El pasado 13 de septiembre se emitió el vigésimo cuarto capítulo de Boruto: Naruto Next Generations en la plataforma digital Crunchyroll. Se trata de la continuación del ya mítico shônen Naruto. Esta nueva etapa narra las aventuras de Boruto, el joven hijo de Naruto, ya convertido en Hokage, que recorrerá su propio camino del ninja.
Os dejamos con las impresiones de este episodio. Como siempre, recordamos que las siguientes líneas contienen spoilers sobre la trama.
Este episodio ha estado marcado por 2 frentes muy determinados: por un lado, Sarada ha comenzado a controlar a voluntad su Sharingan y desea entrenarse para dominarlo, para lo cual le pide ayuda a Chou Chou. Su reciente voluntad de ser hokage la ha vuelto más decidida si cabe y no sería de extrañar que si en un futuro existiera una nueva generación Sarada terminara lográndolo. Este objetivo también ha acrecentado el “pique” que tiene con Boruto, debido a que continúa con las travesuras dirigidas a su padre, lo cual enfada a Sarada. La situación termina con un divertido enfrentamiento en el acantilado de los retratos de los Hokage.
Por otra parte, la parte más seria del episodio ha estado protagonizada por Naruto y los cinco Kages, los cuales han sido presentados debidamente en este capítulo ante las divertidas observaciones de Mitsuki e Iwabee. El contexto ha sido una reunión especial que han mantenido en Konoha, en la que Naruto y Shikamaru han compartido sus averiguaciones con el resto en relación al incidente de Nue y Shin Uchiha. La conclusión ha sido que una nueva amenaza proveniente de otro mundo puede perturbar la paz.
Sin duda ha sido la parte más emocionante de este capítulo ya que se plantea una cuestión muy interesante: ¿Está la nueva generación realmente preparada ante una nueva amenaza? Hay que tener en cuenta que Boruto y compañía son aspirantes a ninjas, que se han criado en una época de paz, a diferencia de sus predecesores. Sin embargo, Naruto le hace ver a sus homólogos que él tiene fe en la nueva generación y que llegará a superarles.
Se trata de una escena intensa e interesante, en la que vemos cómo el destino del mundo está en manos de unos gobernantes que se preocupan por su pueblo. Es interesante ver a estos nuevos Kages que pudimos conocer cuando eran adolescentes en la saga de Shippuden.
Esta seriedad queda aliviada por el gamberro enfrentamiento entre Boruto y Sarada, ante la avergonzada y cómica mirada de Naruto. Finalmente el capítulo concluye con el plano de un brote verde, que viene a simbolizar el futuro.
Por tanto ya hay varios aspectos que a lo largo de estos capítulos se han afianzado: lo que parece ser el argumento principal de esta nueva etapa, con esa amenaza interdimensional, heredera de Kaguya. Por otra parte la determinación de Sarada de convertirse en hokage (quien le ha robado gran protagonismo a Boruto) y finalmente cómo preparará la antigua generación a la nueva.
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