Ya están aquí las impresiones de Dragon Ball Super con el capítulo 125, titulado “¡Una presencia imponente! ¡El Dios de la destrucción, Toppo desciende!», que se emitió el pasado 27 de enero de 2018. Se recuerda a los lectores que en esta review se desvelan elementos del argumento del capítulo, por lo que si eres curioso o bien quieres comparar opiniones te animamos a seguir leyendo.
Con Dyspo y Gohan eliminados, Gokuh y Vegeta continúan su contienda contra Jiren. Mientras tanto, Toppo persigue sin éxito a A-17, que siendo consciente de que quedan seis minutos para que finalice el torneo, pretende ganar tiempo. Para ello, se protege de todos los ataques de su rival gracias a su barrera y debido a que posee energía infinita, le lanza una ráfaga continua de ataques que no son lo suficientemente poderosos, pero le mantiene inmovilizado mientras los rechaza.
Toppo aprovecha un hueco en el ataque del androide para rezagarse y lanzarle un potente ataque que solo puede ser repelido por otro de energía similar. A-17 va perdiendo terreno poco a poco y se arrastra en contra de su voluntad al borde del ring. Pero de repente aparece Freezer y comienza a atacar a discreción por la espalda al segundo de las Tropas del orgullo. El ataque por ambos flancos parece terminar con el orondo guerrero, que yace exhausto en el suelo.
Sorprendentemente, Toppo, prácticamente inconsciente, se levanta del suelo y dice que ha llegado el momento de abandonar la justicia por un fin mayor. Es entonces cuando se transforma en una versión musculosa de sí mismo y aumenta increíblemente su fuerza. La energía que emana en este momento no pasa desapercibida y es que posee la energía de un Dios de la destrucción. Según comentan los aliados de su universo, Toppo se postulaba como un sucesor del Dios de la destrucción del universo 11, pero aún no se había decidido. Es ahora cuando ya no tiene vuelta atrás y lanza un potente ataque contra un Freezer, que henchido de orgullo, se cree que puede repeler. La poderosa bola de energía, impacta de lleno con el tirano galáctico, quebrando el estadio en dos y liberando gran cantidad de cascotes flotantes en el cielo.
Con Freezer fuera de juego, Toppo centra sus ataques en el androide. Tras el increíble cambio del guerrero del universo 11, los ataques de energía que le lanza A-17 desaparecen cuando le tocan. Y es que Toppo se rodea de la energía de la destrucción, que desintegra todo lo que se aproxima a él, siendo imposible herirlo directamente.
El androide no es rival para el nuevo Dios de la destrucción, pero de repente aparece Freezer, que aún no había sido derrotado. Con el orgullo herido, lanza un potentísimo ataque contra Toppo asumiendo el riesgo de que pueda matarle con dicha técnica. Toppo, con su nueva energía de destrucción, desintegra este ataque y se planta frente a Freezer, propinándole una tremenda paliza en un visto y no visto, dejándole inconsciente en un cascote flotante. Ahora solo queda A-17 para plantarle cara a este coloso, ¿quién vencerá?
En un episodio que la calidad gráfica tiene altibajos considerables, hay que destacar la música. Con unos potentes scores durante la transformación de Toppo y cuando Freezer es humillado una y otra vez, que ponen el nivel de drama en unos niveles muy a tener en cuenta.
Personalmente, Toppo nunca me ha parecido para nada interesante, pero con esta transformación (que siendo honestos, no deja de ser un cambio de color y de volumen) ha ganado varios puntos al verle en acción. Sobre todo dándole esa lección de humildad que a veces necesita el “tocanarices” de Freezer.
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