Ya están aquí las impresiones de Dragon Ball Super con el capítulo 88, titulado “Gohan y Piccolo ¡maestro contra discípulo! ¡Entrenamiento al límite!” y que se emitió el pasado 30 de abril de 2017. Se recuerda a los lectores que en esta review se desvelan elementos del argumento del capítulo, por lo que si eres curioso o bien quieres comparar opiniones te animamos a seguir leyendo.
Gohan y Piccolo aprovechan el tiempo del que disponen para entrenar hasta que comience el torneo, ya que el saiyan está en horas bajas y el namekiano no ha perdido el tiempo y no ha parado de fortalecerse. Para que Gohan despierte su poder latente, Piccolo intenta dialogar con él intentando que se relaje y que sea consciente de que tiene que disfrutar de la lucha, además de tener la responsabilidad de proteger a su mujer e hija. Es sobre todo en los momentos en los que tiene que proteger a alguien cuando el saiyan saca lo mejor de sí.
Mientras tanto, vemos cómo se van preparando el resto de luchadores. A-18 y Krilin combaten entre sí para aumentar su capacidad de lucha ante los inocentes ojos de su hija y las caras de sorpresa de sus vecinos. En el universo 6, Cabba busca compañeros para el torneo, ya que no pueden depender solo de Hit. Trata de reclutar a un saiyan llamado Resou, pero este no se encuentra físicamente en condiciones y le recomienda que hable con su hermana menor, Caulifla, una saiyan de aspecto salvaje a la que vemos fugazmente, y que por cierto, nos recuerda a Broly.
Piccolo sigue intentando que Gohan extraiga todo su poder utilizando más la dialéctica que la fuerza y sorprendentemente lo consigue, volviendo a obtener el estado que tenía cuando Ro Kayoh Shin extrajo todo su poder contra Majin Boo, y que se conoció como “Mystic Gohan”. Para ello los diseñadores y dibujantes le vuelven a colocar al saiyan el flequillo que tenía antaño. Lo mejor de todo, es que la escena termina con una conversación entre el maestro y el alumno en la que se propone preparar una técnica de fusión entre los dos para utilizarla en caso de necesidad durante el torneo, algo a lo que Piccolo parece dispuesto.
Como epílogo, se nos muestra una divertida escena con Yamsha esperando en su casa a Gokuh para que este le proponga unirse al grupo de combatientes del torneo. Por ello, y con el objetivo de hacerse el interesante, ensaya el hacerse de rogar para al final aceptar. Pero vamos, que se va a quedar esperando.
Lo mejor del episodio, al menos para mí, ha sido la aparición de la nueva saiyan. Y es que el personaje se parece muchísimo a Broly y parece que promete bastante. No es la primera vez que la vemos, ya que en el opening se nos ofrece una fugaz escena donde se transforma en super saiyan. Además, la escena de las vecinas viendo cómo entrenan A-18 y Krilin, y como se piensan que las disputas familiares se están saliendo de madre es genial. Así mismo, la última escena con el chiste viviente en el que se ha convertido Yamsha nos consigue arrancar una sonrisa.
Lo peor, desde luego es ver de nuevo a Gohan tan venido a menos, y el recurso tan cutre que utilizan para que saque todo su potencial, por no hablar ya de que te salga un flequillito cuando estás a tope de fuerza, pero en fin. También recrimino, por enésima vez, la forma en la que los niveles de fuerza en Dragon Ball Super se han equilibrado tan absurdamente entre todos los luchadores. Un Piccolo, que hasta hace unos meses estaba a años luz a nivel de fuerza con Gohan, aquí le da cera y la lección de humildad de su vida. Incomprensible.
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