Sin salir de su metrópoli, Tokio invita a visitar el parque Rikugien. Un paraíso capaz de transportar a sus visitantes al periodo Genroku (1688 a 1704). Visitar el Rikugen es visitar un lugar de belleza excepcional y caminar bajo un inmenso legado cultural.
Es en pleno otoño cuando el Rikugen instiga con más insistencia a caminar entre sus árboles pues el parque no cierra sus puertas hasta las nueve de la tarde. Se trata de una invitación a nativos y turistas a contemplar su belleza, incluso después de la puesta de sol gracias a su iluminación nocturna.
Pasear entre sus caminos es olvidarse de estar junto a una de las ciudades más grandes y activas del mundo con su bullicio, ordenadores, empresas y gente corriendo de aquí para allá. Entrar en el Rikugen es transportarse a un pasado de más de 300 años.
Contemplar los cerezos, hortensias, azaleas e incluso pequeños arbustos de té es transportarse 300 años atrás, a un bosque que sobrevivió al periodo Meiji, al Gran Terremoto de Kanto en 1923 y los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Toda esta historia se ve relatada en cada piedra por tan solo 300 yenes (2 euros aprox.).
Por sagras.
Fuente: RocketNews24
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS