El pasado 16 de agosto se emitió el decimoctavo capítulo de Boruto: Naruto Next Generations en la plataforma digital Crunchyroll. Se trata de la continuación del ya mítico shônen Naruto. Esta nueva etapa narra las aventuras de Boruto, el joven hijo de Naruto, ya convertido en Hokage, que recorrerá su propio camino del ninja.
Os dejamos con las impresiones de este episodio. Como siempre, recordamos que las siguientes líneas contienen spoilers sobre la trama del mismo.
Proseguimos con los acontecimientos correspondientes al arco de El Séptimo Hokage y el Mes de la Primavera Escarlata. Se trata de un capítulo que juega bastante con la baza de los lazos (de hecho, ya hay una película de Naruto Shippuden llamada así).
Sarada y Chou Chou por un lado, y Naruto por otro, deciden ir en busca de Sasuke por motivos diferentes. En el caso de Sarada movida por los grandes deseos de conocer a su padre, y Naruto por la necesidad de tratar con él las últimas informaciones preocupantes que han recabado, más aún teniendo en cuenta el reciente combate de Sasuke contra Shin Uchiha.
Este último intercepta y ataca a Sarada y Chou Chou, ya que quiere secuestrar a Sarada. Aunque ambas consiguen hacerle frente a duras penas finalmente es Naruto quien, interviniendo por sorpresa, consigue poner a salvo a las ninjas. Cabe destacar que este momento muestra a Naruto como un auténtico “badass”, quien haciendo gala de su enorme poder quiere dejar bien claro que nadie va a hacer daño a ningún miembro de su aldea.
Tras el encuentro con el extraño Uchiha, el resto del capítulo tiene un aroma bastante paternalista y protector, que queda patente durante el camino que realizan Naruto, Sarada y Chou Chou al encuentro con Sasuke. Durante el mismo Naruto les cuenta a las chicas, muy a su manera, cómo era Sasuke cuando era un joven ninja. Se trata de una escena entrañable y divertida que hace ver que a pesar de su posición, Naruto sigue conservando un carácter enérgico y bonachón.
Por último, el capítulo ha finalizado con el tan esperado encuentro entre Sarada y Sasuke, un encuentro a modo de cliffhanger que sólo ha servido para mostrar una primera impresión en la que parece que Sasuke, amenazante, parece no reconocer a su propia hija. Es interesante que momentos antes y fruto de la tensión del momento, Sarada logra despertar su Sharingan.
A grandes rasgos ha sido un capítulo entretenido y bien equilibrado, con pequeñas dosis de lucha, momentos vistosos y de distensión. Parece ser que provisionalmente Boruto ha cedido el protagonismo a favor de su padre y de Sarada, especialmente en esta última, y parece ser que al menos en los dos siguientes episodios va a seguir siendo así.
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