La música de la pantalla de inicio eriza mi piel desde el primer segundo. Tantos recuerdos pasan por mi cabeza, tantos años esperando este momento. Catorce años, para ser exactos, para que llegara Kingdom Hearts III, y a pesar de varios spin-off de la franquicia (obligatorios para entender la trama) e incluso una película y un juego para Android e iOS, la sensación al ver la pantalla de inicio es indescriptible.
A pesar de su complicado desarrollo, el esperado ARPG de Square Enix, dirigido por Testuya Nomura, llegó a Playstation 4 y Xbox One de la mano de Koch Media España el 25 de enero del año pasado para dar un “punto y final” a la saga de Xehanort.
Enrevesado, pero emocionalmente funcional
Kingdom Hearts III es una historia de amistad en la que Sora y sus amigos se embarcan en una peligrosa aventura. Ambientado en una serie de mundos de Disney y Pixar, Kingdom Hearts narra el viaje de Sora, un joven que descubre inesperadamente que posee un poder espectacular. Con la ayuda de Donald y Goofy, Sora lucha para evitar que una fuerza maligna conocida como los sincorazón invada todo el universo.
La historia de Kingdom Hearts III da comienzo inmediatamente después del final de Kingdom Hearts Dream Drop Distance. Y la verdad, es complicado hablar de la trama de la saga Kingdom Hearts con un total de 8 juegos repartidos en distintas plataformas, un pequeño preludio jugable, un juego para Android e iOS e incluso una película a sus espaldas. Por eso, prefiero no entrar en muchos detalles para no estropear ninguna sorpresa, de las muchas, que tiene preparado el último título de la saga y que da un “punto y final” (hago hincapié en las comillas) de la historia de Xehanort.
Como en juegos anteriores, especialmente los de la saga principal, Sora, Donald y Goofy van pasando por diferentes mundos de Disney y, en esta entrega, también de Pixar. Llegado este punto de la historia en la saga, el uso de estos mundos acaba convirtiéndose en algo secundario y en una mera excusa para seguir algo que ya es tradición en Kingdom Hearts. La recreación de los mundos y las escenas de las películas de animación es de una fidelidad envidiable, pero a nivel argumental aportan poco o nada e incluso la incorporación de los protagonistas en estos mundos se ve algo forzada. Aunque el verdadero encanto de estos mundos acaba residiendo en la magia que desprenden y en la jugabilidad variable que contienen, algo que comentaremos más adelante.
Sin entrar en momentos clave, me gustaría destacar que casi toda la parte final es un no parar de emociones que sin duda logrará cautivar a los fans más acérrimos de la saga. En todo este tramo final se cierran varios puntos clave de la trama que se ha ido desarrollando durante todos estos años, pero por desgracia, para mi gusto quedan demasiados frentes abiertos y creo que se ha desaprovechado completamente la oportunidad perfecta para darle un cierre completo a la saga de Xehanort.
En este punto es donde veo el mayor error argumental de este Kingdom Hearts III, no saber dar punto y final a la saga. En este momento, ya se nota que la historia dirigida por Tetsuya Nomura ha ido desarrollándose sobre la marcha y que actualmente el rizo está más que rizado. Este juego, que parecía la oportunidad perfecta para dar broche de oro a algunos personajes y su trama, solo acaba complicando aún más, si era posible, la historia.
A pesar de todo esto, Kingdom Hearts III ha logrado emocionarme y dejarme con un sabor de boca agradable. Es verdad que el argumento del poder del amistad me tiene algo cansado, pero Kingdom Hearts consigue que ponga todo el corazón en sus personajes y acabe soltando alguna que otra lagrimilla. Reafirmo que es una oportunidad perdida para dar cierre completo a los personajes, pero estaré encantado de seguir viendo las aventuras que depara en esta, ya eterna, lucha entre la luz y oscuridad.
Más variedad, más grande, pero menos vivo
El modo historia de Kingdom Hearts III ofrece más opciones que nunca. Dentro del esquema clásico de la saga se le añaden una gran variedad de minijuegos, situaciones especiales y una gran cantidad de contenido para completar una vez terminada la historia principal. Una historia que no llevará más de 25/30 horas completarla en máxima dificultad y que con todo el demás contenido puede llegar a duplicar su duración mediante las batallas adicionales, recolectar materiales y hacer la clásica subida de nivel para poder completar todo el contenido del juego.
