Estas graciosas fotos recuerdo se hacen en una máquina muy parecida a los foto matones españoles, pero mucho más grandes y con miles de opciones. Para enpezar, no te hacen una foto, sino tres o más, para posteriormente, pasar a decorarlas.
Algo que me ha parecido curioso es que aparte de lo “kawai” que resulta el acabado, es que en determinadas opciones, la máquina hace bajar un fondo de color rosa para que la escena quede mas “pastel”.
Este proceso de, llamémoslo post procesado, se lleva acabo en la parte de fuera de la maquina en una pantalla tactil preparada para tal uso en la cual, dos personas pueden decorar las distintas fotos tomadas.
En Japón, estas máquinas son muy populares, pero de una cosa si que me he dado cuenta, más que un recuerdo gracioso, son todo un acto social por varios motivos, el tiempo empleado (que viene a ser unos 15 minutos), el hecho de que con amigos disfrutas más de estas fotos, la posibilidad de cortarlas para regalarlas, lo mucho que te ríes poniendo las poses mas graciosas posibles, etc.
Todo esto hace de las fotos Purikura algo digno de experimientar.
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