Nos encontramos en un mundo desolado. La aparición de demonios por todo el globo ha desembocado en una guerra nuclear, acabando con la mayor parte de la humanidad. O al menos eso intuimos, ya que Tokio, donde nos encontramos actualmente, se encuentra aislado del mundo por una enorme masa de roca que protegió a los tokiotas de un ataque nuclear directo. Con humanos y demonios encerrados en el espacio de una ciudad, con una guerra entre el cielo y el infierno, la esperanza de la humanidad recae sobre unos pocos héroes…
Shin Megami Tensei IV: Apocalypsese sitúa en un universo alternativo de la cuarta entrega numerada de Shin Megami Tensei. Esta franquicia de juegos de rol es muy popular en Japón, mezclando dungeon crawler y Pokémon, aderezado con una estética anime oscura y horripilante. SMTIV:A está disponible en exclusiva para Nintendo 3DS.
De dioses y demonios
Tras el éxito de Persona 5, éste resulta ser el mejor momento para que ATLUS explote la franquicia de la que surgió el fenómeno que a día de hoy es Persona. Con SMTV esperando para salir en Nintendo Switch, los fans del rol japonés podemos deleitarnos con su última entrega para 3DS.
La historia del mismo se basa en la senda neutral de SMTIV, con varios elementos diferenciales con respecto a este. La historia contiene spoilers del principio de SMTIV y su senda neutral, con lo que si estás interesado en jugarlos, te recomiendo saltar al siguiente apartado.
El juego nos pone en la piel de Nanashi, un joven huérfano acogido por el clan de los Hunters, un grupo que se dedica a aventurarse por las calles de Tokio en busca de recursos para los habitantes de la ciudad. Para poder sobrevivir a los demonios, los Hunters llevan consigo un smartphone mediante el cual capturar demonios para que se unan a sus filas y les protejan durante sus incursiones.
La situación actual de Tokio no es la mejor, ya que se encuentra sumergido en una batalla entre Merkabah y Lucifer. El primero afirma ser un enviado de Dios, que pretende regir el mundo por la obediencia ciega al Señor. El segundo, por su parte, es un enviado de los infiernos que pretende hacer del mundo un territorio anárquico y caótico. En medio se encuentra la humanidad comandada por Flynn, héroe del anterior juego. Tras haber derrotado a los clanes humanos de Ring of Gaea y Ashura-Kai, este samurái pretende poner orden venciendo a los dos bandos sobrenaturales con ayuda de los Hunters, último bastión de la humanidad.
Comenzamos nuestras aventuras cuando Nanashi sale de aventuras con su compañera Asahi y dos Hunters veteranos. Juntos pretenden adquirir experiencia para que los jóvenes puedan crecer profesionalmente y convertirse algún día en Hunters de provecho. No obstante, les espera un destino funesto que acabará con Nanashi haciendo un trato con el demonio Dagda, quien le dará parte de su poder a cambio de rendirle pleitesía. Será a partir de ese momento en el que el destino de Nanashi quedará unido al de Flynn y al de toda la humanidad.
La historia contiene toda la esencia de un SMT, con temática oscura y momentos escalofriantes. Los cambios de guión con respecto al título original son interesantes, con guiños a quienes hayan completado la aventura así como una introducción accesible a cualquiera que quiera darle una oportunidad a la franquicia por primera vez. Quizás el mayor problema son sus fallos de ritmo, con unos actos poco definidos que generan una sensación de “final alargado” que puede provocar algo de aburrimiento y desasosiego en el jugador. Aún así se trata de una trama paranormal muy rica en detalles y con un mundo sólido y bien desarrollado.
¡Hazte con todos…! si te atreves
La jugabilidad de SMT bebe de muchas fuentes, pero son varios los elementos que le han granjeado una identidad propia en ese mar de clones que es el mundo videolúdico. Con mayor o menor grado de innovación, la franquicia siempre se ha basado en dos pilares básicos: recorrer mazmorras y recolectar demonios, vencer al jefe y repetir el proceso. Dicho de esta manera puede sonar a una jugabilidad repetitiva, una afirmación no muy lejos de la realidad. No obstante, como buen RPG de factura oriental, la historia es el motor principal del título, aquello que nos impulsará a continuar jugando y obteniendo nuevos demonios.
En los últimos SMT (incluyendo el que hoy nos ocupa) se ha abandonado la cámara en primera persona característica de los juegos de rol de los 80 (The Elder Scroll, Ultima Underworld…) para darle al jugador una cámara en tercera persona con la que poder disfrutar de los escenarios y del diseño de nuestro personaje en todo momento.