Esta variedad se ve implícita también en los diferentes mundos de Disney y Pixar, donde se generan situaciones para variar, no solo el control del personaje, si no el estilo completo del juego. En esto me gustaría destacar la exploración y combates náuticos del mundo de Piratas del Caribe, el cual ofrece situaciones divertidas de controlar, un espectáculo visual en sus combates y una sensación de mundo extenso (aunque no lo es).
Pero, en el mismo mundo de Piratas del Caribe observamos el otro problema que sufren los escenarios, y que sin duda es el más abundante en los demás: la falta de vida. A pesar de que la movilidad haya aumentado para poder agregar exploración en los mundos, algo que han sabido aprender de Kingdom Hearts Dream Drop Distance, los mundos se sienten algo artificiales y les falta algo de mimo. Una vez que te lo has recorrido, deja de importar y se convierte en una explanada para dar cabida a los combates de Sora y compañía.
La nave gumi vuelve en esta entrega con un vasto espacio que recorrer y con algunas pequeñas misiones que hacer. El control se sigue sintiendo algo forzado en estas fases y todo lo que amplia a nivel jugable es algo pobre y falto de imaginación. Desde resolver puzles mediante disparos, derrotar hordas de enemigos a buscar coleccionables, es poco interesante y después de probarlo intentas evitarlo. El uso de viaje rápido se acaba convirtiendo en tu aliado una vez que ya has ido por primera vez al mundo, y solo volverás a esa pequeña porción de espacio si quieres completar el juego en su plenitud.
Como había comentado anteriormente, el tramo final se vuelve algo lineal, al igual que la historia. Algo que se podría haber llevado de manera más interesante se acaba convirtiendo en un conjunto de pasillos que recorrer hasta llegar a los combates con los jefes. A pesar de que esto se haya “mejorado” mínimamente con el DLC Re:Mind, el juego base presenta un verdadero problema en los últimos compases del juego.
Fácil, ¿pero quién buscaba dificultad?
Kingdom Hearts III arregla gran parte de los problemas que se podían ver en anteriores entregas. Pero creo que no podemos considerar a este juego como la continuación y perfección de los anteriores, sino que ha virado a un camino diferente y ha tenido que renunciar a algunas cosas en pos de hacer un juego más cinematográfico y vistoso.
A pesar de haber jugado en máxima dificultad, el juego no presenta un verdadero reto. Gran parte de los combates se basan en luchar contra una gran horda de sincorazón o incorpóreos y esto se convierte en algo sencillo gracias a las nuevas habilidades que incorpora Kingdom Hearts III. Las habilidades que ofrecen las diferentes llaves espada, el flowmotion (que viene del Kingdom Hearts Dream Drop Distance) y especialmente las atracciones, convierten los combates en un festival de luz y color donde prima la espectacularidad ante unos combates exigentes y desafiantes. Pero si soy sincero, me agrada, el espectáculo es agradable y divertido de jugar, aunque sin duda puede acabar haciéndose tedioso e incluso repetitivo para aquellos que buscan un reto mayor.
Aunque el juego sea sencillo, los cambios presentados en la jugabilidad denotan un mayor refinamiento del control y ofrece más opciones al jugador. Especialmente, es algo que se puede observar en los combates especiales del juego, aquellos que son un cara a cara contra un jefe final (y que sin duda es uno de los mayores atractivos de su DLC Re:Mind). Los combates contra jefes, especialmente los que se acercan a la parte final del juego, ofrecen un pequeño desafío y obligan a utilizar las transformaciones, objetos y elección de llaves espada con algo más de cabeza. Esto también es acentuado en algunos combates que vienen al terminar la historia principal, aunque la mayoría tampoco acaban suponiendo un reto para el jugador.
Kingdom Hearts III no se convierte en el juego con la mejor jugabilidad de la saga, pero sin duda es el más espectacular visualmente hasta la fecha. Presenta conceptos interesantes, que seguramente, algo más afinados, se acabarán convirtiendo en uno de los añadidos más importantes para próximas entregas. Falta refinar y escuchar al jugador para poder encaminar esta jugabilidad a su máximo esplendor, pero creo que la espectacularidad visual y el colorido debería quedarse para siempre.
