En su afán de revisitar éxitos del pasado, Nintendo lanzó en 2013 en Japón el remake de Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado para su consola portátil Nintendo 3DS. Una reedición esperada por los fans, no solo por ser uno de los títulos más exitosos de la franquicia, sino también por su original planteamiento y que merecía la oportunidad de poder ser revivido con un lavado de cara.
Uno de los juegos más esperados de la franquicia
Tras el lanzamiento de Dragon Quest VI: Los reinos oníricos y motivado por sus buenos índices de venta a pesar de su precio, unos 11.970 yenes (casi 90 euros al cambio), Enix anunció el desarrollo de Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado para Nintendo 64DD. Un título que prometía ofrecer una nueva experiencia que sacara el máximo partido a la consola de Nintendo. Sin embargo, en 1998 se anunció el traslado del desarrollo a Playstation, un anuncio que llegó incluso a repercutir en la bolsa japonesa.
Sin embargo no resultó un desarrollo fácil, algo que se pudo intuir por sus continuos retrasos en su lanzamiento. El principal motivo fueron las altas expectativas de los fans a los que no se quería defraudar. Finalmente, el juego salió a la venta en Japón en el año 2000 superando las 4 millones de copias vendidas y convirtiéndose en uno de los juegos más vendidos de la historia. Posteriormente, el juego salió del mercado japonés en noviembre de 2001, pero solo en Norteamérica y bajo el título Dragon Warrior VII, último de la saga con el subtítulo “Warrior”. Tanto los jugadores japoneses como los americanos coincidían en lo mismo: la espera había merecido la pena.
También destacar que, como otros títulos de la franquicia, esta entrega dio el salto al manga en el año 2000. Una adaptación que corrió a cargo de Kamui Fujiwara, un viejo conocido de la franquicia y que se publicó en las páginas de la Shônen Gangan de Square Enix. Sin embargo, la obra entró en pausa a partir del tomo 14. En el pasado Salón del Manga de Barcelona, Planeta Cómic anunció la adquisición de los derechos de las obras de Dragon Quest, así que quién sabe si tendremos la suerte de poder verlo en España.
Un mundo en reconstrucción
La historia de Dragon Quest VII se desarrolla en Estarda, un pequeño reino situado en una isla abandonada en mitad del océano. Aquí vive el héroe de la historia que, movido por las ansias de aventura de su amigo el príncipe Kiefer y su amiga Mariel, descubrirán que el mundo que conocen no es tan pequeño como parecía en un principio. Antiguamente la isla de Estarda se encontraba rodeada de multitud de islas y reinos que, en algún momento, sucumbieron al Rey Demonio.
Pero todo cambiará cuando encuentran una serie de fragmentos de arcilla de distintos colores y de origen desconocido. Esto se sumará al descubrimiento de un Antiguo Santuario Místico con una serie de pilares con particulares formas y donde los misteriosos fragmentos encajan a la perfección. Tras resolver el puzle de las distintas pilas, los tres amigos viajarán al pasado a los distintos reinos desaparecidos. De esta manera, tendrán la oportunidad de rescatar a los distintos reinos del mal para devolverlos al presente.
Al comienzo del juego, y tras el habitual renombramiento del personaje protagonista, algo característico de la franquicia, el jugador se verá inmerso en la búsqueda de los distintos reinos. Aunque este se lo deberá de tomar con calma, porque la historia se toma su tiempo hasta que por fin se descubre el santuario para viajar al pasado y donde prácticamente no habrá enfrentamientos con enemigos. Pero es un tiempo en el que el jugador se hace a los controles y conoce a los personajes protagonistas que le acompañarán a lo largo de la aventura.
Una vez en la primera isla del pasado, Valdemouriño, el jugador se enfrentará a los primeros limos (ya todo un icono de la franquicia) y conocerá a una guerrera llamada Cámome Moura. Ella nos llevará al pueblo de la isla, sumido en la más absoluta ruina. Aquí tendremos que descubrir cuál es el origen del mal y derrotarlo. Eso sí, antes de enfrentarnos al jefe final de cada mundo habrá que atravesar una mazmorra llena de distintos enemigos.
