Pocas cosas pueden haber más comunes a todas las culturas, por diversas que estas sean, que las obsesiones fisiológicas propias de la adolescencia. Es por ello que a pesar de tratarse de un producto oriental, las situaciones recreadas en Virgin Boy despertarán las risas de los que se aventuren a sumergirse en su lectura.
A grandes rasgos, Virgin Boy trata acerca de Sim Heyong, un chaval que aparentemente no es más que un estudiante cualquiera de primer año de bachillerato superior. El instituto masculino en el que lo cursa, rodeado de otros chicos de entre dieciséis y dieciocho años, es un hervidero de hormonas.
Pero Sim no es como los demás. Aunque a priori parece tan obsesionado con el sexo como el resto de sus compañeros, guarda un par de secretos bastante jugosos: no sólo es hijo del dueño de El palacio de los sueños, un enorme y reputado Love hotel en el que vive con sus padres y exuberante hermana, sino que está convencido de reunir cualidades suficientes para aspirar a convertirse en un ser andrógino perfecto que, en breve, desarrollará sus atributos femeninos hasta llevarlos al máximo esplendor.
Así, mientras que sus compañeros de clase tratan de ganarse su amistad por puro interés (visitas al Love hotel gratuitas), Sim se mete en embrollos con diversos personajes, como Song Ari, a la que trata de ayudar con técnicas para potenciar su lado masculino con tal de espantar a la ola de acosadores que se ciernen constantemente sobre ella.
Las citas frustradas, las insatisfacciones, los intercambios de pelis porno e incluso la compra de muñecas hinchables por Internet hacen el resto en este cómic que peca de original pese a lo trillado del argumento.
Notas de color estratégicas
La influencia del manga en el material que llega de países próximos al nipón es evidente, tal y como se puede comprobar en Virgin Boy.
Pese a compartir la estética y lenguaje visual de la tinta y el tramado monocolor, de este manhwa destaca especialmente la presencia de ciertas viñetas, e incluso partes específicas de las mismas, a todo color en combinación con el negro de las restantes.
La técnica es empleada hábilmente por Kim Hun-Woo para destacar elementos de importancia, tales como llamaradas de fuego, onomatopeyas e, incluso, bragas de encaje. Es de agradecer que la edición española haya respetado el formato original, puesto que de haberse impreso únicamente en derivados del negro, habría perdido buena parte de su esencia.
En lo que al dibujo en sí se refiere, destacan las viñetas de gran tamaño, la fisonomía casi caricaturesca de los protagonistas de la historia (acentuando el tono humorístico) y la ausencia de fondos complicados. El resultado es un conjunto que encaja con el tono del argumento, llevándolo hacia adelante sin que nada desentone.
Dos autores todavía en la sombra
Poco se sabe de los creadores de Virgin Boy fuera de su país. Kim Youg-Bin, responsable del guión, se ha encargado del dibujo en Stand By Youth, cómic publicado por la editorial estadounidense Tokyopop según guión de Juder. En cuanto al dibujo, este corre a cargo de Kim Hun-Woo.
Dosis altas de testosterona no aptas para todos los públicos
Mencionados ya todos los ingredientes, ha de afirmarse que la fórmula obtenida es honesta y sincera. Virgin Boy puede que no sea más que un manwha sobre adolescentes que, por su contenido obsceno, ha sido catalogado de sólo para adultos, pero tiene algo que lo hace especial. Las extravagantes aspiraciones de Sim y secundarios como la secretaria que por las noches escribe relatos eróticos en la red, lo convierten en un producto atractivo si no se es demasiado exigente en cuanto a la trama, y/o se pretende pasar un rato divertido en base a clichés sexuales que, por rozar el mal gusto, resultan hilarantes.
Ello, además de una traducción bastante buena y un trabajo de edición excelente, hace que el desembolso económico no duela siempre y cuando despierte un mínimo de afinidad.
Este cómic no gustará a todo el mundo. A algunos les parecerá absurdo. A otros, quizá ofensivo. Una división de opiniones que abunda entre los productos de este género, como la famosa película americana a la que se hace alusión al principio de la reseña.
Lo mejor: La representación de los típicos tabúes sexuales que el manga se ha encargado de exportar, pero bajo el punto de vista del país vecino.
Lo peor: Si las historias de estudiantes salidorros no te causan interés alguno, este cómic no es nada recomendable.
Ficha técnica:
Título: Virgin Boy
Título origininal: Virgin Boy
Guión: Kim Young-Bin
Dibujo: Kim Hun-Woo
Editorial coreana: Daewon C.I.
Editorial española: Planeta
Formato: Rústica, 232 páginas color y B/N
Precio: 10,95€
Nº de tomos en coreano: 2
Nº de tomos en castellano: 2
Enlaces:
Artículo de Merche Bermúdez en la web de Planeta DeAgostini
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