y el doblaje; la reedición de Persona 4 Arena Ultimax nunca llegó en formato físico a Europa, etc. Persona 3 Portable sigue esta descendente estela, ofreciendo escenarios cuya definición no corresponde con los estándares actuales y un sonido que, al igual que ocurría con la versión de PSP, está comprimido. Este último aspecto empobrece la magistral labor de Shoji Meguro y Lotus Juice, compositores de la banda sonora, dado que el sonido trastabilla durante los períodos de transición y carga.
Luna llena
Aunque inicialmente se planteó que Persona 3 enmarcarse, vaga la redundancia, tres años del periodo escolar, finalmente se concentró todo su contenido en un año lectivo. Esta decisión permitió densificar su narrativa y posibilidades, reduciendo el foco y enriqueciendo el resultado final.
A fin de cuentas, cuando extiendes una trama innecesariamente corres el riesgo de perder la atención de un jugador que no esté dispuesto a sacrificar su tiempo en cuestiones secundarias. Especialmente cuando se bebe tanto de las novelas visuales.
Lejos de seguir la senda de sus predecesores, la tercera entrega de Persona prefirió adoptar el estilo de este popular género nipón: extensas conversaciones, descripciones meticulosas, escenarios estáticos donde el diálogo y alguna animación esporádica ostentan el protagonismo, poder elegir nuestras respuestas, etc. Esta simbiosis entre el JRPG y la novela visual era coherente con la ludonarrativa del título. Mientras que por el día éramos un estudiante que lidiaba con los problemas de la cotidianidad, por la noche exploramos la Torre del Tártaro y nos abrimos paso entre las Sombras.
Ambos ciclos tienen sus sinergias. Los lazos que tendamos durante nuestras oportunidades de socialización desbloquearán poderosos Persona, las invocaciones insignia de la franquicia, y ofrecerán bonificaciones durante sus fusiones. Es decir, mejorar nuestras relaciones nos permitirá ser más eficientes y letales en combate. También hay acontecimientos de la noche con efectos durante el día: cuanto más exploremos y enfrentas saldemos, más agotado estará el equipo a la mañana siguiente. Será indispensable procurarles un descanso o seremos fácilmente abatibles en la próxima expedición.
Y, ya que mencionamos las batallas, estas se estructuran a través de dinámicos combates por turnos. Para salir victoriosos tendremos que explotar las debilidades elementales de los enemigos mientras tratamos de salvaguardar las nuestras. Cuando todos los adversarios hayan sido derribados al efectuar un golpe crítico o eficaz, podremos desatar un ataque en área desbastador. En lo que respecta la exploración, pasaremos la mayor parte del tiempo en la Torre del Tártaro. Esta torre, cuyos pisos se organizan proceduralmente, alberga desafíos interesantes, suculentos tesoros y, por supuesto, un secreto en su pináculo. Pero existen más peligros más allá del Tártaro: cada luna llena una poderosa Sombra invadirá la ciudad y los protagonistas deberán hacerle frente. Este combate mensual pondrá a prueba nuestras mejoras y masterización de las mecánicas, obligándonos a elaborar nuevas estrategias en dinámicas excepcionales.
A lo anteriormente mencionado se suma la posibilidad de ganar dinero con un trabajo a tiempo parcial, misiones secundarias, realizar actividades para aumentar las habilidades sociales de nuestro avatar, estudiar para esos exámenes que están a la vuelta de la esquina y un largo etcétera. En conjunto, todos los vectores apuntan hacia la misma dirección: tu tiempo es limitado, aprovéchalo y vive con determinación.
Memento Mori
Persona 3 Portable fue mi primer acercamiento a la franquicia. Recuerdo rejugarlo una y otra vez, en busca de conversaciones secretas y eventos que no había logrado desbloqueado en partidas anteriores. Fue, en definitiva, una experiencia que marcó mi adolescencia y me hizo reflexionar sobre cuestiones que hasta aquel momento no me había planteado, o que prefería ignorar.
Esta reedición debería haber sido una oportunidad de reencuentro. Despertar aquellas sensaciones que el tiempo había procurado dormir y avivarlas con la llama de la nostalgia. Reunirte con ese amigo de la infancia y celebrar con cariño un pasado que no volverá. Pero ahí está el problema: aquí no hay amor, no hay ternura. Despide una dejadez que genera un sabor agridulce en el paladar.
Si algo prevalece impecable es su hermoso mensaje. Aquellas palabras que sacudieron mi realidad y me hizo ver la vida y la muerte con otra perspectiva. Comprender que naceremos solos y moriremos solos, pero todo lo que está en medio es un regalo.
Lo mejor:
- Subjetivamente, la mejor historia de Persona.
- Una banda sonora inolvidable y que buscarás inmediatamente después de disfrutarla.
- Combates por turnos dinámicos y vistosos.
- La posibilidad de elegir el género de nuestro personaje y disfrutar de una experiencia distinta.
Lo peor:
- Contenido extirpado de la versión original y Persona 3 FES.
- Un trabajo deficiente en la calidad de imagen.
- La música y los efectos de sonido se distorsionan durante las transiciones.
- Estamos en 2023, pon a los traductores en tus créditos por el amor de Dios.
Persona 3 Portable
Plataforma/s: PC, Playstation 5, Steam, Xbox One, Xbox Series
Desarrollo: Atlus
Jugadores: 1
Audio/Textos: Textos en español
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