La forma en que uno descubre canciones, grupos, géneros musicales es impredecible. Puedes estar paseando tranquilamente y, ya sea de una tienda o un coche con la ventanilla bajada, escuchas una melodía que se te pega al cerebro y no te deja pensar en otra cosa. En mi caso, Babymetal fue un descubrimiento surrealista, siendo KARATE el tema oficial de un evento de lucha libre en 2016. Con él estrené mi nuevo ordenador y, desde entonces, las guerreras del metal se han convertido en una de mis bandas favoritas. Y, definitivamente, han asegurado ese puesto en mi ránking con su último disco.
Metal Galaxy es el tercer álbum de Babymetal, que salió a la venta el 11 de octubre de 2019. Dieciséis canciones de la edición japonesa divididas en dos CDs, con prácticamente una hora de kawaii metal a todo volumen. La gira de presentación del álbum tenía que haber llevado la banda a España, con dos conciertos en Madrid y Barcelona en el marco de la gira del Resurrection Fest. Sin embargo, la expansión del COVID-19 obligó a cancelar sus conciertos en Europa y el resto del mundo, privando a los fans españoles de su primera visita en nuestro país. Este disco supone una evolución importante desde Metal Resistance, su último trabajo lanzado en 2016. Una etapa que había terminado con la marcha de Yui Mizuno (alias Yuimetal) y una reestructuración de la banda ambulante que acompaña a Su-metal y Moametal. El grupo se ha adaptado como ha podido, y es momento de comprobar si estos cambios drásticos han afectado a su poder de sorprender a propios y extraños.
Rumbo a la galaxia metálica
Literalmente, Babymetal nos da la bienvenida a su mundo con una excelente introducción, Future Metal, preparándonos para un viaje con destino a la galaxia metálica. Por si esto fuera poco, la primera canción del álbum es toda una declaración de intenciones: DA DA DANCE. El tema golpea con contundencia, con un ritmo electrónico y potente que bien podría encajar en la época dorada de Dance Dance Revolution. Si Future Metal era la presentación del viaje, DA DA DANCE es el inicio, y nos invita a disfrutar de la odisea y a bailar para celebrarlo. A destacar los punteos del artista invitado Tak Matsumoto, guitarrista de B’z, quien demuestra su calidad aportando sabor de rock a la pieza.
El ritmo no disminuye con Elevator Girl, que mantiene el listón en lo más alto con un tema sencillo y corto, pero efectivo. Este saca a relucir el que será uno de los elementos primordiales del álbum: la batería de doble bombo, que te hace temblar por dentro, acompañada de una guitarra sobrecogedora. Quién hubiera pensado que una canción sobre un ascensor podría ser tan potente.
A partir de, Shanti Shanti Shanti el disco muestra su auténtica cara: la fusión de géneros. Es sorprendente escuchar sonidos propios de la India funcionar tan bien en un género como es el heavy metal, pero la combinación es excelente. El solo tras el segundo estribillo y el puente se podría rebobinar miles de veces sin aburrirte en ningún momento. En cambio, no funciona de forma tan positiva en Oh! MAJINAI, dando como resultado una canción de inspiración celta que podría pertenecer a la banda sonora de Desencanto de Matt Groening, encajando en una alocada pelea de bar. El acompañamiento vocal de Joakim Broden resulta cuanto menos extraño. Brand New Day recupera la normalidad y la mantiene a lo largo del tema, mostrando un estilo vintage muy dinámico. Las adiciones de Tim Henson y Scott LePage la complementan con un solo de guitarra ochentero tremendo, con el que recrearse cada vez que suena.
↑↓←→BBAB basa sus sonidos y su letra en el mundo de los videojuegos, con una ligera inspiración similar al K-Pop. El resultado es una canción fuerte y con un sonido seguro, que perfectamente encaja en los multitudinarios coros de la banda en sus conciertos. Tras este homenaje al mundo de los ocho bits nos encontramos con un tema de lo más verbenero, Night Night Burn!, que aúna alegría y júbilo con el kawaii metal. Una canción que sería excelente para subir el nivel en todas las fiestas mayores con su ritmo español y la contundencia de las guitarras y la batería. DA DA DANCE iniciaba la fiesta, y Night Night Burn! la continua a altas horas de la noche, siendo la última canción del primer CD. IN THE NAME OF, tras una introducción de lo más siniestra inspirada en bandas como Within Temptation, marca el inicio del segundo disco y continúa con la contundencia con cánticos graves y sonidos guturales. Es una transición interesante tras la fiesta anterior, en la que ninguna de las vocales principales participa, lo cuál añade más misterio e incertidumbre a la pieza. Tiene un gran poder rítmico, ideal para prepararse para el siguiente bloque de temas.