Tras acabar con el mal que asolaba al reino, se volverá al presente a visitar la isla recién desbloqueada. Después el jugador encontrará nuevos fragmentos que tendrá que insertar en los pilares para poder visitar un nuevo reino que rescatar.
La dinámica es prácticamente idéntica a lo largo del juego a la hora de rescatar los distintos reinos, viajando continuamente al pasado y al presente, para encontrar nuevos fragmentos. Sin embargo, la situación e historia en cada isla es distinta. No todas se han desaparecido por los mismos motivos, al igual que no siempre se podrá salvar a todas las islas. La gran mayoría ofrecen historias muy emotivas donde el componente trágico está muy presente.
No obstante, a pesar de las posibilidades de los viajes por el tiempo, el juego resulta bastante lineal y con un camino bastante marcado (algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta de que se trata de un juego de rol clásico). Debido a la longitud del juego y al elevado número de islas que rescatar, la historia superior que conforma la trama general del juego se diluye dando mayor importancia a estos “episodios” que tienen lugar en cada isla. Aunque esto puede hacer que el jugador se desenganche con facilidad, se adapta a la jugabilidad de la consola portátil dado que puedes retomar la historia sin miedo a perderte el hilo principal.
También otro elemento a tener en cuenta es el grupo que acompaña al protagonista. Este irá variando a lo largo de la historia en la que, debido a diversos motivos, unos acabarán despidiéndose o sumándose al grupo. Algo a tener en cuenta sobre todo en los combates por turnos que el jugador tendrá que afrontar para poder recuperar las distintas islas.
La estrategia es clave
Al igual que el resto de entregas de la saga, así como en la mayoría de juegos de rol en general, los combates son clave a la hora de avanzar en la historia. Cuando el jugador viaja al pasado tendrá que hacer frente a distintos enemigos. Estos se cruzarán en su camino, aunque son fácilmente evitables debido a que se les ve vagando por los mapas de las islas. Pero claro, si queremos subir de nivel a nuestros personajes, tendremos que ser valientes y enfrentarnos a ellos. Principalmente porque las mazmorras son muy largas y llenas de enemigos, y los jefes finales enseguida ofrecen un reto cada vez más mayor.
El estilo de combate es prácticamente idéntico al Dragon Quest VII original. Aunque uno de los aspectos a destacar en el combate es que en ningún momento vemos una barra de vida ni de puntos mágicos para los enemigos, algo habitual en los videojuegos más actuales. Esto obligará al jugador a pensar bien su estrategia y no atacar a lo loco. Por ejemplo, consumir ataques potentes cuando en el combate ya no son necesarios porque le queda poca vida. Este simple hecho aporta una emoción doble en los enfrentamientos, sobre todo contra los jefes finales, dado que nunca sabes cuánta vida le queda y cuándo tus personajes ejecutarán el golpe de gracia.
Pero la estrategia no será clave solamente en los combates, sino también en la propia conformación del grupo. Como comenté más arriba, la estructura del grupo va variando a lo largo de la historia, por lo que hay que mantener un grupo bastante equilibrado y que no toda la fuerza de ataque recaiga en uno de los miembros. Puede darse el caso que este, por motivos narrativos, abandone el grupo.
Para ello, y que esto no nos pille por sorpresa, hay que aprovechar todos los enfrentamientos posibles contra los monstruos de cada isla y mazmorra para subir de nivel. Estos los encontraremos a lo largo de las distintas islas, totalmente explorables, y donde podemos decidir nosotros si enfrentarnos a ellos o no evitando cruzarnos en su camino. Eso sí, tampoco se nos muestra el crecimiento de nuestros personajes, por lo que en este aspecto avanzaremos a ciegas. También aprovechar a equipar correctamente a nuestros personajes con las distintas armas que encontremos o que compremos (con dinero que se obtiene de cofres y combates). A la hora de asignar una nueva arma se nos indicará cual mejora sustancialmente a nuestro personaje y cual no lo hace.
