Mamoru Hosoda es el nombre más recurrente cuando se buscan a los herederos de Studio Ghibli ahora que el estudio de animación ha cesado su producción. Probablemente Wolf Children sea el mayor ejemplo del porqué de esa afirmación: un filme con una reputación intachable y uno de los iconos de las películas de animación japonesa actuales.
Estrenada en 2012, de manos del Studio Chizu y Madhouse, fue galardonada como mejor película de animación tanto en los Premios de la Academia de Cine Japonés como en los MAINICHI FilmAWARDS, consiguiendo el premio como mejor película en los Tokyo Anime Awards. Al llegar a España, en el Festival de Sitges corrió una suerte similar, haciéndose con el premio a mejor película de animación.
Aunque, además de en Sitges, pudo verse en pantalla grande en el Getafe Anime Festival a España llegó directamente en formato doméstico en 2013, a tiempo para ser una de las novedades del XIX Salón del Manga de Barcelona y poco después una edición más sencilla y económica en Blu-Ray, que analizamos ahora.
Sinopsis
El guión corre a cargo de Satoko Okudera que también trabajó con Hosoda en sus tres primeras películas en solitario. En él, nos acercamos a la vida de una muchacha llamada Hana durante sus años universitarios. En clase conoce a un chico misterioso y con un cierto aire taciturno, y acaba enamorándose de él. Para su sorpresa, resulta ser un hombre lobo y, aunque en un inicio todo se hace un poco extraño, la pareja es capaz de sobreponerse y ser felices en una convivencia tranquila.
Todo parece ir sobre ruedas cuando llegan sus dos hijos, Yuki y Ame, que nacen también con el don que posee su padre. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, todo cambia y Hana decide irse al campo, lejos de las miradas indiscretas en una granja en plena naturaleza a las afueras de un pueblo. Allí, tanto la hiperactiva Yuki como el temeroso Ame deberán decidir si quieren llevar una vida de humanos o de lobos.
Una historia emocionante
La película tiene dos actos muy diferenciados: una primera parte en la que se forja la relación entre Hana y el hombre lobo, y un segundo acto, después de una escena sobrecogedora, donde Hana y los niños llegan al pueblo y tratan de hacerse un hueco dentro de una comunidad que, al principio, no resulta del todo hospitalaria.
Si bien el argumento puede no resultar algo que rompa los moldes, asemejándose al tono habitual de las fábulas, se vale de los pequeños detalles de la vida cotidiana para hacer una historia emocionante en el más amplio significado de la palabra: emocionante en el sentido que toca fácilmente el corazón, con una narrativa delicada y un estilo impecable pero también en un sentido vibrante, con escenas deslumbrantes y mágicas, como la que tiene lugar en la nieve, que sin duda ya están dentro del imaginario de la animación japonesa.
La trama no deja de ser una historia de crecimiento personal. Por una parte la de los propios niños, Yuki y Ame, que van aprendiendo a cómo relacionarse con la gente y el mundo que les rodea, creciendo poco a poco y haciéndose mayores. Pero también lo es para la propia madre, Hana, que pasa de dudar si llevar al médico o al veterinario a su hijo, a mostrar una entereza asombrosa en una escena en la que se le agolpan las lágrimas para posteriormente aprender a criar a sus dos retoños y a vivir “a la manera del campo”.
Vemos como crecen mediante pequeñas escenas y relaciones, con detalles sutiles como una mirada de un lobo en un zoo, o valiéndose de un humor simpático, blanco y agradable, como cuando vemos las locuras perrunas de Yuki. Eso se intercala con momentos más melancólicos haciendo que, como espectadores, sintamos muchas cosas y, casi sin darnos cuenta, acabemos enlazados al elenco de personajes.
La habilidad de la historia está en ver cómo se humanizan esos personajes, ver como cambian y se matizan gracias a otros, como se aceptan de la manera que son y, finalmente, encuentran su hueco propio dentro del mundo. Tal vez por eso, a pesar de que Los Niños Lobo es una historia triste y melancólica, también es una historia repleta de esperanza y alegría.
Un apartado técnico sobresaliente
Es difícil encontrar una película tan redonda como ésta. El apartado técnico resulta sobresaliente en prácticamente cada uno de los aspectos y elecciones. Desde el diseño de personajes del grandísimo Yoshiyuki Sadamoto (Nadia, Evangelion) al propio acabado de la animación, donde siempre están ocurriendo cosas y todo se mueve con una sutileza muy agradable y natural.