Visualmente fidedigno y una maravilla técnica
Kingdom Hearts III está cuidado al detalle y nos basta con observar algunos tráilers de los mundos de Disney y Pixar para poder observar las similitudes entre ellos. Es visualmente espectacular y el gameplay anteriormente mencionado ayuda a crear momentos memorables repletos de luz y color. Tanto los diseños de los personajes como los detalles en los mismos están muy cuidados, a excepción de alguna cinemática algo regulera (que fueron retocadas en la última actualización gratuita). Sin duda, estamos ante uno de los ARPG más ambiciosos a nivel técnico de la generación y es algo que la Playstation 4 nota, sufriendo algún que otro ruido excesivo (característico de la consola de Sony) e incluso calentamiento. Pero a nivel jugable, Kingdom Hearts III se mantiene constantemente a un buen nivel de FPS y deja al jugador disfrutar de todo el espectáculo que tiene para ofrecer.
Como no puede faltar en la saga, la compositora y pianista Yoko Shimomura es la encargada de poner la música a Kingdom Hearts III. Tanto sus composiciones originales como los arreglos de las canciones de Disney son una delicia auditiva y, sin duda, he acabado teniendo más de un día con alguna de las canciones (a destacar el de la batalla final) repitiéndose en mi reproductor. Además, la cantante de J-Pop, Hikaru Utada interpreta el tema principal del juego, al igual que lo hizo en Kingdom Hearts II. Y a pesar de que las primeras veces que escuché la canción no acababa de hacerme mucha gracia, especialmente la versión con Skrillex, creo que acaba calando hondo y que sin duda da un empaque de oro a la secuencia final del juego.
La mente detrás de esta enrevesada historia
Tetsuya Nomura, al igual que todos los anteriores títulos de la saga, es el director y diseñador de personajes de Kingdom Hearts III. El director tiene una larga carrera vinculada con Square Enix, donde comenzó como diseñador de bestiario en Final Fantasy V. Poco a poco, Tetsuya Nomura comenzó a ganar reconocimiento y participó junto a Hironobu Sakaguchi en la creación de la idea principal de Final Fantasy VII.
A partir de este momento, Tetsuya Nomura participaría como diseñador de personajes en la gran mayoría de Final Fantasy hasta Final Fantasy XV e incluso en otros proyectos de Square Enix como The World Ends With You, el cual también dirigió. Aunque su primer trabajo como director fue en 2002, con Kingdom Hearts, donde también hizo la creación de toda la historia principal y el diseño de personajes. Desde ahí, Tetsuya Nomura se ha encargado de dirigir todas las entregas de la saga y, actualmente, también se encuentra dirigiendo Final Fantasy VII Remake.
Edición
Kingdom Hearts III se lanzó en formato digital y físico el 25 de enero de 2019 para Playstation 4 y Xbox One, llegando por primera vez a una consola de Microsoft. El juego llegó en tres ediciones: una estándar, una deluxe (incluía un steelbook, un pin y un pequeño libro de arte) y una edición coleccionista (exclusiva de la web de Square Enix y que contenía la edición Deluxe y tres Bring Arts de Sora, Donald y Goofy).
Actualmente, el juego base también cuenta con un DLC de pago titulado Re:Mind que salió el pasado 23 de enero para la consola de Playstation 4, y un més después para la consola de Microsoft.
Un viaje de nostalgia que ya debería acabar
Kingdom Hearts III llega tarde, ya no soy aquel niño que daba sus primeros pasos como jugador en una Playstation 2 que había recorrido más de medio mundo y estaba pirateada. Los argumentos de la amistad y el amor no calan tan hondo como deberían, pero… qué indescriptible es la sensación que tengo al escuchar la canción del menú de inicio. Esta última entrega me ha maravillado y ha conseguido emocionarme e incluso, que esté con una sonrisa de oreja a oreja durante todo el recorrido que ha supuesto.
El final de la saga de Xehanort ha sido un viaje de nostalgia repleto de cabos inconexos y de una historia que se encuentra en un punto demasiado rebuscado como para buscarle sentido. Aun así, ha conseguido que me emocione al igual que años atrás con sus entregas anteriores y aunque me cueste admitirlo, este viaje nostálgico debería haber acabado hace ya tiempo atrás.
Lo mejor:
- Visualmente y sonoramente espectacular, de lo mejor de la saga
- Sabe llegar de manera emocional a los fans acérrimos
- Jugablemente divertido y visualmente espectacular, una combinación perfecta
Lo peor:
- El trabajo previo que pide a la hora de conocer la historia
- Una historia tan enrevesada como improvisada
- La curva de dificultad (a niveles altos) no es muy exigente
Kingdom Hearts III
Plataforma/s: PC, PlayStation 4, Xbox One
Desarrollo: Square Enix
Jugadores: 1
Audio/Textos: Voces en inglés y textos en castellano
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