Los enemigos estarán representados en el mundo como figuras con forma inestable, formadas por pequeños cubos. Su aparición es muy habitual y, de divisarnos, correrán hacia nuestro personaje a una velocidad endemoniada. Es por esto que, aunque el título prescinde de los encuentros aleatorios, pasar por un escenario sin entrar en batalla será una tarea casi imposible. Para defendernos de su embestida podremos usar nuestra espada para atacar a la figura y obtener preferencia en el combate. De otra manera serán ellos los que comiencen atacando y creedme, no es una opción. Este método de recorrer los escenarios genera una gran tensión en cada sesión de juego, muy acorde con la narrativa del título, que expone a los demonios como criaturas harto peligrosas.
Endemoniadamente difícil
Si de algo puede presumir SMT es de su exigente dificultad. El juego no se anda con chiquitas, enfocando su jugabilidad a aquel jugador paciente y estratégico que busca un reto en los juegos de rol. Un mal turno o un error de cálculo pueden llevarnos a la tumba. Sin embargo, en esta ocasión contaremos con una muerte mucho más benevolente que en SMTIV, ya que en esta ocasión apareceremos al inicio de la zona en lugar de vernos obligados a elegir entre cargar la última partida que hubiésemos guardado o pagar al barquero con Macca (la moneda del juego) o, en su defecto, con monedas que la Nintendo 3DS te otorga al caminar con ella en el bolsillo.
La dificultad se mide principalmente en conocer de antemano las debilidades y fortalezas enemigas. El sistema de juego se conforma a partir de una tabla elemental que estructura la manera de afrontar un enfrentamiento enemigo. Si explotamos la vulnerabilidad del enemigo dispondremos de un turno más, mientras que si le atacamos con su fortaleza podremos desde perder un turno a recuperar su vitalidad. De esta manera nos enfrentaremos a un reto de ensayo y error al encontrarnos con un enemigo nuevo. Es cierto que en ocasiones su aspecto físico puede proporcionarnos alguna pista, pero no siempre será el caso, y bajo unas condiciones de batalla siempre extremas, un fallo podrá llevarnos a repetir el combate entero, esta vez con un mayor conocimiento sobre el enemigo en nuestra cabeza.
Quiero incidir de nuevo en que esta jugabilidad puede no ser para todos los jugadores, pero habrá un amplio espectro de personas que sabrán disfrutar de esta mezcla de intuición, memoria y un alto desnivel de riesgo/recompensa. Es un círculo interesante y divertido, máxime cuando la muerte ya no supone un trauma tan grande. Nos encontraremos a nosotros mismos repitiendo un combate que ya teníamos ganado sólo para poder salir de él mejor preparados para el siguiente encuentro. La jugabilidad es exigente, adictiva e interesante, y lo es más cuando descubrimos el enorme potencial de la captura de demonios.
Where demons gather
La recolección de demonios es fundamental para que nuestra partida llegue a buen puerto. De nada nos servirá tener al mejor de los personajes si nos enfrentamos solos a las hordas de demonios. Ellos dispondrán de habilidades especiales distintas a las nuestras y, cada poco tiempo, podremos heredar algunas de sus habilidades para formar un escuadrón polivalente. Cuantos más elementos distintos tengamos a nuestra disposición, más probable es que salgamos victoriosos de un encuentro con un enemigo del que no tenemos ningún dato.
Así, podremos conversar con los enemigos para que nos brinden su ayuda. Las conversaciones pueden derivar de muchísimas maneras, y será una tarea muy complicada la de dar con la tecla correcta. Los demonios son criaturas complejas y puede que te pidan algún recurso para unirse a tus filas y luego traicionarte e irse con todas sus recompensas. También pueden enfadarse rápidamente por una respuesta mal dada y directamente saltarse todo tu turno, derivando en una muerte rápida y dolorosa para Nanashi. Encontrar las respuestas que más gustan a los demonios y un equilibrio entre darles lo que quieren y que no te tomen por tonto también formará parte del círculo de ensayo y error con el que funciona este juego.
Una vez tengamos a nuestra disposición una gran cantidad de demonios, podremos fusionarlos en la Cathedral of Shadows para obtener nuevos y más poderosos aliados. Mediante la fusión también podremos hacer que el demonio resultante herede las habilidades que decidamos de sus “progenitores”. Esta opción contiene un enorme potencial, pudiendo generar toda una genealogía de demonios con los que obtener un poderoso aliado con una gran variedad de elementos distintos, un demonio poderoso y polivalente que nos sirva de apoyo en la mayor parte de la aventura.