La película se realizó combinando técnicas de animación tradicionales en 2D y 3D digitales, bajo la coordinación de Horishi Ohno (Kiki la aprendiz de bruja). En el filme se buscaba la cohesión de ambas técnicas, lográndolo de forma rotunda gracias a la utilización de la misma empresa, Digital Frontier (Apleseed) a la hora de hacer los modelos 3D y dejando que también se encargaran de la totalidad de la animación.
No puedo dejar de mencionar la banda sonora de Masakatsu Takagi: una pequeña joya con temas sencillos, dominados sobre todo por el piano y voces simples y cotidianas, como las de una madre que canta a sus hijos. Se trata de temas repletos de una energía positiva a pesar de que a veces aparezca esa melancolía tan presente en la cinta.
Es difícil ponerle una pega a estos Niños Lobo aunque, tal vez, puede ser una película un pelín lenta para algunos entre los que yo jamás me encontraré. También peca un poco de ese anticlímax ocasional que a veces se encuentra en las películas orientales pero que para nada desmerece desde mi punto de vista el resultado global.
Una adaptación al manga
Esta película cuenta con una adaptación al manga de tres tomos que se serializó en la revista Young Ace de Kadokawa desde 2012 hasta septiembre de 2013. Está dibujado por la artista Yû, que únicamente poseía una historia dibujada en la revista Manga Time Kirara Carat antes de realizar esta adaptación guionizada por el propio Hosoda.
En cuanto al manga, los primeros capítulos dan la sensación de estar algo acelerados de más pero mayormente cuenta lo mismo que sucede en la película pero aportando algunos detalles adicionales. Probablemente se trata de elementos que se quedaron en el guión previo y que no se realizaron en el montaje final a la hora de acotar el metraje final.
En cuanto al dibujo, sigue una estética redondeada y bastante mona aunque, como es de esperar, palidece ante el diseño de los personajes originales realizados por Sadamoto. Aún así, la expresividad y el tono general del manga es agradable aunque es recomendable ver la película antes que leer esta adaptación.
Mamoru Hosoda, la gran esperanza de la animación japonesa
Hosoda nació en septiembre del 67 en el distrito de Nakaniikawa en la prefectura de Toyama. Ha sido ha sido una persona relacionada con la animación en Japón desde los 90, trabajando como animador en series como Dragon Ball, Slam Dunk o Sailor Moon.
Comenzó a su trabajo como director en algunas de las adaptaciones de Digimon, como Digimon: Our War Game o en la sexta película de One Piece, Omatsuri Danshaku to Himitsu no Shima. Pero el salto a la fama llegó gracias a su trabajo en Madhouse, donde llegó en 2004 y colaboró con Shinichiro Watanabe en todo un clásico como Samurai Champloo.
El renombre le llegó al realizar su primer largometraje propio, La Chica que saltaba a través del tiempo (2006). La cinta fue celebrada a pesar de sus problemas y formó los cimientos para llegar a esa genialidad como es Summer Wars (2009) ya con su propio estudio, Chizu. Con esta cinta deslumbró a la crítica y a aficionados, siendo confirmado por fin como una de las figuras a seguir dentro de la animación japonesa. Ambos títulos están licenciados en España dentro del catálogo de Selecta Visión.
Hace apenas unas semanas, el 11 de julio, ha estrenado en Japón El niño y la bestia (Bakemono no ko), siguiendo así su tendencia de realizar una película cada tres años. Con esta película ha conseguido un éxito en taquilla sin precedentes para el director, recaudando 667.035.100 millones de yenes en su primer fin de semana, quedándose cerca de doblar a la propia Wolf Children, que recaudó 360.372.690 en el mismo período de tiempo. Este título ya está licenciado ya en España de manos de A Contracorriente Films, que tiene previsto estrenarla este año en cines antes de lanzarla en formato doméstico.
La historia está ambientada en el reino humano (Shibuya, en Tokio) y el reino bakemono («Jūtengai»). En estos dos mundos que no deben cruzarse, vive un chico solitario y un bakemono solitario. Un día, el niño se pierde en el mundo bakemono, convirtiéndose en el discípulo del bakemono Kumatetsu, y se cambia el nombre a Kyūta.