Otro elemento a tener en cuenta, aunque personalmente creo que llega tarde en el avance del juego, son las vocaciones. Estas con las clases que podremos asignar a nuestros personajes y que los especializará en una serie de habilidades. Podemos elegir entre guerrero, luchador, mago, sacerdote, pirata…, todas ellas posteriormente evolucionarán en vocaciones intermedias y estas avanzan según vayamos combatiendo. El problema es que al aparecer las vocaciones a las 20 horas de juego, ya está bastante marcado el camino a elegir, por lo que una clase totalmente radical a las habilidades de nuestro personaje puede ser arriesgado.
Una conversión a 3DS casi perfecta
En cuanto al apartado gráfico, ArtePiazza y Square Enix han reconstruido el juego casi desde cero, al cambiar la perspectiva 2D a 3D. De esta manera, el mundo de Dragon Quest VII luce con más color, más detalles y aún más grande. Además, cuenta con funcionalidad 3D y que se adapta muy bien al mundo del juego. Si bien los elementos en sí de la interfaz son fieles al videojuego original, estos se han retocado para restarles la frialdad del juego original.
Los personajes también se han reconstruido para la ocasión para darles una estructura tridimensional y luzcan más pulidos para presentarlos con la menor cantidad de pixels posibles. De esta manera, los diseños de personajes se acercan mucho más a los diseños originales de Akira Toriyama. Aunque estos siempre lucirán igual, independientemente de las armas o trajes que les equipemos a los personajes (salvo cuando asignamos una vocación). A lo largo del juego nos encontraremos con una amplia cantidad de personajes, aunque los NPC que habitan las ciudades se repiten bastante. En cuanto a los villanos, prácticamente cada isla contará con sus propios diseños.
En cuanto al apartado sonoro, la banda sonora también se ha adaptado para esta nueva versión, solo que en esta ocasión la música de Koichi Sugiyama es interpretada por una orquesta.
Otro aspecto a destacar de la localización del juego para España es que en los habitantes de distintos pueblos cuentan con acentos y dialectos propios. Por ejemplo, gallego, argentino, vasco, alemán, árabe… Aunque puede resultar ridículo para los más puristas, ayuda a la caracterización e inmersión en los distintos mundos que pueblan el juego.
A pesar de que en su versión original fue uno de los videojuegos más caros de la franquicia, actualmente el juego tiene un precio recomendado de 46,95€ en formato físico y 39,99€ en formato digital. Un precio que, teniendo en cuenta las horas de juego que ofrece, resulta bastante asequible.
Conclusión
El remake de Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado es una revisión necesaria de uno de los títulos más exitosos de la franquicia. Un videojuego que ofrece al jugador una historia con todos los alicientes para enganchar al jugador: un mundo por descubrir, viajes en el tiempo, emocionantes combates, historias emotivas… Un clásico juego de rol que hará las delicias de los fans del género.
Lo único que estamos antes un juego de muchas horas, por lo que si los juegos largos no son lo tuyo seguramente Dragon Quest VII te acabe cansando. Aunque las historias de las distintas islas están llenas de emoción y tragedia a partes iguales, al no tener una trama general bien definida, puede hacer que el jugador desconecte fácil de la trama principal. Además, en comparación con los juegos actuales que ofrecen una mayor libertad al jugador, el título resulta bastante lineal.
No obstante, es de admirar el trabajo del equipo de desarrollado responsable de esta revisión, dando la sensación de que el juego ha sido lanzado originalmente para la consola portátil. Por lo que si eres primerizo en el mundo Dragon Quest, quizás este título sea la mejor oportunidad para dar tus primeros pasos en una de las franquicias más populares de la historia de los videojuegos.
Lo mejor
- Las historias de las distintas islas que, a pesar de su dinámica repetitiva, llegan a emocionar al jugador.
- Combates llenos de emoción.
Lo peor
- La ausencia de una trama principal fuerte que enganche al jugador de principio a fin.
- Un juego largo y bastante lineal.
Dragon Quest VII: Fragmentos De Un Mundo Olvidado
Plataforma/s: Nintendo 3DS
Desarrollo: Heartbeat
Jugadores: 1
Audio/Textos: Audio en japonés. Textos en español
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