La fiesta no ha hecho más que empezar
Un bloque que arranca con Distortion, el primer single de todo el álbum, lanzado hace más de dos años. Es una canción que muestra todo el potencial de la batería de doble bombo, con un ritmo rompedor y especialmente recomendado para hacer headbanging. La colaboración vocal de Alissa White-Gluz aporta un sonido gutural distinto a la que se escuchó en el single, cuando la banda todavía estaba en proceso de transición.
A continuación, nos encontramos con Pa Pa Ya!!, y podemos afirmar que si Night Night Burn! era la canción fiestera del álbum, esta es directamente la versión metal de La Venda de Miki Núñez. Un tema alegre, muy estival, combinado con la potencia de la batería que crea un ritmo que recuerda al de la canción eurovisiva, además de una guitarra que acompaña a la perfección en todo momento. La colaboración del rapero tailandés F.HERO adorna aún más si cabe una de mis canciones favoritas de Metal Galaxy. Y tras esto llega la sorpresa del álbum: BxMxC, un rap rock contundente y provocador, que desde los primeros segundos sientes cómo te ataca. Esta canción termina de demostrar el rango vocal de Su-metal, que tanto te puede cantar una bella balada, como te puede poner a bailar, hacer coros de rock duro o marcarse un rap que te deja descolocado.
La siguiente canción en la lista es Kagerou, que si bien habla del espejismo de la verdad, es perfecta para un “tipo malo”: si antes hablábamos de lucha libre cuando descubrí a Babymetal, este sería el tema de entrada del campeón corrupto. Una guitarra cañera y un ritmo pegadizo que encaja a la perfección con un antagonista querido por el público, como podría ser Lio Fotia en Promare. E inmediatamente toca ponernos emotivos con Starlight, la power ballad del álbum y primera pieza de la llamada “Trilogía de luces”. El single de este tema se puso a la venta el mismo día que Yuimetal decía adiós a la banda, y muchos seguidores lo han considerado como su tema de despedida. La letra tiene frases que se acomodan a esa teoría como Wherever we are, we’ll be with you (Donde quiera que estemos, estaremos contigo) para iniciar el puente antes del final. Como canción, es una balada preciosa que realmente evoca a la luz de las estrellas. Sin grandes solos o una batería rompedora, consigue combinar belleza y potencia a partes iguales.
Llegamos a la antepenúltima y más larga canción de todo el álbum con Shine. Aquí Babymetal se prepara para el gran final con un tema épico, no solo en duración sino también en ritmos y composición. Tras las estrellas de Starlight, ahora la noche es brillante, con unos estelares acordes de guitarra eléctrica y acústica, coros e incluso parte orquestal, para completar casi seis minutos de una sinfonía espectacular. No sorprende al nivel de BxMxC por su potencia rompedora, pero es una canción a tener muy en cuenta.
Y para terminar, Arkadia, el final del viaje hacia la galaxia del metal. Todo lo que Shine ha anticipado en seis minutos, aquí explota de forma gloriosa, rápida, cegadora y grandilocuente. Ambas canciones están conectadas para dar exactamente esa sensación, y el resultado es perfecto. Batería de doble bombo a toda velocidad, solos de guitarra a diestro y siniestro, una versión más celestial de la orquestra, etc. Todo para un tremendo tema de power metal que pone el broche de oro a la odisea metálica y la finaliza por todo lo alto, con nuestro destino alcanzado de forma satisfactoria y en perfectas condiciones.
Conclusión
Cuando escuchas Babymetal tienes que estar preparado para cualquier cosa, y aun así, acabarás llevándote más de una sorpresa. A pesar de haber escuchado cinco singles durante el año y medio anterior a la llegada de Metal Galaxy, la amplia variedad de géneros e influencias me ha maravillado desde el primer minuto.
Bien es cierto que hay temas más flojos como Oh! MAJINAI, pero que de dieciséis canciones (catorce sin contar las introducciones Future Metal y IN THE NAME OF) solo haya una que no me acabe de gustar es un buen balance. Y definitivamente no puedo quedarme solo con una canción favorita: DA DA DANCE me predispone a bailar sin parar, la fusión de Shanti Shanti Shanti es una maravilla, el rap de BxMxC es una locura, toda Pa Pa Ya!! en sí es también una locura, Kagerou me aporta un ambiente gamberro que me encanta…
En conclusión, Metal Galaxy es realmente una galaxia musical que hay que saber apreciar. Ritmos latinos, indios, celtas, electrónicos, raperos y metálicos de todos los rincones del mundo combinados con la potencia nipona que se reúnen en una colección única. Algunos serán mejores que otros, pero todas las canciones se deben apreciar por lo que son, piezas especiales creadas para su disfrute. Dar la vuelta al mundo y más allá en solo una hora es posible. Solo hay que acomodarse, reproducir este álbum y dejarse llevar. This ain’t heavy metal, welcome to the world of Babymetal.
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