La edición
La edición de Selecta Visión es la habitual que la distribuidora realiza, con una edición Combo+DVD que es la que nos atañe, que incluye un libretillo a color de doce páginas engrapadas y del tamaño del propio Blu-Ray. Dentro encontramos una entrevista al director, curiosidades y detalles de la producción… pero es difícil justificar el precio de la edición por el añadido.
Nos quedaría entonces el CD de Extras. Si ignoramos los materiales promocionales habituales nos quedamos con dos piezas que pueden ser relativamente interesantes: Por una parte, una entrevista de 15 minutos al director, Hosoda, en la que cuenta algunas curiosidades que pueden resultar interesantes aunque tampoco entra en detalle en el proceso de trabajo.
La segunda pieza es la llamada Presentación de la película en el que se muestran en resumen los eventos de preestreno de la cinta en Japón y Francia, un encuentro con la cantante del tema principal en el que se escucha la interpretación de la canción y una entrevista posterior, un resumen de un evento en el estreno de la película en sí con más entrevistas y que es probablemente la más larga.
¿El contenido de estas entrevistas merece la pena? Relativamente. Se hace un poco reiterativo y pesado, habiendo mucha respuesta en el estilo habitual japonés. Tal vez faltaría un poco de chicha en las respuestas como para que fuera algo realmente interesante. Se agradece el esfuerzo de parte de Selecta Visión por incluir estos materiales pero, desde mi punto de vista, no deja de ser un poco vacuo y seguimos sin poder justificar el precio por el contenido.
Cuenta con el audio en castellano (DTS-HD Master Audio 5.1) y japonés así como los habituales subtítulos en castellano. Resolución a 1080p en 16:9. Todo el paquete habitual en las producciones de Selecta: sólidas y que ofrecen un buen producto aunque, en un primer momento, algo sobrepreciadas en estas ediciones de coleccionista con un libretito grapado y, a veces, un DVD con extras.
El doblaje es sobresaliente. Es cierto que las voces originales son excelentes pero, desde mi punto de vista, el trabajo en castellano no las desmerece en absoluto. Especialmente el trabajo de Marta Barbará en el rol protagonista de Hana, que es capaz de infundir todos los matices que tiene el personaje.
Carmen Ambrós, como Yuki, también es capaz de hacer ver la evolución del personaje, especialmente notable en esas escenas de las travesuras donde la sonrisa está asegurada. Ariadna Jiménez, como Ame, tal vez pueda resultar un poco ensombrecida por el carácter más tímido del personaje pero, sin duda, no se queda atrás en el trabajo realizado. En general un trabajo de doblaje sin bajones y que permite disfrutar de la película en castellano a la perfección.
Conclusión
No es difícil imaginar que Wolf Children: Los Niños Lobo es, para mí, una de las películas imprescindibles para entender el anime japonés de la última década. Es una joya como pocas hemos visto en los últimos tiempos en una industria que parece ir dejando de lado precisamente el tipo de producciones que a muchos nos engancharon hace años.
Es cierto que no inventa la rueda pero la facilidad que tienen estos personajes para empatizar con ellos, lo sutil del desarrollo y la habilidad a la hora de expresar con sensibilidad el crecimiento que tienen convierte, sin lugar a dudas, a esta película no en un referente dentro de la animación sino que también en una película que puede llegar incluso a los ajenos al mundillo.
Sus pequeños defectos quedan sepultados bajo el aluvión de elementos positivos: desde el argumento, a los diseños de personajes, la animación, la banda sonora… Es una película hecha con mimo que destila sutileza y encanto
Se trata de un título que toca el corazón, que hace llorar y reír, que rezuma un aire que hemos visto tantas veces en películas de Ghibli pero con un poso melancólico y esperanzador a partes iguales. Se trata de una producción casi redonda que refuta a Hosoda como la figura a seguir en Japón y una necesidad para ver de cualquier aficionado a la animación japonesa que se precie. En una palabra: Indispensable.
Lo mejor:
- Una de las mejores películas que ha visto la animación japonesa en los últimos 10 años
- El apartado técnico es arrollador: desde la banda sonora, la animación, el diseño de personajes. Sin defectos técnicos.
- El desarrollo de los personajes, la potencia de sus escenas: las lágrimas contenidas de Hana, la escena de la nieve…
- Es una película mágica: Tiene buen gusto y la sutileza, un aire melancólico y a la par esperanzador.
Lo peor:
- La edición de coleccionista está sobrepreciada
Wolf Children (Los niños lobo)
Estudio: Madhouse
Año: 2012
Tipo: Película animación
Duración: 117 min.
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