El Tinder del demonio
Por último tenemos el apartado de las Apps. Cada vez que subamos de nivel se nos otorgarán App Points con los que desbloquear habilidades que nos faciliten un poco la vida, como poder llevar encima más bloques de habilidades o desbloquear nuevas opciones de diálogo con los enemigos.
La gran variedad de Apps entra en disonancia con los escasos App Points que obtenemos y el alto valor de muchas de ellas. Es fácil vernos obligados a subir tres niveles sin adquirir ninguna App sólo para poder adquirir un nuevo espacio de habilidades o poder recuperar algo de vida mientras andamos. También podremos adquirir App Points si encontramos a Hunters fallecidos por el escenario, pero la escasa cantidad de cadáveres y la casi nula cantidad de AP que nos ofrecen es tan irrisoria que no consigue motivar su búsqueda.
Unos buenos diseños y otros reciclados
Dentro del terreno gráfico encontramos un título que explota las bondades y excelencias de una consola que ya atisba sus últimos momentos. Los entornos 3D, a pesar de no tener una gran extensión, están detallados y son interesantes de explorar, llenos de detalles y caminos distintos. Nuestro personaje también se mueve con soltura por ellos, con un framerate adecuado a la velocidad de los enemigos. Aunque hay que cogerle el truco a las hitbox, ya que no son todo lo exactas que deberían ser y tendremos que ejecutar el ataque unos frames antes de lo que acostumbramos en otros juegos.
Los diseños de escenario no son los más inspirados del mundo. Al ubicarse la historia en un Tokio post-apocalíptico, encontraremos que la mayoría de los mapas son localizaciones urbanas sin mucha personalidad. No obstante, este título encuentra sitio para introducir unos pocos escenarios más inspirados y complejos. Los nuevos personajes también tienen aspectos carismáticos diseñados por el maestro Masayuki Doi, quien trabaja como diseñador de personajes para ATLUS desde Persona 2: Eternal Punishment. Sus personajes sencillos pero llenos de presencia ya son marca de la casa, y SMTIV:A no es una excepción. Los demonios de Kazuma Kaneko son los ya conocidos, presentes en la mayor parte de la franquicia (incluída la rama Persona). No obstante, sus diseños basados en multitud de religiones siguen siendo atemporales, variados e increíblemente atractivos. El diseño mezcla estética anime con fantasía occidental al más puro estilo Crónicas de la Dragonlance.
Psicofonías
Los efectos de sonido y la música también pecan de poca originalidad, reutilizando la mayor parte de temas y voces de SMTIV. Aún así, la música sigue aportando ese toque terrorífico y opresivo característico de la saga, elevando la tensión del jugador a cada paso que da. Un punto a favor es una gran presencia del doblaje, con la mayor parte de los cuadros de diálogo doblados al inglés y al japonés, aunque no tendremos la posibilidad de cambiar entre ellas…
Conclusión
Nos encontramos ante un título que mantiene todos los elementos que hacen grande a la franquicia SMT, quizás demasiados. A pesar de ser un gran juego, su falta de originalidad desecha una estupenda oportunidad de introducir nuevas ideas en la saga o aprovechar su naturaleza de spin-off para renovar algunos aspectos jugables. No obstante, la intención del estudio es muy clara en el título, reutilizando diseños, escenarios, mecánicas y música para poder sacar más partido al renombre de la saga y a un juego ya desarrollado.
El principal atractivo de Apocalypse es, una vez más, la historia, ya que fuera de ella no encontrarás muchos alicientes por los que jugar al mismo juego de nuevo. Si no jugaste a SMTIV, esta es una oportunidad igual de buena que cualquiera para acercarte al enorme fenómeno que supone SMT, aprovechando para conocer la saga antes de la llegada de SMTV a Nintendo Switch. Eso sí, no se lo recomiendo a todo el mundo, ya que sus mecánicas y su elevada dificultad requieren de paciencia y amor por el género.
Lo mejor
- La profundidad del sistema de combate
- El carisma en el diseño de personajes y demonios
- La trama añade giros interesantes a la historia de SMTIV
Lo peor
- Demasiado comodón y continuista con respecto al anterior título
- Escenarios poco inspirados
- Hitboxes poco pulidas
Shin Megami Tensei IV: Apocalypse
Plataforma/s: Nintendo 3DS
Desarrollo: Atlus
Jugadores: 1
Audio/Textos: Textos en inglés y voces en japonés
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