Ya están aquí las impresiones de Dragon Ball Super con el capítulo 110, titulado «¡El despertar de Son Gokuh! ¡Le esperan nuevos secretos!”, que se emitió el pasado 8 de octubre de 2017. Se recuerda a los lectores que en esta review se desvelan elementos del argumento del capítulo, por lo que si eres curioso o bien quieres comparar opiniones te animamos a seguir leyendo.
Jiren devuelve la Genkidama a Gokuh ante la expectación del público, que reconoce la enorme fuerza del guerrero. Whis llega a afirmar que el líder de las tropas del orgullo es igual de poderoso o más que los dioses de la destrucción. Tras un breve forcejeo, la enorme bola de energía implosiona absorbiendo al saiyan ante la atónita mirada de sus compañeros.
Tras la explosión, Gokuh no regresa a las gradas, pero tampoco se percibe su ki, por lo que aparentemente se le da por muerto. Al haber fallecido por una técnica propia, no se considera que Jiren haya cometido ninguna infracción, por lo que no se le elimina del torneo. De repente, en el cráter donde impactó la Genkidama, aparece del suelo un Gokuh extremadamente serio, con un halo de energía luminosa nunca visto antes y una mirada desafiante acorde a un cabello semi erizado. Estamos ante una nueva y poderosa transformación del saiyan.
De repente, Gokuh ataca a Jiren a una velocidad y con unos reflejos sorprendentes, capaz de hacerles frente a su rival. Toppo y Dyspo atacan al saiyan, que se deshace de ellos con suma facilidad. Gokuh continúa su combate con Jiren, igualándole en la pelea ante la estupefacta mirada del público asistente. Whis cree que el saiyan ha alcanzado la llamada “doctrina egoísta”, un estado de poder que ni siquiera todos los dioses de la destrucción logran alcanzar. Por lo visto, cuando chocó contra la Genkidama, Gokuh al estar prácticamente sin energía tuvo que combatir el enorme poder de la bola de energía con su fuerza vital, despertando ese poder latente en su interior.
El intercambio de golpes hacen mella en el saiyan, que comienza a mostrar signos de perder el recién adquirido poder. Así que decide darlo todo contra su rival. A pesar de todo, a Jiren le basta una mano para vencer a Gokuh, hasta que llega Hit para atacar al guerrero del undécimo universo. Gokuh, completamente derrotado y sin energía, decide esconderse hasta que se recupere, pero aparece Freezer apuntándole con una bola de energía y recordándole cómo han cambiado las tornas entre él y su eterno rival desde Namek.
Acabado el especial de una hora que lleva anunciando desde bastante tiempo atrás, hay que reconocer que ha valido la pena. La calidad de animación es de lo mejor que hemos visto en Dragon Ball Super hasta la fecha. La banda sonora, es excelente también, estrenando temas nuevos preparados expresamente para esta ocasión. La nueva transformación de Gokuh (por decirlo así), luce de escándalo, aunque realmente de poco le sirve y propone más preguntas que respuestas al espectador. ¡Ojalá todos los episodios fueran así!
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