Koi no Tsumi cuenta la historia de Izumi una ama de casa que está casada con un famoso autor de novelas románticas y que, irónicamente vive una vida carente de pasión. Un día, se deja llevar por el impulso y acepta participar en una película erótica en la que aparecerá desnuda fingiendo una relación sexual. Satisfecha con la experiencia, y bajo la tutela de un mentor, decide vender su cuerpo a extraños, si bien en su hogar sigue siendo la ama de casa perfecta. Poco después, en el distrito donde se concentran los love hotels, aparece el cadáver de una joven brutalmente mutilado e introducido dentro de un maniquí y una detective de la policia comienza la investigación.
Por otra parte, el ganador a mejor película de animación en Sitges ha sido un film que, pese a no ser japonés, posee mucha influencia nipona: Tatsumi, de Eric Khoo, basada en el manga Una vida errante, de Yoshihiro Tatsumi, que en nuestro país ha publicado Astiberri.
La cinta, además de estar inspirada en la última obra autobiográfica del mangaka, incorpora en la narración otras historias conocidas de Tatsumi como Infierno y Goodbye. Yoshihiro Tatsumi es uno de las figuras más importantes del manga y que más influencia ha tenido en su evolución. Motor del grupo Gekiga Kobo, formó los cimientos de un estilo de historias mucho más adultas y con cierto perfil reivindicativo que tomó el nombre de gekiga. Intentaban diferenciarse del manga, cuyo público era más juvenil, y fue diluyéndose hasta desaparecer en los años 80. Pese a ello, su inlflujo aún es visible tanto en la estética como en los contenidos del manga actual.
Red State, dirigida por Kevin Smith, ha obtenido el premio a la mejor película en la sección oficial.
Fuente: Festival de Sitges
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